Cap 30; beber del cáliz

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—¡Nicolás! Si pasas toda la tarde ahí, te vas a arrugar como pasa—Sebas gritaba haciendo un megáfono con sus manos, sentado en el verde pasto bajo los robles y pino que rodeaban el lago

No era muy lejos de la parroquia y del internado, y el padre Miguel les había dicho que podían pasar su tarde ahí, después de que Emilio se entusiasmara al escuchar la idea de un picnic salir de los labios de Nico

El padre Miguel los escuchó y claro que deseaba que Emilio pudiera pasar una tarde agradable de lunes

Habían llevado una sábana blanca y varios recipientes con comida de la cafetería en sus mochilas, austero, pero era su picnic y Emilio estaba realmente feliz de poder hacer cosas como esta con sus amigos

Y como era de esperarse, Nico apenas llegó al lugar y se deshizo de sus zapatos para entrar al agua, con su delgada playera blanca y su traje de baño rojo puesto, llevaba cerca de una hora adentro sin salir

—vine a disfrutar el lago Sebastián—Nico nadaba de espaldas en círculos, estaba siendo realmente un pez en el agua

—viniste a un picnic, se supone que debes comer algo—sebas se acercó a la orilla, sus manos en las caderas, regañando a Nico

Mientras aquello estaba sucediendo allá, Emilio y Joaquín hacían sándwiches dulces con la mermelada de fresa

Ambos sentados de frente al otro sobre la blanca sabana, piernas cruzadas, sus trajes de baño puestos y también sus blancas playeras, no tenían zapatos tampoco

Emilio no había nunca comido un sándwich de mermelada y queso crema, pero Joaquín estaba preparándole uno, se veía concentrado en lo que estaba haciendo

Sacando un poco su lengua mientras untaba las rebanadas de pan blanco con la roja mermelada, también le puso rebanadas de fresa, y después queso crema

—a mí me gusta mucho—le decía mientras también ponía una pequeña fresa encima—pruébalo—

—incluso lo decoraste—le dijo Emilio riendo, haciendo que las mejillas de Joaquín se tornaran de un leve rosa

—abre—le dijo al rizado, acercando el dulce sándwich a su boca

Emilio abrió la boca acercándose un poco y haciendo un sonido que Joaquín encontró adorable—aahm—mordí el bocadillo

Joaquín sonreía mientras Emilio masticaba

—uhmm—el rizado saboreaba el dulce en su boca—¡esta muy bueno!—

Todo era tan agradable en ese momento, y el sándwich era dulce, pero la sonrisa encantadora en el rostro de Joaquín lo era aún mas

Y no se estaban callando, así que

—me gusta mucho tu sonrisa—Emilio dijo, con naturalidad

En ese momento Joaquín ladeo su cabeza observándolo

Así que estaban realmente haciendo ''esto'', era una sensación inigualable, era una libertad abrazadora, estaba sintiendo que podría contra cualquier persona en ese momento

—gracias—le dijo en un tono bajo al rizado, y miró hacia el suelo, porque sabía que su rostro estaba ahora más que enrojecido—yo creo...que la tuya es más bonita—

¿Qué si Emilio sentía mariposas?, Emilio tenía una parvada de aves en su estómago, revoloteando por todas partes, estaba abrumado por ese sentimiento

—podría mirarte todo el día—dijo Emilio después, porque en serio quería que Joaquín lo supiera

—Emi...—Joaquín aun miraba hacia abajo, dijo el apodo con algo de timidez, tampoco lo había planeado, solo salió—...háblame en italiano—fue entonces que levantó su rostro

La sinfonía de lo divinoWhere stories live. Discover now