– Bien entonces será...– De pronto la paz del ambiente se esfumó cuando escucharon un grito desgarrador en las calles, el beta inmediatamente se asustó y estiró sus brazos para que sus bebés brincaran con él.

¿Qué había sido eso?

Jeon se tensó, miró a Jin y el beta pudo entender con su mirada lo que le pedía. « Cuida a los niños.»

El castaño se levantó de la cama y caminó hacia una de las ventanas, Jin no supo qué tan malo fue lo que vio pero el rostro casi imperturbable del alfa se transformó por unos segundos mientras su mirada se oscurecía.

Allí no había nada del padre juguetón, allí sólo estaba el alfa que de forma despiadada se daba a respetar. 

Por más que el pelirosa quería esconderlo el latido de su corazón junto con su respiración demostraban lo asustado que estaba. – Jin. – Sintió que los oídos le zumbaban.

– ¿Si?–

– Me tengo que ir pero antes de eso necesito que te cambies y pongas en una mochila las cosas indispensables para ti y los niños. – Al pelirosa se le enfriaron las manos, ¿qué pasaba? Jin asintió mientras se levantaba y tomaba a sus algodones, su zorro estaba en posición defensiva este estaba preparado para atacar y hacer acto de presencia si era necesario, no dejaría que nadie dañara a su alfa ni a sus cachorros.

– ¿Bebes me ayudan a llevar sus cobijitas a mi habitación? – Las bolitas lo vieron temerosos, el beta los acercó a él y les llenó de besos intentando que se relajaran, finalmente sus dos fuertes alfas salieron despavoridos hacia su habitación, Seokjin se quedó en el cuarto con Jeon quien lo veía con el ceño fruncido, ¿por qué no se iba?

– Señor Jeon. – Este asintió. – Necesito saber qué sucede. – El castaño apretó su mandíbula mientras se pasaba una mano por el cabello. – No sé quién lo ha hecho pero una mujer acaba de morir asesinada a unos metros de nuestra casa. – A Jin se le ensancharon los ojos y sus manos temblaron, en todo el tiempo que había estado allí jamás había escuchado de sucesos similares, ni siquiera robos, era por el fuerte carácter de Jungkook y su forma de gobernar a su clan que los delicuentes preferían largarse.

Por otra parte, Jin detectó otra cosa, notó la decepción personal en los ojos de Jeon, por dentro el  castaño se sentía sumamente culpable de no haber protegido a su pueblo.

– ¿Ella...?– No fue capaz de terminar la pregunta.

El alfa siguió hablando pero el tono lleno de frialdad que uso sorprendió al beta. – Mis hombres ya han recogido el cuerpo. – « ¿Tan rápido?» Seok asintió con sus ojos llenos de temor.

Aquello removió algo en el alfa pues inmediatamente cambió su expresión y expuso algo de su olor para calmar un poco el tenso ambiente. – Iré a preparar lo que me pidió. – El pelirosa se volteó y comenzó a caminar hacia la puerta pero el castaño lo detuvo al tomarle del brazo.

El mayor lo miró profundamente. – Jin iré a dejarte con dos de mis hombres de confianza sin embargo, si las cosas se complican necesito que...– El beta asintió con decisión en sus ojos.

– Lo haré, cuidaré bien de nuestros niños. – El alfa lo miró con cierta tristeza y asintió, Jin tomó esa señal para irse pero de nuevo fue detenido por el castaño quien suspiró preocupado. – Jin cuídate, – El beta jamás pensó ver aquel comportamiento en el temible alfa, por eso ensanchó sus ojos cuando vio que este bajaba la mirada con cierta vergüenza. – pues tenemos que estar todos juntos para nuestro próximo desayuno. – Seokjin reparaba tanto en las expresiones del contrario que a pesar de que el alfa le sonrió pudo encontrar sincera preocupación, impotencia e increíblemente un sentimiento de súplica.

Just One Belief [Kookjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora