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MATEO 

Las cosas se habían salido de control, bueno, aún más. No había podido detener a Diego y se había emborrachado más de lo previsto, era lógico si lo pensaba, pues había tomado demasiado y no había comido realmente nada (por más que Diego dijera lo contrario, los nopales no valían como cena), nos habíamos subido a mi auto, Diego estaba viendo hacia las luces de la calle y no hablaba.

Me puse a pensar un buen rato sobre a dónde lo llevaría, su apartamento no era una opción, ni siquiera la privada pues probablemente armaría un escándalo, podía llevarlo a mi casa pero cuando despertara sería muy extraño para él, así que me fui por la única opción disponible: su casa de toda la vida, eso podría causar conflictos pero mucho menos que en cualquier otro lugar.

Cuando llegamos a la casa de Ubaldo me di cuenta que Diego ya no podía caminar y lo cargue en mi hombro derecho, los encargados nos dejaron pasar pues ya me conocían, el nuevo jefe de gobierno estaba en la sala acompañado de un señor, si mi investigación hacia Cuauhtémoc había sido buena ese acompañante era Pancho López el padre de Temo, Diego parecía conocerlo bien, pero lo ignoró y empezó a gritarle a Ubaldo, yo no quería irme pero tampoco quería quedarme.

Ubaldo me volteo a ver "¿Qué le pasó a mi hijo Mateo?" cuando iba a responder Diego se me puso enfrente "Me pasaste tu papá. Me pasaste por encima" traté de calmarlo pero me gritó que lo dejara, Ubaldo le dijo que le explicara porque estaba borracho de nuevo, yo solo quería partirle la cara y partírmela también a mí por no haber estado al pendiente de él.

Diego lo señalo "Porque te odio, te la vives diciendo que tu familia es la más importante y que nos cumples de corazón. Pero eres un mentiroso, y ya sé que engañaste a mi mamá. Eres el peor de los mentirosos, eras mi ídolo." Mientras saca todo lo que tenía guardado se tambalea y lo único que puedo hacer es tratar de sostenerlo para que no se caiga, por más reacio que este hacía eso.

Sé que necesita hacer eso, desahogarse para poder sanar. Diego se termina sentando y yo decido que es hora de irme, que cualquier cosa más que diga podría ser una violación a su privacidad y yo lo respeto mucho, antes de salir le digo a Ubaldo que escuche a su hijo y cierro la puerta.

Salgo del terreno y me quedo allí por mucho tiempo, no pienso nada, solo espero por si Diego necesita ayuda, por si necesita algo, yo quiero estar allí para él.

Escucho mi teléfono timbrar y veo su nombre con un corazón rojo, estoy seguro de que lo puso cuando anotó su número aunque yo ya lo tenía registrado, escucho que está llorando y lo único que logro entender es que no quiere dormir en esa casa, le digo que salga de allí y cuando lo veo le abro la puerta, él no parece extrañado de que estuviera afuera, me da las gracias y toma mi mano, me separo de él para rodear el carro y poder conducir hacia mi casa, aunque en su momento parecía una mala idea ahora no lo parece, estaciono el auto y lo guio hacia el elevador, el hace ademán para que lo cargue y me río mientras que le digo que no, si lo hago los dos nos caeremos en el proceso, pero lo dejo apoyarse contra mí, en el sexto piso salimos hacia mi pequeño apartamento, es el primero a la derecha, abro la puerta y se tira en el sillón, le llevó un vaso de agua y se lo toma rápidamente.

"Ya entendí tu plan Mateo, tenerme solo en tu apartamento, no te conocía así" dice Diego, si no estuviera arrastrando las palabras sería uno de sus mejores chistes, niego con la cabeza, "Las cosas están así Diego, tú te dormirás en mi cama y yo me dormiré en el sofá", él se ríe "¿Estás seguro?" sube y baja las cejas, entiendo sus intenciones y las descarto fácilmente "Muy seguro, ahora párate." él hace un puchero "Ayúdame, Mati" me ve de forma tierna y yo me agacho para cargarlo, pero su peso me desbalancea, terminamos cayendo.

Me las había arreglado para que Diego no terminara lastimado físicamente, siendo yo quien recibiera el golpe más fuerte al impactar contra el suelo y después recibir el peso del ahora rubio sobre mí. Me quedé unos momentos intentando recuperar el aire que me había sacado Diego por caer sobre mí, cuando me sentí ya mejor elevé mi mirada hacía él, mala idea.

𝐼 𝒫𝓇𝑜𝓂𝒾𝓈𝑒 | 𝑀𝒶𝓉𝒾𝑒𝑔𝑜. | TERMINADA. Where stories live. Discover now