Capitulo 44

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¡Maratón 5/5!

Una súbita mirada de remordimiento cruzó su rostro y entonces, de repente, su cabeza cayó y levantó una mano para frotar la parte posterior de su cuello.

Cambió de pie, incómodo.

Supe de inmediato que algo andaba mal. Eché un vistazo a Trish, que miraba al sexy detective Adam Bryant con asombro, pero la ignoré y hablé—: Venga, detective. En realidad empezábamos a morirnos de aburrimiento aquí, pero se ve que está a punto de cambiar las cosas.

Me dio una pequeña sonrisa de arrepentimiento, pero esa pequeña sonrisa iluminó su rostro por completo. Dulce niño Jesús, ¡él era sexy! Miré a Trish de nuevo, quién aún tenía que moverse de su lugar. —Trish, sal de ahí —siseé.

Finalmente sus ojos golpearon los míos. —Creí que mentiste sobre él cuando me lo dijiste. No pensé que podría haber alguien tan sexy como Justin, pero es hermoso.

Sí, el detective Adam Bryan era casi tan sexy como Justin, pero de una manera ligeramente diferente.

Su cabello negro estaba muy corto, casi calvo, pero no era calvo. Tenía un rostro ligeramente redondeado con altos y cincelados pómulos, y su piel era completamente lisa. Tenía una cara de bebé. Tenía brillantes ojos verdes y blancos dientes rectos y brillantes. La mejor parte era que también tenía una construcción bastante similar a Justin. Era enorme; tenía que estar cerca de al menos un metro ochenta, con músculos tensando su traje. Lo único malo era que podía ver que llevaba las mismas malditas camisas abotonadas que usaba Ryan. ¡Ugh!

De repente, se aclaró la garganta. —Señoritas.

¡Mierda! Nos atrapó a ambas desnudándolo con la mirada. —Lo siento, vamos adentro —dije con una pequeña voz humillada.

Su sonrisa se hizo más grande. —¿Está tu novio aquí?

—No, tuvo que ir a trabajar por unas pocas horas.

Abruptamente, su sonrisa fue limpiamente borrada de su rostro y en reemplazo frunció el ceño. —Interesante que te dejara sola tan pronto, después de lo que sucedió.

No me gustaba lo que insinuaba. —¿Perdón? —pregunté, lista para patear su trasero para echarle por la puerta.

—Simplemente no me di cuenta de cuán idiota era Justin. Si tú fueras mía, nunca te dejaría fuera de mi vista. —Mientras hablada, sus ojos recorrían mi cara y mi cuerpo.

—Santa mierda. —Escuché decir a Trish en el fondo.

Eso me sacó de mi hechizo. —No creo que sepa de lo que está hablando, Detective. Mire, ¿por qué no nos saltamos todos los comentarios sugestivos y pasamos a la sala de estar? Entonces, puede decirme por qué está aquí.

Me di la vuelta y me dirigí hacia allá.

Una vez que todos nos acomodamos en los sillones, él dejó caer la bomba. —Realmente odio tener que decirle las malas noticias, Sra. Martine.

Negué con la cabeza hacia él. —Sólo llámame April.

Asintió. —Bueno, April, Ryan ha sido puesto en libertad. Fue liberado hace unas horas.

Aspiré una respiración profunda. —De acuerdo, ¿qué significa eso? ¿Y alguna vez conoció a la otra mujer que presentó una denuncia contra él?

—En primer lugar, lo que esto significa es que Ryan está, a partir de ahora, libre. Estará libre hasta la fecha programada de su juicio, y lo más probable es que hasta su sentencia, siempre y cuando se mantenga fuera de problemas. Hablé con sus padres y están tratando de ayudarlo. Por lo que he descubierto hasta ahora, aparentemente ha tenido depresión y problemas de ansiedad durante toda su vida. Ha tomado numerosos antidepresivos desde su niñez, lo que en realidad empeora las cosas, ya que su cuerpo desarrolló inmunidad a ellos durante ese lapso de tiempo. También deja de tomar su medicación cuando siente que lo tiene bajo control por sí mismo, y es entonces cuando está furioso y tiene episodios de ira, como lo que sucedió contigo. También es muy similar a lo que pasó con la otra mujer.

—Bien. Quiero decir, me alegro de que sus padres vayan a ayudarlo, pero, ¿él es aún peligroso? ¿Debo preocuparme? —pregunté lentamente, tratando de escoger mis palabras con prudencia.

—Bueno, el problema que tenemos ahora es que no lo podemos localizar. Fu a casa con sus padres y entonces, se fue. —Habló en un tono que probablemente se suponía que debía ayudar a mantenerme calmada, pero estaba a punto de enloquecer.

Afortunadamente, Trish intervino. —¿Y ahora qué? ¿Cree que va a venir a por ella? Es eso por lo que está aquí, ¿para protegerla?

—No, eso no es por lo que estoy aquí exactamente; al menos no al principio. No sé lo que Ryan está planeando, o si está planeando algo, de todos modos, pero quería avisarte —le habló a Trish antes de mirarme de nuevo—. Honestamente, esperaba que tu novio estuviera aquí. Quería discutir cómo pensaba mantenerte a salvo, pero veo que no está haciendo su trabajo.

—No diga eso. Justin tiene su propio negocio y su vida no puede detenerse solo por mi culpa. Y es mi prometido ahora, no mi novio. Estoy a salvo aquí, en esta casa, y Justin lo sabía antes de irse o de lo contrario no se habría ido.

El detective Adam realmente tuvo el nervio para inhalar ante lo que yo acababa de decir. —Cariño, si tuviera que ir a alguna parte, con la situación en la que te encuentras, si no pudiera estar contigo, me gustaría asegurarme de que estabas conmigo. Especialmente si fueras mi prometida.

—Mire, aprecio lo que siente, de verdad, pero no conoce a Justin y no me está haciendo sentir mejor.

Me puse de pie y empecé a mirar alrededor buscando mi teléfono celular. Podría haber jurado que escuché al detective murmullar—: Oh, lo conozco bien. —Pero no le presté atención.

—Voy a llamar a Biebs, estoy segura de que volverá a casa tan pronto como le cuente lo que está pasando.

—Esperaré a que él llegue aquí —dijo el detective Bryant con determinación.

¿Cómo pueden los hombres machistas ser tan sexys y tan desesperantes al mismo tiempo?

Después de unos treinta minutos de llamar al celular de Justin sin respuesta, llamé al bar. —Taverna BOQ, soy Amanda —respondió una voz amistosa.

—Hola, ¿puedo hablar con Justin, por favor?

—Ummm... Lo siento, pero el Sr. Bieber está en una reunión en este momento. ¿Puedo tomar un mensaje? —Bueno, no me extraña que no respondiera.

—No, está bien, gracias.

Enfrenté a mi audiencia. —Está bien, detective, estaré lista en cinco minutos. Estoy cansada de esperar y lo último que quiero es dormir. Trish, voy al bar a esperar a Justin, ¿te quedarás con Layla?

—Claro, nena. Ten cuidado —dijo.

Corrí escaleras arriba muy rápido y me puse un par de jeans ajustados y una camiseta blanca apretada de manga corta con cuello en V que apenas tocaba la cintura de mis jeans. Si hacía un movimiento leve, mostraba un atisbo de piel.

Bien podía ponérmelo ya que nada de esto me iba a caber en un par de semanas.

Me puse un cinturón marrón y unas botas marrones de tacón y punta redonda a juego. Me aseguré de que mi pelo estuviera suelto y rizado en las puntas. También apliqué rápidamente un poco de corrector en mis golpes, y luego me dirigí a la planta baja.

—Vamos, detective —dije con ansiedad mientras bajaba las escaleras.

Vi sus ojos viajar por mi cuerpo y supe que mi cara lucía tan roja como una cereza.

Cuando sus ojos viajaron hacia arriba y golpearon los míos, dijo—: Llámame Adam. —Su voz era ronca.

Oh, chico.

Yo sólo asentí.

April, nena.Where stories live. Discover now