73

79 1 0
                                    

perdieron -aproximadamente- dos preciosas horas hasta que ese trámite pudo cumplirse; que si se hubiese hecho esto o lo otro.

"Hubiera o hubiese"... Qué forma verbal inútil en circunstancias así.

Se aplica para lamentaciones tardías acerca de lo que ya es imposible modificar y que son totalmente vanas cuando -como de costumbre- no se tiene en cuenta esa experiencia para prevenir desgracias futuras.

Los hijos de los más humildes -como Boris e Iván- casi no tienen defensores durante sus vidas. Mucho menos después de muertos.

El drama fue rápidamente olvidado por los medios de comunicación masiva y por el público consumidor de sus noticias.

"Po-bre ma-má... Po-bre pa-pá..."

Pasaron veinte años a partir de aquel sábado trágico para Eloy y Cora. Con los corazones destrozados, ambos siguieron trabajando como robots aunque ya no le encontraban sentido a la existencia.

Se esforzaban -sin embargo- para ayudar a criar a varios sobrinitos, a medida que su familia del lejano pueblo iba -también- mudándose a la gran ciudad.

En esa obra de solidaridad con los suyos encontraban -a veces- un poco de alivio para su dolor.

No quisieron tener más hijos. El recuerdo de Boris e Iván se mantenía en ellos con una nitidez tal que sentían que ambas criaturas andaban por allí, con sus almitas en puntas de pies deslizándose por la casa, acompañándolos -como en el pasado-, eternamente niños.

¡SOCORRO! ( 12  cuentos para caerse de miedo) Elsa BornemannWhere stories live. Discover now