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Capítulo 2: Pizza por la ventana.

— ¡Luke! ¡Luke! —Exclamé al encontrármelo fuera de clases. — ¡Luke!

Ignoró cada uno de mis llamados.

— ¡Pingüino! —Exclamé segundos más tarde.

— ¿Huh? ¿Quién descubrió mi identidad secreta? —Dijo a la par que volteaba a ver para todoslados y doblaba todos sus dedos menos el meñique y el pulgar, imitando un móvily llevándoselo al oído. — ¡Houston, tenemos un problema! ¡Han descubierto miidentidad secreta! ¡Aborten la misión, beep, beep, beep!

Me golpeé la frente con mi mano derecha. Ya estaba empezando a pensar en llamar a un hospital para enfermos mentales avanzados y preguntar si tenían una vacante para uno más. En su etiqueta pondría: «Cree que es un superhéroe y que tiene una identidad secreta, o... algo así».

— Te pasas de idiota, Hemmings —reí.

— Oh, eres tú —suspiró falsamente. —Creí que un malvado había descubierto mi identidad secreta.

— No tienes una identidad secreta, Luke.

— ¿Disculpa? —Colocó una de sus manos sobre su pecho, fingiendo ofensa.

— Ya supéralo —contesté.

— Oh, como sea —se rindió. —Aceptes o no que tengo una identidad secreta, ¿a qué venías?

— Quería preguntarte si quieres ir a los bolos esta noche —dije—, ya sabes, como en los viejos tiempos.

Al apenas dar por acabada la oración, hizo una mueca.

— Eh... yo... este... —balbuceó, con una pausa entre palabras.

— Eh... tú... este... —repetí—, ¿qué?

— Es mi cita con Grace —respondió, con tal rapidez que se me hizo algo difícil entender lo que decía, pero lo hice.

Mi sonrisa se deformó al instante para terminar en una línea recta. Traté de no mostrarme desilusionada e intenté volver a sonreír, mas me salió un intento de sonrisa falsa, más bien una mueca.

— Creí que era de tarde, no de noche —repliqué.

— Sí, pues... cambio de planes.

— Vale, eh... diviértete —bajé la mirada a la par que me daba la vuelta y comenzaba a jugar con mis nudillos. Lo peor, era que Luke sabía que este era mi comportamiento cuando algo no me caía bien.

Giré sobre mis talones, dispuesta a simplemente salir de allí. Cuando ya me encontraba a unos cuantos metros de él, posó su mano en mi hombro, sobresaltándome un poco.

— Podemos ir el sábado, cuando Ashton ya esté —me dijo. Me limité a asentir con un movimiento de cabeza. —Vale, adiós, te quiero.

Al terminar de pronunciar esas palabras, me besó ligeramente en la mejilla y se alejó corriendo con una mano atajando la tira de su mochila. Estaba acostumbrada a recibir sorpresas de Luke, de cualquier categoría, mas ese beso me había tomado por más que sorpresa. Volteé y me encontré con una simple imagen de él corriendo en la otra dirección.

Suspiré.

Luke acostumbraba a hacer eso cuando veía que algo me había caído mal, pero esta vez me tomó por sorpresa y no lo sentí igual. No iba a mentir, me había puesto algo nerviosa.