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Diego.

Estoy sentado en la sala mientras mis amigos hablaban en la cocina, todo estaba aparentemente bien pero algo no estaba bien y lo sabía, no podía dejar de darle vueltas a todo y no me iba a quedar sentado allí. Lo había hecho mucho tiempo y ya estaba harto. Cheque que trajera dinero en mi cartera, mi celular y respire profundamente esperando que eso me diera valor.

Me paré y le pedí a Aristóteles que me llevara, él dijo que si, Ari bien sabía a dónde íbamos a ir así que no me cuestiono y Mateo y Temo no cuestionaron nada, no tenían ni idea de lo que iba a hacer y francamente yo tampoco.

Ari conduce en silencio y dejo que mis pensamientos se despeguen delante de mí: las dudas, el enojo, el arrepentimiento, al final del día Ubaldo es mi padre y no perdonarlo era mucho peor que hacerlo porque eso me iba a perseguir.

¿Y si pasaba algo? Cualquier cosa y yo no tenía oportunidad de abrazarlo por última vez me iba a torturar con eso por siempre.

Llegamos a donde yo antes llamaba "hogar" que ahora no es más que una casa, allí tienen a mi padre con arresto domiciliario, Ari apaga el carro que utiliza para trabajar en Uber, apoya su mano en mi rodilla como señal de apoyo, ambos sabemos que a partir de aquí es algo completamente mío, debería de haber guardias en la puerta pero no los hay, veo que no hay nadie más adentro de la casa, ninguna de las ayudantes, ninguno de los cuidadores, nadie, eso le da un aire fantasmal.

En esta casa di mis primeros pasos, mis primeros tropiezos, en ese sillón le dije a Temo y a mis padres que soy gay, en la puerta de mi cuarto hay marcas de cómo crecí en todos estos años, hay ropa mía en el armario y juguetes míos en el fondo de la casa, mis raquetas de tenis están en algún lugar y hay tantas memorias de tantas personas en esta casa... y sin embargo, no hay nadie, busco a mi padre en su cuarto pero no está así que me dirijo a su estudio y me encuentro con la imagen más inimaginable de todas.

Mi padre está sentado en su mesa de trabajo con una pistola contra su sien, no sé cómo es que le grito pero eso hace que él dispare sin querer pero no hiere a nadie, nos espanta el sonido y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.

Tengo depresión, he perdido a tanta gente y han pasado tantas cosas que ese tipo de pensamientos han pasado por mi cabeza, pero jamás hice nada, nunca me imaginé en ese lugar y mi papá estaba allí a punto de hacerlo.

Ubaldo soltó la pistola y se me quedó viendo confundido, si cuando había llegado su cara era de determinación absoluta la había perdido inmediatamente después de verme. Hice lo más tonto del mundo, me acerque a él y lo abrace, el hombre que había matado a mi exnovio estaba allí con un arma y me regreso el abrazo, pero por debajo de todo eso podía ver la fragilidad de mi padre, mi papá de antes.

Aristóteles entró corriendo al despacho como desquiciado, cuando vio la escena dejó de gritar "Diego, ¿Estás bien?" y solo agarró el arma y se la llevó al otro lado del cuarto, se retiró lentamente pero sabía que se había quedado cerca de la casa, ninguno de los dos habíamos dicho palabra pero mi padre empezó a llorar conmigo.

"Yo no sabía que habías salido con Andrés" Ubaldo dijo bajito "Nadie lo sabía, ni siquiera Temo" eso le extraño aún más "¿De verdad?" en medio de ese caos de sentimientos me reí "De verdad, era algo muy nuestro" él no respondió y después de unos minutos yo me levante.

"Te perdono por lo que hiciste, no por ti, sino por mí, necesito estar en paz y ahora que se toda la verdad puedo estarlo" Ubaldo asiente "Cometí muchos errores y en algún momento del camino me perdí a mi mismo, lo voy a pagar hijo, y con justa razón, pero ahora estoy tranquilo porque no me odias" yo asiento y salgo de la habitación, escucho que los guardias entran a la casa y les digo que pasó, les indico donde está el arma y salgo de la casa. Ya le dije adiós, ya lo abrace y ya no puedo hacer más nada.

Ari me lleva de regreso a la casa, le habla a Temo por si quiere encargarle algo para cenar y les llevamos tacos, Mati sigue allí, veo sus llamadas perdidas y sus mensajes pero en ese momento no estoy de humor para dar explicaciones, en la taquería pido dos shots y Aristóteles no me deja tomarme el tercero, la adrenalina y la valentía se han ido de mi cuerpo dejándome sintiendo vacío. Les llevamos agua y a Mateo su jugo, Ari se burla de mí porque sé que es lo que quiere Mateo y después se burla de mí por pedir quesadillas en vez de tacos de adobada.

La carga que hace rato sentía ya no está. Me río con él de sus chistes tontos y regresamos al departamento, le había avisado a mi mamá que me iba a quedar a dormir con Ari y Temo y ella se estaba quedando todavía con mis tías, hoy era día de sanar.

Cuando llegamos la mesa estaba puesta y Temo y Mateo nos estaban esperando en el comedor, cenamos entre chistes y ya me sentía en la misma sintonía que ellos, pero Mati no dejaba de mirarme, Temo ya me conocía bien sabía que solo le iba a decir las cosas cuando estuviera listo y ni un segundo antes, parecía más sorprendido porque me fui con Aristóteles que porque me fui sin explicación.

Esos dos tontos eran mi apoyo al final del día y se nos había unido Mateo. Cuando terminamos de comer Temo recogió y Ari lavó los trastes, Mati me dijo que si lo acompañaba a mi cuarto y los otros chicos nos tiraron carrilla, pero bien sabía que no era por eso.

El cuarto estaba la mitad desordenado y la mitad desmantelado, él se sentó en la base de la cama de Carlota y yo en mi cama, "¿Qué fue lo que pasó?" me mira fijamente "Fui con mi papá, le di un último abrazo" Mati toma mis manos "¿Porque no me dijiste? Estaba allí mismo ¿Porque no me pediste que te acompañara?" suelto un suspiro mitad frustración mitad enojo "Es que tu no vas a resolver mi vida Mateo, yo te agradezco, de verdad, que estés aquí protegiéndome pero también necesito hacer cosas por mí solo" él parece comprenderlo y rodea mi mano "Lo sé, es solo que quiero estar allí para ti" una sonrisa se dibuja en mi rostro.

"Lo estás, justo ahora y eso es lo que importa". Él se acerca a mí, me rodea rodea con su brazo e inconscientemente terminamos acostados.

***

Al menos aquí debía volver el Aristóteles que tanto extrañamos en la serie. 
En el último párrafo encontraran una notita de una de las escritoras, tienen poder de ir a decirle que le encanta el drama en su tw: @DSthefangirl2 JAJAJA. 

Por cierto. ¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!

Pero no se asusten, habrá segunda temporada. 
Besitos. 

𝐼 𝒫𝓇𝑜𝓂𝒾𝓈𝑒 | 𝑀𝒶𝓉𝒾𝑒𝑔𝑜. | TERMINADA. Where stories live. Discover now