cap. 25

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;mateo; 

Abro los ojos y el dolor punzante en mi cabeza es punzante, lo primero que hago es rascarme la nariz cuando comenzó a arder, supe de inmediato que ayer consumí un poco de la buena merca. Suspiré, parándome, así doliéndome más todo mi cuerpo, la cabeza sobre todo.

La casa la conozco; Es la casa de Manuel. No sé como acabé acá, yo planeaba ir a la joda de otro wacho amigo mío, para no ver a Maite y joderme más la cabeza, pero se ve que con un par de rayas y escabio, terminé donde empezó todo, en la casa de la mina que anda en mi cabeza a cada rato.

Me arreglé la remera, caminé entre el montón de gente durmiendo en el piso, en un lado de la cocina encontré la puerta del baño. Entré y bajé mis pantalones, para comenzar a mear. Siento el alivio de por fin depositar mis ganas de mear. 

Siendo sincero, no recuerdo ni un poco de todo lo que fue la joda, ni siquiera si la pasé para el orto o bien. Sólo recuerdo cuando comenzó todo, en la joda de mi amigo, escabiando y consumiendo un poco de la merca que él distribuye. También me acuerdo de la rubia que dejé colgada, le dije que iba en cinco pero jamás volví, en cambio, vine a la casa de Manuel para continuar esta joda.

Subo mis pantalones otra vez, sintiendo el dolor de cabeza hacerse cada vez más fuerte en el lado izquierdo. Me quejé, agarrándome la cabeza y puteando a todo mi árbol genealógico, también a mi amigo por darme la idea de la merca, si él no me hubiera insistido, yo ahora no tendría tanto dolor, y también recordaría algo de todo lo que pasó anoche.

Salgo del baño y choco con una silueta femenina, quisiera mentir y decir que no la conozco, pero si lo hago. 

Maite me mira de arriba a abajo, siento su mirada quemarme pero las palabras no salen, están atoradas en mi garganta. Por alguna razón me paralicé al verla, ahí parada y mirándome con ganas de matarme.

Supe en ese instante que algo había cagado, que todas mis intenciones de recuperarla se fueron por un caño, porque esa no era su mirada, no estaba tan cargada de odio y rencor. 

¿Qué hice ahora?

Cuando abrí mi boca para decir algo, ella se fue, dejándome con la palabra en la boca y mis ojos clavados en su espalda. Mi pecho dolió pero no dije nada, me quedé callado y avancé hasta la puerta principal, para irme de una vez por todas. 

En todo el camino, la voz de ella, su mirada fría y todo su ser, no abandonaron ni un segundo mi mente. Me encantaría decir que la puedo llegar a olvidar pero sé que es mentira, ella no se olvida fácilmente y lo tengo más que asumido. También podría mentir diciendo que ayer tuve que fumar tanto para estar en el ambiente, cuando es una mentira muy grave, si sólo fumo cuando se trata de ella.

Cuando ella tiende a estar en mi mente tanto tiempo, fumo. Cuando ella me ignoraba y no me daba ni la hora, fumaba. Cuando sé que la perdí por un pelotudo y gil, fumo.

Paro en unos de los bancos de la plaza, sentándome en este y suspirando, echando mi cabeza hacia atrás. En mi mente está ella y todas las preguntas que no me hice en su momento, ahora están matándome.

Que difícil la haces, Maite Vainstein. 

(...)

29/12/19

;maite; 

-Manuel, veni acá- Lo corrí hasta que llegamos a uno de los pasillos de la tía Marta.

Nosotros nos paramos en seco al ver un cuadro de, por lo que entendí una vez, mis abuelos. Ese cuadro siempre estuvo escondido, algunas veces lo dejaban ver, pero no muchas.

Mi hermano me mira por encima de su hombro y sigue mirando el cuadro, aprovecho su distraída para agarrar el celular que tiene entre sus manos. 

-Que pendejo sos, encima me querías revisar el celular y no tenes ni mi contraseña- Reí. 

Él no rió, siguió mirando el cuadro. Los dos vimos un papel casi sobresalir del cuadro, Manuel es más valiente que yo y lo agarra en completo silencio. 

Lo lee, cae al piso y yo corro a agarrarlo, con intenciones de leerlo esta vez yo. 

-No- Hablé después de terminar de leer. -No puede ser

Sentí mi mundo yéndose a la mierda, no pude detenerlo. Mi pecho se apretó, no pude respirar. Manuel envolvió mi cuerpo entre sus brazos, pero yo no pude hacer nada. Me quedé en silencio, contemplando la situación.

-Todo va a estar bien, Mai- Dijo.

No le creí.

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ya se que es un capitulo chotisimo, perdon


Difícil; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora