Kihyun le quita la tapa al vaso de plástico del milkshake y toma una papa, comenzando con su extraño ritual de dar un mordisco y mojar. Dar un mordisco y mojar. Tomar un trago, mojar una papa. Y así durante un milenio hasta que finalmente acaba.

—Le conté que salí con ustedes—responde Kihyun—. Ella dijo que estaba bien, debo despegarme de todo lo que me ata a pensar en Jooheon y pasar tiempo con amigos.

—Y aún así estás aquí—comenta Hoseok, quien tiene un espresso con dos donas: una de chocolate y otra glaseada.

—Me comprometí con esto, casi que es parte de mí—ríe Kihyun con el fallido intento de bromear cuando en realidad se quiere convencer de esto. Vamos, que lleva mucho tiempo tratando de convencerse de que la física es su pasión cuando no es así—. También me preguntó cómo estaba, le dije que bien. Entonces dijo: ¿qué es bien? Y pues, ¡no lo sé! Llevo dos años atascado aquí intentando superar la muerte de mi novio mientras quiero averiguar la manera de traerlo de vuelta estudiando una carrera que no es para mí, ¿realmente crees que estoy bien de la cabeza?

—Entonces no estás bien—dice Hoseok mordiendo una dona.

—Yo creo que sí—responde Kihyun, dándole un trago a su milkshake. Su mejor amigo lo mira curioso, y a su vez, como si estuviera diciendo alguna locura—. Me acostumbré a descuidar de mí mismo, para mí eso es estar bien. Comer mal, dormir muy poco... comencé a verlo como algo normal. Y encontrarme mal o más o menos es cuando me encuentro triste, donde directamente no como y olvídate de pegar un ojo durante la noche. Sé que estoy enfermo, pero no necesito explicar qué es estar bien o mal porque no lo sé.

Hoseok guarda silencio. No dice nada, Kihyun de cierta manera tiene razón. Estudia una carrera que por más que le esté yendo de maravilla, sabe de sobra que a él no le gustaría estar aquí, si no delante de un micrófono o cocinando algo delicioso. A lo sumo ahogándose en letras y gramática en lugar de números y teorías. Pero aquí continúa, tratando de convencerse así mismo de que le encanta la física, que es su más grande pasión y su sueño cuando sólo ellos dos saben que no es así. Kihyun es infeliz, está deprimido. Pero lleva tanto tiempo siguiendo este tipo de vida que comenzó a tomarlo como algo normal, con estar de maravilla. Esa infelicidad y depresión que lo sigue como si fuera un verdugo acabaron por ser indiferentes para Kihyun. Sin autolesiones -al menos ya no, pero en un comienzo sí- y sin un segundo intento de suicidio, empezó a creer que ya no era asunto para tratar y que había mejorado. Cuando en realidad no. Su nueva manera de torturarse es esta. Vaya que se odia ante cada fallo.

En terapia con Yongsun aún no tocan el tema de la muerte, más bien la joven y atractiva muchacha prefiere comenzar de a poco. Ir conociendo a Kihyun, antes de empezar a indagar más a fondo. Conocer sus pensamientos, recordar un poco el pasado para verlo como algo bonito en lugar de una tragedia. Celebrar la vida de Jooheon, no lamentar su muerte.

—¿Todo eso es tu trabajo?—pregunta Hoseok, cambiando de tema, señalado la pizarra que tienen a unos cuántos metros de distancia. Kihyun sigue su dedo con la mirada, antes de mojar otra papa en su bebida.

—Sí—responde—. Pensé que estaba bien, de hecho el comienzo lo está, pero luego se vuelve muy erróneo. Palabras textuales del amigo de Siyeon: debo dejar de ver Marvel.

—¿Por qué? Te gusta Marvel.

—No es por eso, Marvel es muy erróneo en cuanto a la física—explica Kihyun—. Stark puede ser un genio dentro del universo Marvel, pero en realidad dice unas cuantas palabras bonitas sin sentido.

—O sea que te llamó fantasioso—Hoseok no se molesta en preguntar sobre las cosas que están mal dentro de las películas de héroes porque su mejor amigo no dejaría de hablar y hablar para que al final su mente divague pensando en la mortalidad del mosquito y acabe sin prestar atención de lo aburrida que se volvería la conversación.

No es que sea cruel, de hecho muchas veces hace el enorme esfuerzo que hace Kihyun para entender todo ese lenguaje extraño traído de otros mundos para poder comprender a lo que él se refiere. Pero a veces a su cerebro no parece interesarle y quiere viajar hacia otra dimensión. Una totalmente desconocida, donde las leyes que estudia Kihyun no alcancen encontrarlo.

—Básicamente—el menor suelta aire por la boca, echándose hacia atrás en su asiento—. Es posible que me haya salteado unas cuántas leyes y esto parezca un libro de ficción. ¡Por Dios! Ya comprobaron que el viaje en el tiempo es posible, ¡pero necesito saber la manera de hacerlo ya sin la necesidad de arriesgar mi vida acercándome a un agujero negro! ¡Y eso tampoco me sirve!

Ya está comenzando a ponerse algo histérico. Kihyun grita algo de que si va al espacio viaja al futuro y no al pasado o algo así, no lo sabe bien. Sus oídos parecen bloquearse cuando eso comienza y Hoseok no hace más que suspirar. En verdad esto le estresa bastante a su mejor amigo, la pasa horriblemente mal y se altera cuando trata de explicar algo pero siempre encuentra la lógica. Un ciclo vicioso donde una idea extraordinaria aparece, pero luego recuerda algo que aprendió y se va todo al carajo. Siempre le recuerdan el pensamiento lógico, nada de disparates. Nada de hacer desaparecer partículas para transportarlas a otro sitio porque es imposible que algo así ocurra para que por arte de magia esas mismas partículas vuelvan a ser lo que eran antes. ¡No tiene sentido! Si algo desaparece, deja de existir. Se destruye. Adiós, aquí se terminó la historia de las putas partículas.

El mayor se pone de pie, dirigiéndose hacia la pizarra. Se siente orgulloso al notar de que horas y horas de charla con Kihyun dieron resultado y le sirven de algo. Puede entender alguna que otra cosa que hay allí escritas, otras no tiene ni la más mínima idea de qué habla. A pesar de que la mayoría de veces no preste atención, cuando su mejor amigo se toma el tiempo y la molestia de explicarle sobre física como si fuera un niño de primaria, consigue aprender un poco más de este basto universo tan desconocido y misterioso para todos. La teoría de la relatividad general, por ejemplo, que habla sobre el comportamiento de los cosmos y que sin duda estalló las neuronas de Hoseok cuando consiguió comprenderla. Ahora entiende por qué el tiempo fluye distinto aquí en la Tierra y allá en el espacio. Incluso hay una pequeña diferencia entre el suelo y estar encima de un avión.

—Kihyun—Hoseok interrumpe a las quejas del nombrado antes de que comience a llorar de la frustración. El menor deja de hablar, dispuesto a escuchar a su mejor amigo, quien mira todos esos números y dibujos, y gráficos y...—. ¿Qué es eso?—señala hacia la parte superior de la pizarra— Expresaste mal la fórmula.

El menor frunce el ceño, completamente confundido ante las palabras del más alto. Se pone de pie, comenzando a caminar en dirección hacia Hoseok para pararse a su lado y ver lo que había escrito cuando estaba solo en el aula. Antes de verse agobiado por todo lo que escribió y luego abrumarse con las correcciones de su profesora y su amigo. Y, efectivamente, la ecuación estaba mal expresada. 

—Vaya, sí me escuchas cuando te hablo—podía tratarse de una broma, pero Kihyun lo dice tan serio que Hoseok hasta siente un poco de lástima y se regaña a sí mismo por ser un mononeuronal.

Kihyun no lo demuestra, sin embargo está más que agradecido de ser ayudado y que sobre todo su ayuda sea Lee, lo cual lo enorgullece. Busca un borrador y una silla para poder pararse y llegar hacia la parte superior de la pizarra. Hoseok lo mira desde abajo con ternura, pues se encuentra parado de puntitas de pie tratando de alcanzar. Luego se baja y borra todo lo demás, pues si hay algo mal en el procedimiento, todo lo demás en adelante también lo está. El menor suelta un gemido lleno de frustración.

—Odio esto—se queja.

—Entonces vamos a casa y descansa un poco—sugiere Hoseok.

—No, porque acabo de pensar en algo y quiero verificarlo primero.

Y así pasan dos horas. Kihyun aguantando el llanto mientras trata de pensar y pensar sus teorías, aplicando otras ya planteadas. Suspira, patalea, golpea a Hoseok alguna que otra vez. No entiende por qué cree que puede desarrollar una teoría en cosa de horas, días meses, cuando al mismísimo Albert Einstein le costó más de cuatro años la teoría de la relatividad general. Kihyun no es un genio, ni siquiera es un estudiante graduado. No sabe por qué pensó que lograría algo tan complejo como descubrir que sí hay una manera accesible de viajar al pasado o al futuro. Pero lo intenta. Entre lágrimas lo intenta. Y a pesar de que todo está incompleto, consigue llegar a un resultado que lo deja un poco confundido. La X en la ecuación es 4155102M, un número completamente familiar para él... el tren de la estación. Es el tren de la estación. Tiene que ser una coincidencia, ¿o no?

Train of Time [Kiheon/Kiho] [Monsta X]Where stories live. Discover now