cap. 16

2.3K 178 4
                                    

Llegué a casa después de estar tres horas seguidas hablando con Lolo y su madre en la cafetería, esas dos personas me hacen feliz y son como una sanación al alma cuando estoy mal.

En mi vida todo se está tornando gris; perdí a quien quería, mis padres están presentes pero no los siento que estén conmigo, mi hermano está perdido en sus propios asuntos y la Universidad está terminando con una parte de mí.

Todo se está yendo al carajo y quiero encontrar la manera para huir.

Me tiré en el sillón y prendí la tele, puse el primer canal que encontré, están pasando rick and morty, uno de mis programas favoritos después de Los Simpson. Desde que salieron los estoy viendo y eso me hace a veces recordar cuando era chica y con Manuel podíamos ver un sólo capítulo, sino que siempre era uno atrás del otro. 

Siento el sillón hundirse a mi lado, veo de reojo y mi hermano está mirando junto a mí, riéndose de algo que acaba de hacer rick, yo también reí. Es uno de esos capítulo viejisimo, uno de la primera temporada pero que por más que lo repita, a mi me va a seguir encantando. 

-¿Te acordas cuando veíamos esto todos los domingos?- Preguntó mi hermano, asentí sin despejar la vista de la tele. 

Mi hermano abrió sus brazos, apoyando uno en el respaldo del sillón. Giré mi cabeza para mirarlo, él sólo inclinó la cabeza con una media sonrisa y yo me escondí en sus brazos.

-Como quisiera volver a cuando éramos chiquitos, todo era tan lindo ahí- Susurré con la voz en un hilo de voz. 

Cuando teníamos diez, nueve años, no teníamos esa consciencia de que todo se podía ir a la mierda en dos segundos. Vivíamos tan felices, viajando por donde nos daba la guita, la playa, los días de campamento familiar. 

Todo era tan perfecto que me hacía creer que nuestra familia jamás se iba a ir al carajo, que íbamos a seguir igual de unidos. Antes era tan ilusa y si ahora mi yo de diez años viera en lo que se convirtió todo cuando cumplimos 18; como dejamos de parecer valer menos a mis papás, como nos iban tomando en cuenta cada vez menos, se deprimiría demasiado.

Ahora mis padres ya casi no nos dan bola, están viajando para trabajar más y sé que no es culpa de ellos, es culpa de esta economía del orto que te obliga a trabajar más para tener los beneficios de poder comer cada mes. No es su culpa pero duele. 

-Te entiendo pero esto es lo que estamos viviendo y siempre vas a tener que buscar algo nuevo, ¿sabes? La vida a veces es una mierda pero sigue, y vas a tener que hacerte fuerte, siempre- Habló Manu, acariciando mi pelo con sus dedos. 

Me reí despacio, haciendo que él pare sus masajes en mi pelo. Elevé una ceja mirándolo, él también lo hizo, dejándome en evidencia lo gran parecidos que somos. 

-Replik le perdió el gusto a la compe y le agarró a la filosofía- Canturrié. 

Mi hermano me pegó despacio en el cachete, riendo junto a mí. Me empujó despacio, yo me enojé, el primer movimiento que tuve fue agarrar el almohadón que estaba a mi lado en el sillón. Manuel no se vio venir el movimiento, así que se llevó una sorpresa cuando el almohadón estampó en su cara. 

Solté una carcajada, aunque me atraganté cuando ni yo esperé que el almohadón ahora cayera en mi cara. Sólo hice una mueca porque justo el cierre de la funda del almohadón chocó con mi ojo. 

Empecé a soltar lágrimas por instinto pero no quería llorar. Mi hermano sólo me pidió perdón miles de veces, yo me tapé el ojo y asentí. Cuando Manuel corre hacia la cocina, siento la puerta principal abrirse y un grito que conozco a la perfección. 

-¿¡Dónde está el más pajero de tod...?!- Su frase quedó en el aire cuando su vista se centró en mí. -¿Estás bien? ¿Qué te pasó? 

Asentí por su primera pregunta. Su preocupación me alegra pero también me hace pensar en lo exagerado de su tono de voz, y en como Manuel actuó también. Simplemente me dolió, pero tampoco estoy sangrando. 

Fue un mínimo accidente que tampoco es que duela tanto después de unos minutos. 

-Eu Mateo, agarrame el celu- Le extendió el celular a su amigo, y me pasó la bolsa con hielos. 

-Manuel estás exagerando

Agarré la bolsa con hielos, Manuel hizo una seña con su dedo para que me callara, espero a que yo me ponga la bolsa en el ojo y una vez lo hice, se dio vuelta y comenzó a hablar con Mateo sobre su próxima canción.

 Saqué los hielos de la bolsa, sin que ninguno de los dos se dieran cuenta, y cuando mi hermano estuvo metido completamente en su conversación con el morocho, los metí de una en su remera, haciendo que su espalda se arqueé. 

Mi ex-algo se rió, yo también lo hice pero no fue divertido cuando los hielos acabaron en mi remera también, y sin querer, armé una guerra entre Manuel, Mateo y yo.

-----------------

capítulo caca, perdón


Difícil; TruenoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang