cap. 13

2.5K 205 12
                                    

;mateo;

No voy a admitir que quiero llorar, pero quiero llorar. Siento que desde tiempo la cagué con Maite y no hay vuelta atrás, me la mandé cuando la dejé sola, pero era un pendejo con la pija caliente, ¿qué más podía hacer?

Mi ex me prometía más, tenía un futuro más seguro con ella que con Maite, no se decidía, me tenía de acá para allá pero no voy a negar que haciéndose la difícil más me gustaba.

Ese día la cagué tanto que después de cruzar la puerta de la habitación del motel me arrepentí, pero no pude darme vuelta atrás, tenía esperando a Zoe mientras que estaba durmiendo Maite en una habitación desconocida por los dos.

Un forro total, pero no pensé, simplemente actúe y esa fue la cagada.

-¿Sabes qué le pasa a Manuel?- Preguntó Claudio, uno de nuestro círculo de amigos.

Negué con la cabeza y le di una calada al porro que tengo entre mis dedos, viéndolo arder cuando mi boca hace presión, después dejé escapar el humo, acordándome las primeras veces en que empecé a fumar, aprendiendo poquito a poquito de como lo hacía Maite.

Todo lo aprendí de ella, incluso como hacer arroz. Soy un desastre pero gracias a ella soy un poco mejor, aunque para serlo completamente necesito su calor. Maite me tiene nadando en un dulce de leche, me tiene denso, pesado y dulce, dios.

-Para mí que está re enamorado de la pelirroja- Dijo esta vez Andrés, otro de nuestros amigos.

Yo solté una leve risa. Sé que Manuel está enganchado con esa mina, aunque lo niegue, nunca vio a alguien como la ve a ella, los ojos se le van directamente a ella y no responde dos palabras bien. Eso es imposible para el rey de las rimas y alto nivel intelectual.

Vi como viene el morocho hacia nosotros, no sin antes darse una vuelta para ver hacia atrás, confirmándome que está Angelina, como siempre, cuando no Manuel viendo a la pelirroja.

-Concuerdo con esa- Hablé dándole la razón a Andrés.

Le di otra calada al porro e inhalé el humo, sacándolo por mi nariz. Vengo practicando hace rato sacarlo por la nariz y ya va saliendo bien, porque yo soy inútil, entonces no todo sale con facilidad.

Manuel se terminó de acercar a nosotros, nos dio una mirada rápida y a mí me sacó el porro de las manos, llevándoselo a sus labios. Yo puse los ojos en blanco pero no me quejé en voz alta, todo en mi mente, para no comenzar a pelear.

El morocho que podría ser perfectamente mi cuñado se sentó enfrente de nosotros, en el pasto. Todos lo miramos como si estuviéramos esperando algo, él nos miró frunciendo el ceño y elevó una ceja.

Igual que Maite.

-¿Por qué me miran así?- Preguntó mi mejor amigo, buscando en mí una explicación aunque la pregunta sea para todos.

Yo elevé los hombros, no tenía ni la mínima idea de que querían saber ellos, yo sólo quiero saber que onda con la vida de Maite.

-¿Te gusta Angelina?- Preguntó sin filtros Claudio.

Manuel se cagó de risa pero al ver nuestras caras serias se detuvo, volviendo a su típica cara de orto, dando una calada al porro que antes era mío.

-No- Dijo sin más pero bajo la mirada.

Está mintiendo. Él y Maite tienen la misma postura cuando mienten; Bajan la cabeza y mueven los ojos de un lado a otro, se ponen nerviosos y juegan con sus manos.

Lo conozco mucho más de lo que cree, y a la morocha también.

-Bueno sí, un poquito- Dijo Manuel acostándose en el pasto, mirando hacia el cielo.

Yo me reí sabiendo que le gustaba, era muy obvio. Todos festejaron a Manu, mientras que yo terminé el jugo que compramos con los chicos. Cuando ya todo el tema de Manuel y su enamoramiento pasó, Marcos, nuestro amigo, llegó hasta nosotros.

-Wachos, acabo de salvar a una mina hermosa de los pelotudos de Brian y su bandita- Dijo casi corriendo.

Yo fruncí el ceño; Como no ellos mandándose cagadas con las minas, ya los tenemos amenazados, una más que se mandan y los cargamos a piñas, porque con las minas no se meten más.

-¿Dónde?- Pregunté yo.

-En el barrio, saliendo de La Boca- En mi barrio. Ahí nadie se mete con nadie, porque saben que se pueden llegar a agarrar conmigo.

No conozco a la mina pero la próxima que me entere, los re cago a piñas.

Estoy cansado de las injusticias que están provocando los pibes con las pibas, no pueden caminar tranquilas y si yo y mis amigos podemos vengarnos, vamos a hacerlo.

-¿Quién era la mina?- Preguntó Claudio.

-Me dijo que se llamaba Maite y es morocha- Sentí la sangre hervir, nos miramos con Manuel y nos levantamos.

Yo cerré los puños a mis costados y miré a Marcos, aunque él no dijo más nada. Cuando quise acordar, con Manuel caminamos hasta donde sabíamos que íbamos a encontrar a Brian.

Cuando apenas lo encontramos, mi puño estampó contra el cachete de Brian. En mi cabeza estaba la imagen de él apretando a Maite, y eso hizo que más fuerte le pegue con cada piña.

A mi Maite nadie la toca, a menos que ella lo quiera.

-Con mi hermana no, wacho- Le gritó Manuel dándole otra piña a uno de los amigos.

Difícil; TruenoWhere stories live. Discover now