Capitulo 54

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Capitulo 54

¡Maratón 2/3!

Giré de nuevo, en la dirección opuesta, cuando escuché un ruido que venía de la cocina; ese sonaba más cercano.

Finalmente, Adam y Layla entraron en la habitación de la mano.

No me gustaba eso.

No creía que fuera apropiado que Adam estuviera sosteniendo la mano de Layla y pensé que a Justin le gustaría incluso menos, pero cuando le eché un vistazo, él parecía tranquilo. En silencio, me pregunté si era solo la calma antes de la tormenta.

Adam miró entre Biebs y yo. —Parece que ustedes dos solucionaron las cosas. —Luego se volvió y le sonrió a Trish—. Eres un lío caliente —le dijo y oí gruñir a Trish

—Gilipollas.

Él levantó las manos a la defensiva. —Oye, acabo de llamarlo como yo lo veo, cariño. Te sentirás mejor cuando comas. La comida esta lista.

—Síí, y el tío Adam me dejó hacer todos los panqueques —exclamó alegremente Layla.

Ahora, mi humor feliz se fue lentamente escapando.

—Layla, ¿Por qué sigues llamándolo tío Adam? —le pregunté con curiosidad.

Sus ojos se trasladaron a Justin y luego volvieron a mí.

—Porque es mi tío, mamá, duh —dijo Layla descaradamente mientras ponía una mano en su cadera y movía el cuello adelante y atrás como si dijera "¡Hurra!"

¡Caray! Ella también pudo haberme chasqueado los dedos.

Tuve que esforzarme para no dar una conferencia sobre su forma de dirigirse a mí. Sin embargo, le lancé una mirada de advertencia antes de volver la atención a Justin, quien tenía un aspecto inconfundiblemente culpable en su rostro.

—¿De qué está hablando? —le pregunté con desconfianza.

Toda la sala se quedó en silencio; no es que no estuviera ya tranquila; pero ahora se había vuelto tan tranquilo que casi podía distinguir el patrón individual de respiración de cada persona.

Fue espeluznante.

Mientras esperaba una respuesta, atrapé a Justin, Layla y Adam mirando hacia atrás y hacia delante entre ellos.

Ahora me estaba cabreando.

—¡¿Qué?! —grité.

Todavía no había respuesta.

Seguí mirando a los dos hombres, que esperaban a que el otro me contestara cuando, de repente, de me di cuenta...

Ahora que estaban de pie juntos en la misma habitación con apenas ropa, podría fácilmente comparar. La respuesta me estaba mirando a la cara; yo solo tenía que unir las piezas del rompecabezas.

¿Era el cuerpo? Tal vez, tenían la misma contextura muscular, pero Justin era posiblemente un centímetro más alto.

¿Era la cara? No, la forma de sus caras era diferente, uno era cuadrado y rugoso, y el otro era redondo y con cara-de-niño.

Su color de piel y la textura era idéntica, sin embargo.

¿Eran los ojos? Sí, eran los ojos. El color no era el mismo, Adam verde, Biebs ámbar, pero los de Adam eran tan brillantes como los de Justin. Tenían la misma forma exacta, ambos tenían rebeldes pestañas extra largas.

¡Y el pelo! A pesar de que Adam llevara el pelo muy corto, me di cuenta de que era Castaño claro y grueso, al igual que el de Justin.

También había algo en el rostro de Adam que decía que él era más viejo, pero no por mucho. Tal vez eran las líneas de expresión profundas que tenía en la comisura de sus ojos.

—¡Tienes que estar bromeando! —grité cuando finalmente lo asimilé. Me sentí como si me hubieran dado una bofetada—. ¡Son hermanos! —siseé con furia sin necesidad de que ellos me lo confirmaran—. ¡No puedo creer que sean hermanos y ninguno de los dos me lo haya dicho!

—Santo cielo. —Oí decir a Trish en algún lugar detrás de mí.

—Layla, cúbrete los oídos y no escuches. —Ordené, aun cuando sabía que la pequeña señorita curiosa escucharía disimuladamente.

April, nena.Where stories live. Discover now