Cap 21; Paraíso terrenal

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{Narra Joaquín}


—yo ...imagine que eras tú—

Mis sentidos estaban nublados, y aún más lo estaba mi juicio, pero ¿no era eso un alago?, de repente lo considere lindo y como había decidido desde que Nico me aconsejó, yo entregue mis fuerzas a los impulsos que nacieran en lo más profundo de mi cabeza

Me acerqué a su boca, con mis labios entreabiertos, los de él se mantuvieron cerrados, de igual modo sus ojos...

Emilio estaba completamente ido

Me separé de su rostro y el cayó dormido, extendiéndose en mi cama.

Lo miré por unos segundos, el mareo haciendo que el piso se moviera bajo mis pies, mi cuerpo estaba flojo y me sentía tan ligero como una hoja en el viento.

Él estaba dormido, pero lo escuche susurrar...

—es más...—su voz se oía lejana

Yo le pregunte con un hilo de voz—¿'es más' que?—me levante tambaleante y quite sus pantunflas de sus pies, lo empuje un poco y su cuerpo se acomodó pegado a la pared

El tosió un poco, y después dijo—es más cálido que el mármol—

Me recosté, apenas mi cuerpo tocó el mullido colchón, mis ojos comenzaron a pesar, y pude sentir mis pestañeos más lentos cada vez, la imagen del chico frente a mí, con sus rizos alborotados y sus labios rosas, respirando profundo y emanando olor a whisky, se hizo más borrosa.

Me quedé dormido.

Y estuve así por un tiempo, exactamente no cuerdo cuanto, pero unos murmullos me despertaron

Sentí aliento tibio cerca de mi cuello con cada sonido, la humedad de cada suspiro quedándose en mi piel, poniendo caliente esa parte de mi garganta, abrí los ojos de golpe

Emilio tenía un brazo cruzado sobre mí, uno de sus pies también y su cabello formaba y caos celestial de rizos de chocolate, hacían cosquillas en mi nariz

Él decía cosas...

—ten, es para ti...—susurraba en sueños—ponla en tu cabello...—él sonreía—hermoso...—decía una y otra vez.

No sé qué estaría soñando, pero se escuchaba agradable, y lo envidie por unos segundos.

No recuerdo mucho más, después de eso quedé completamente dormido, pero caí en el entendimiento y con todo eso y la decisión que tomé, pase mi brazo por su espalda, y dejé que se acurrucara en mi cuello.

Él me gusta. Lo hace y mucho. Admití para mí mismo.

Y quede por completo dormido.

{Narrador homónimo}

La mañana siguiente, Emilio despertó antes que los demás, su cabeza dolía y su boca estaba seca, apenas amanecía y el cielo tenía un tierno color azul claro, el sol aún no había asomado su luz por completo, pero el canto de las aves acompañaba su confuso despertar

Su cuerpo estaba casi por completo sobre Joaquín y al darse cuenta tuvo una aceleración en el corazón, sentía el latido hasta en sus oídos, él quería recordar cómo es que llegó ahí

Pero no podía recordar nada.

Se levantó con cuidado de no despertar al chico más bajo.

Se puso sus pantunflas y antes de irse, no pudo evitar quedarse mirándolo por un momento...

La sinfonía de lo divinoWhere stories live. Discover now