-¿Qué cosa?- Camila también se mostró interesada, lógico (aunque seguía sin quejarse, el temor la hacía temblar).
Martina continuó con su explicación:
-Nos tapamos bien -cada una en su cama- y estiramos los brazos, bien estirados hacia afuera, hasta darnos las manos.
Enseguida, lo hicieron.
Obviamente, Oriana fue la que se sintió más amparada: al estar en el medio de sus dos amigas y abrir los brazos en cruz, pudo sentir un apretoncito en ambas manos.
-¡Qué suertuda, Ori!, ¿eh? -bromeó Camila.
-Desde tu cama se recibe compañía de los dos lados...
-En cambio nosotras... -completó Martina- sólo con una mano...
Y así -de manos fuertemente entrelazadas- las tres niñas lograron vencer buena parte de sus miedos.
Al rato, todas dormían.
Afuera, la tormenta empezaba a despedirse.
-Gracias a Dios, la abuela ya se siente bien -les contó la madre al amanecer del día siguiente, en cuanto retornaron a la casa con su marido y su suegra y dispararon al primer piso para ver cómo estaban las chicas-. Fue sólo un susto.
Como -a su regreso- las niñas dormían plácidamente, la abuela misma había sido la encargada de despertarlas para avisarles que todo estaba en orden. ¡Qué alegría!
-Así me gusta. ¡Son muy valientes! Las felicito -y la abuela las besó y les prometió servirles el desayuno en
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¡SOCORRO! ( 12 cuentos para caerse de miedo) Elsa Bornemann
Mystery / ThrillerDesde una abuela malvada que odia a sus nietos hasta un niño-robot fabricado para explotar en su propio colegio, estos doce cuentos provocan el placer y el miedo que sólo Elsa Bornemann sabe inspirar con su literatura. Un clásico que marcó un hito e...