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Capítulo 11: Cerrarle el hocico.

Me limpié las lágrimas raspando mis dedos contra mi cara múltiples veces, a la par que Luke no desviaba su mirada de mis movimientos.

Me había dejado muda. Ni siquiera me molesté en intentar buscar una respuesta a todo aquello; simplemente no la había.

— Tu papel higiénico es increíblemente áspero, Cass. Se me irritará el tras... —Ashton comenzó a parlotear desde el momento en el que entró, hasta que levantó la vista hacia nosotros. — ¿De qué me perdí, de nuevo? ¡Maldita sea, siempre pasa todo cuando me voy!

Carraspeé.

— No te has perdido de nada, Ash —sonreí, o al menos procuré hacerlo.

El hecho de saber que estaba triste, me decaía aún más. Y lo odiaba.

— Entonces... ¿por qué Luke luce como si te estuviera pidiendo matrimonio? —Preguntó, frunciendo el ceño.

Al percatarse de que tenía razón, se levantó con rapidez, soltó mi mano y se sentó en la cama, a unos pasos de mí. Inconscientemente, Ashton soltó una pequeña risita, sin caer en la cuenta de que la situación se había vuelto incómoda de nuevo. También odiaba eso.

— Bien, yo... ahora soy yo la que necesita ir al baño —mentí. Me levanté y troté hacia la puerta, cerrándola tras mío luego de salir, sin prestar atención a sus reacciones. En efecto, no había mentido del todo, ya que sí había ido al baño.

Coloqué ambas manos en mi cintura, bajé la cabeza y suspiré. Analicé la situación con minuciosidad. Caí en la cuenta que Luke nunca había tenido aquella actitud hacia mí, ni hacia nadie. Mis pensamientos no habían sido comprobados al cien por ciento, pero sabía que Grace le estaba haciendo un lavado de cerebro. Luke podía ser o muy inteligente o muy ingenuo, y me temía que estuviese siendo muy ingenuo con Grace. Grace se podía resumir en dos palabras, bonita y arpía. Era aquella típica chica que lo conseguía todo con su bonita cara y bonito cuerpo, mas tenía una personalidad podrida. A pesar de ser conscientes de sus juegos, seguían cayendo en ellos; y me causaba cierta impotencia, ya que Luke estaba siendo parte de aquellos juegos.

Caminé hacia mi habitación de nuevo y, al momento en que mi mano rozó la perilla de la puerta, escuché la voz de Ashton.

— Bien, seré directo ya que no quieres hablar —alejé mi mano de la perilla y me acerqué un poco para escuchar con claridad —tú sabes más que nadie que Grace... no me cae bien, ni a mí ni a Cassie y si algo le tuviera que caer, sería un meteorito. —Cubrí mi boca, ahogando una risilla. —Pero quiero que te quede en claro que, si eres la razón por la que Cassie estaba llorando, porque puedo ser idiota pero no tanto como para no notarlo, déjame decirte que Grace está causando lo que sea que le hayas dicho. Bien, en síntesis, Luke, nunca pero nunca, dejes a Cassie de lado por Grace. Ella es como una hermana para mí, —su voz tembló, como si estuviese dudando— y estoy segura que también lo es para ti. No la dejes ir nunca, Luke.

No sabía si me había cubierto la boca del asombro, de la felicidad o de qué cosa. No sabía si entrar y decir que lo había escuchado todo, o contar hasta cien y entrar fingiendo sorpresa. No sabía qué cara poner luego de haber escuchado todo aquello.

— Ahora tú, Luke Hemmings, vas a abrazar a Cassie cuando regrese, te disculparás y esta conversación no habrá existido —espetó, y pude jurar que lo estaba señalando con el dedo índice.

Suspiré, conté hasta diez y entré, con una expresión neutra en mi rostro. No fingí sorpresa ni mostré expresión alguna que delatase que había escuchado la conversación entera. Levanté la mirada, encontrándome con Luke mirando sus zapatos y Ashton mirándome a mí.