𝟬𝟮𝟱

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No lo habían hablado pero era claro que hoy era una cita de Mateo y Diego, los amigos de este último le habían estado haciendo mil preguntas que el chico no podía responder, el único que podía saber lo que estaba pasando era Mateo y todavía faltaba una hora para que él llegara. El joven de los Ortega decidió correr a sus roomies para cambiarse por milésima vez, había dejado el cuarto hecho un desastre y se había cambiado por fin al único oufit que según él Symanski jamás había visto, por los nervios empezó a recoger el desastre, tenía que ocupar sus manos en algo sino se iba a volver loco, lo único que él sabía era que Mateo lo había invitado (a él, solo a él, a nadie más, el guapo chico solo quería ir con él a un solos a un lugar) y aunque no era la primera vez ni la última que iban a estar solos Diego estaba nervioso, siempre estaba nervioso cuando se trataba del otro chico, lo descolocaba a extremos insospechados, no tenía que hacer nada más que aparecerse con sus ojos y su sonrisa que solo le regalaba a él para que el menor perdiera la cabeza.

Temo estaba fascinado por ese hecho.

Diego siempre presumía de sus miles de ligues y todo lo que había hecho más que él pero ahora no era capaz de decir que Mateo le había dado un beso en el cachete sin sonrojarse mil veces en el proceso, las cosas habían cambiado tanto en un par de días justo en sus narices y nunca se habían dado cuenta ni él ni Ari pero bueno, habían sucedido muchos acontecimientos ajenos al par de tortolitos que los habían mantenido ocupados.

A pesar de todo lo que había pasado, la casa parecía llena de paz, la pareja de jóvenes y su amigo estaban más que bien, y Temo estaba disfrutando eso, demasiado, disfrutaba de las pequeñas rutinas del día y como es que su mejor amigo y su novio cambiaban los planes a su antojo, jamás había sido tan feliz, a pesar de todo el estrés de la escuela y la pasantía parecía que todo estaba donde tenía que estar.

Ari, por su lado, también estaba feliz.

Si, su madre había muerto pero había encontrado (por fin) la fortaleza para dejarla ir, ahora cuidaba de su hermanito y de su novio como si se le fuera la vida en ello, además, tenía muchísimo apoyo de las vecinas, de su padre y de Eduardo, Temo y él estaban bien, extrañamente Diego se había vuelto menos irritante y le había empezado a caer bien Mateo (influía un poco en que los llevara todos los días a la escuela y que siempre parecía saberlo todo, además de su paciencia infinita para explicarle las cosas que el oaxaqueño no entendía).

Pero no habían arreglado lo de la cama libre en el cuarto de Diego, al fin y al cabo ellos seguían teniendo poco dinero y por eso mismo Carlota había prometido conseguirles un nuevo roomie (que lamentablemente no era Thiago) y justo con el desconocido se iban a reunir hoy.

Carlota entró a la privada media hora antes que Mateo, y hacía mucho que no se acercaba a ese lugar, detrás de ella iba un muchacho llamado Alex que era relativamente nuevo en la capital, aún parecía abrumado por ese lugar y no era muy bueno socializando pero era una persona responsable con la que vivir (según le habían contado) así que fue y se los presento a los tres chicos que esperaban inquietos en la cocina, Diego le dio un pequeño tour por la casa (extremadamente pequeño tour pues el lugar era muy chico), platicaron un rato y parecía muy simpático, les explico que iba en otra universidad muy cerca de la suya y justo cuando Aristóteles preguntó "Alex, cuéntanos más de ti, ¿Qué te gusta hacer?" sonó el timbre y los nervios se volvieron a apoderar de Diego, salió corriendo a la puerta sin despedirse ni voltear, el muchacho nunca supo la respuesta a la pregunta que había formulado su amigo.

DIEGO

Mateo llegó por mí y por primera vez voy viendo un estado de nerviosismo intenso en él, muy marcado, eso no es normal, me hace sospechar que estará tramando porque ni siquiera yo sé que es lo que está pasando. Estoy nervioso y lo estoy demostrando, mi pierna está inquieta y mis manos sudan, dure seis horas cambiándome de outfit esperando que fuera el perfecto y ahora estoy a su lado, intento despejar mi mente mirando a la ventana, extrañamente no hay tanto tráfico para ser Ciudad de México.

𝐼 𝒫𝓇𝑜𝓂𝒾𝓈𝑒 | 𝑀𝒶𝓉𝒾𝑒𝑔𝑜. | TERMINADA. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon