El castillo de las almas ( Amante demonio I )

Capitulo veintitres

Ámame hoy porque no habrá un mañana

Labios febriles.

Razón incoherente.

Una sola noche para amar a la persona más importante para ti.

Desde el instante en que la besó deseo amarla con todo su ser y volver a sentirse humano. Araziel quería abrir una puerta hacia su alma para que Nalasa penetrase en ella y la llenara con su ternura y su luz aunque solo fuese un vez.

Respiración entrecortada.

Ropas fuera entre caricias y besos.

Su piel sabía a miel y el latido de su corazón hacían que pareciese que él también tuviese pulso. La necesitaba tanto y deseaba tanto quererla. Aquella necesidad era más espiritual que física. Más que su cuerpo necesitaba su cariño y ternura. Su corazón por entero.

Caricias tiernas y vacilantes.

Pasión contenida.

Nalasa era delicada y suave como un tulipán e igual de hermosa. Sus pequeñas manos recorrían su espalda desnuda y sentía sus finas uñas en la carne. La necesidad del uno y del otro era demasiado fuerte. Todo él quemaba y toda ella se derretía como un terrón de azúcar en una taza de té. 

Gemidos entre respiraciones fuertes.

Placer recorriendo el cuerpo.

Toda una noche. Una simple noche para amarse antes de que las luces del alba los arrancara de aquel divino sueño. Un amor que moriría con el primer rayo de sol. Un amor que les dolería hasta la agonía por no volver a compartirlo, por contenerlo bajo capas y capas en algún rincón profundo de sus almas.

Miradas enamoradas.

Sonrisas tristes y llenas de amor.

Puede que al amanecer todo acabara, pero nada había tenido sentido si nunca la hubiese conocido. Si algo estaba comenzando a comprender era que ella había nacido para él y él para ella. Aunque mañana se arrepintiese de haberla hecho suya, jamás se arrepentiría de amarla. Con Nalasa era diferente. Ella sabía lo que era y lo aceptaba al igual que él sabía como era ella y la aceptaba por ello. 

Puede que por eso sucumbiese a su deseo.

Puede que ese fuese el motivo por el cual la estaba amando sabiendo que no habría un mañana.