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Capítulo 24: No es el día de los inocentes.

No valía la pena contar que, al apenas llegar de la escuela, me había lanzado a la cama y había dormido como por dos horas. Debía aprovechar que mamá no se encontraba en casa para regañarme. De todos modos, estaba algo fresco afuera y era un perfecto día para estar como perezoso todo el día. Quizá comiendo, quizá durmiendo, o lo que fuese. El punto era hacer nada. Al despertar, lo primero que hice no fue mirar qué hora era, sino volver a golpear mi rostro contra la almohada. Siempre me había resultado curioso que cada vez que te levantas, la cama se vuelve aún más cómoda. La vida es bastante injusta.

Por cierto sí, mi mejilla aún seguía roja.

Con los ojos apenas abiertos y mi cabello enredado y nublándome la vista, agarré mi móvil y, ahí sí, me fijé en la hora. Las cinco pasadas. Bueno, podía dormir más. Me fijé un poco más en el móvil y noté que Luke me había estado mandando mensajes desde las tres y media.

Unos veinte se resumían a mis apodos: Cassie, Cass, Cassandra, pitufina, enana, etcétera.

Incluso, me había mandado una nota de voz quejándose y gritando tal cual mi madre cuando no encontraba lo que quería. O quizá como Grace cuano su cabello se esponjaba en días húmedos. En fin, se entiende a lo que me refiero.

Aquella mañana había sido una mañana húmeda, así que Grace no dejó de quejarse y preguntar a todas las chicas de la escuela si tenían un cepillo para cabello. Fue algo como...:

— ¡Oye, tú! ¿Tienes un peine? Espera, con ese horrible cabello y peinado no creo que ni siquiera sepas lo que es... ¡Hey! ¿Tienes un peine? ¡Ay, Dios! Olvídalo. Deberías considerar raparte y ponerte una peluca. ¿Tienes un peine? Uy, ten, es un vale para el salón, adiós.

La peor parte había sido que me sentí mal por las chicas luego y me disculpé con ellas, como si hubiese sido yo la que las había insultado. Y fui yo la que recibió sus insultos hacia Grace. Las chicas eran buenas personas al parecer, ya que me dijeron que se los mandara a Grace. Y eso hice, y de paso aproveché y le dije algunas cosas que siempre había querido decirle, con la excusa de que lo habían dicho esas chicas.

En fin, todos sabían que Grace se comportaba como una reina cuando no lo era. Excepto Luke, al parecer.

Sacudí mi cabeza y me concentré en mi móvil, y seguí bajando los mensajes.

Luke: ¿Quieres salir a tomar algo?

Cassie: ¿Es esta alguna especie de trampa para emborracharme y meterme en líos con animales de nuevo?

Luke: Algo como un batido o un helado, tonta.

Oh, así que estaba ocultando el alcohol para echarlo en mi bebida cuando fuese al baño. Interesante.

Cassie: Oh, está bien.

Luke: Estoy frente a tu casa, ¿tu madre está?

¡¿Cómo que en frente?! Lucía como un oso recién despertado de la hibernación.

Cassie: No, no está, pero no entres.

Luke: Sé que tienes una llave bajo el tapete, no será muy difícil desobedecer.

Cassie: Oh, ¿hablas del tapete en el cual vomitaste y tuve que tirar a la basura?

Luke: Mierda.

Luke: ¡La maceta!

Cassie: Hijo de puta.