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—¡Seungmin, vamos a llegar tarde!

—Ya voy, ya voy.

Changbin se asoma y se queda observando la puerta del baño en el que se ha encerrado su hermano pequeño.

—¿Dónde vais?

—Hemos quedado con Felix, Olivia y Jeongin para ir a la tienda de videojuegos. ¿Te apetece venir?

Jisung no espera una respuesta afirmativa ya que Changbin los acompañó la primera vez y nunca ha vuelto a aceptar. No después de haberlo tenido mirando la pantalla durante cuatro horas sin descanso.

Es por eso que vuelve a golpear la puerta del baño con impaciencia y sin prestarle más atención al mayor.

—Vale.

Jisung se gira hacia su hermano.

—¿Qué?

—Que está bien. Voy a vestirme.

Changbin se mete en su cuarto y Jisung entrecierra los ojos sin entender absolutamente nada.

—Ya estoy, vamos —dice Seungmin, colocándose la chaqueta.

—Tenemos que esperar a Changbin hyung.

—¿Por qué?

Jisung se encoge de hombros y Changbin sale antes de darle la oportunidad de responder.

—¿Quién es Olivia?

—Es la hermana pequeña de Felix.

Changbin asiente y hace un gesto para que empiecen a caminar. Cuando los tres hermanos llegan, Jeongin ya está allí, esperándolos con una sonrisa.

—¡Hyung, has venido!

—Sí —responde Changbin.

—No sabemos por qué hoy sí quiere, pero no nos vamos a quejar —dice Jisung.

—Al menos tenemos a alguien que nos sujete los abrigos y no tendremos que dejarlos en el suelo. Gracias, Binnie hyung.

—Muy gracioso, Minnie.

Jisung sonríe al escuchar los apodos que utilizan mientras discuten, pero entonces ve dos personas girando la esquina.

—¡Ahí están!

Felix está hablándole a su hermana, que sonríe y le escucha con atención. Ninguno de los dos se ha dado cuenta de la presencia de los demás. Al menos hasta que Felix está lo suficientemente cerca de ellos para mirar al frente. Es entonces cuando sus ojos vuelven a impactar contra los de Changbin, que se queda igual de estático que la primera vez. Por su parte, Felix se para en seco y parece que todo su alrededor desaparece y solo queda el chico unos centímetros más bajito que él que le mira con el ceño fruncido.

Realmente Felix no sabe si le mira así porque le desagrada o porque quizá le ha hecho algo que no le ha gustado. Prefiere no averiguarlo y esconderse detrás de Jisung para siempre, aunque esta vez mantiene la compostura.

Cuando vuelve a la realidad, se da cuenta de que hasta Olivia está mirándolos, así que con el rostro completamente rojo, pregunta si deberían ir entrando.

En cuanto suben a la tercera planta, Seungmin se quita la chaqueta y se la tiende a Changbin.

—No ibas de broma, ¿eh, enano?

—Esto es lo mejor que puedes hacer, perdedor.

Changbin coge la chaqueta, aunque en realidad parece que tiene más ganas de darle un puñetazo. Jisung mira al mayor, que le extiende la mano para que le dé también su abrigo, y este llama a Olivia y a Jeongin, que están hablando sobre un videojuego, para que le dejen los suyos también.

Pero Felix está más apartado, asomado a una de las salas donde otros chicos están jugando a algo que le encantaría probar. Nunca ha estado en un sitio de realidad virtual, así que está realmente sorprendido.

Poco a poco, cada uno empieza a ir a su rollo, pero Changbin no puede dejar de mirar al niño de las pecas, hasta que finalmente se acerca a él.

—Estás perdiendo el tiempo.

Felix se sobresalta y se gira hacia el mayor.

—Ya... es que estoy esperando a que terminen... Me gustaría jugar.

—Pero sabes que necesitas más de un participante para poder, ¿no?

—¿Cómo lo sabes? —pregunta con inocencia.

Changbin se las apaña para señalar el cartel con todas las chaquetas que lleva en brazos.

—Ah... He intentado leerlo, pero no lo he entendido muy bien.

Sin saber por qué, Changbin sonríe.

—Si quieres puedo entrar contigo —dice.

Vale, puede que odie un poco los juegos de realidad virtual, pero la cara que pone Felix al escucharle hace que merezca la pena el sacrificio.

Changbin parece muy seguro de cada movimiento que hace y de cada cosa que dice; sin embargo, por dentro se siente un idiota que ni siquiera llega a entender el porqué reacciona de esa manera ante el menor.

Quizá le recuerda demasiado a Seungmin y a Jisung.

—Ven, dame esto, anda —dice, cogiéndole de la chaqueta y tirando suavemente de ella.

Felix da un pasito hacia atrás y vuelve a sonrojarse.

—No hace falta, hyung. Dame, te ayudo.

—No, Lix. Dámela. Luego buscamos un perchero, ¿vale? Pero quítatela, porque sino cuando salgas tendrás mucho frío.

Los ojos de Felix se abren más de lo normal al escuchar la forma en la que le ha llamado. No va a decir que no le guste, pese a que poca gente le llame así y pese a que normalmente esas personas son cercanas.

—De acuerdo... Gracias —dice en voz baja, dejándose ayudar a quitarse el abrigo.

Durante un rato se quedan mirando el interior de la sala. Changbin intenta comprender el mecanismo del juego, para no fastidiarle la partida a Felix cuando sea su turno.

No obstante, cuando entran y dejan las chaquetas en un lado, es Felix el que le fastidia la partida al mayor. Está avergonzado y eso solo hace que cada disparo esté más alejado del lugar al que debería ir. Le tiembla el cuerpo, y a Chanbgin le hace mucha gracia verlo así, pero por parte también siente la necesidad de hacer que pare y que se sienta mejor y más tranquilo. No tiene razón alguna para sentirse tan nervioso.

—Tranquilo, Lix. —Otro disparo cinco metros más lejos del blanco—. Es solo un juego.

—No es eso... —dice con la voz agitada por todos los movimientos y los nervios—. Es que no quiero hacerte perder, hyung.

Changbin suspira.

—Felix, me da igual este estúpido juego. He entrado contigo para que puedas divertirte, así que disfruta y deja de pensar en hacerlo bien. Venga, pequeño idiota.

Felix intenta esconder la sonrisa y concentrarse en el juego.

—Pequeño, sí, pero más alto que tú.

Changbin enarca las cejas, sorprendido por esa respuesta. La verdad es que es mucha la gente que se mete con él por su estatura, pero nunca lo había hecho alguien que conoce de dos días.

Pero el hecho de que Felix le haya dicho algo así, por alguna extraña razón, le hace reír.

—Juega y calla si no quieres que te estampe contra la pared.

Felix se queda parado unos segundos y se lleva las manos a las gafas de realidad virtual, a punto de quitárselas y mirar sorprendido a Changbin, pero al final decide no hacerlo y continuar jugando hasta que, dos minutos más tarde, pierde la partida, haciendo que el equipo de Changbin, en el que solo están ellos dos, pierda también.

Pero lejos de sentirse culpable, le dedica una tímida sonrisa al chico que le observa con la espalda apoyada en la pared y los brazos cruzados.

You Should Be Here [Minsung]Where stories live. Discover now