Capítulo 29: Confusión.

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Zack pudo observar como Krysten salía por la puerta a velocidad y como Nathaniel iba detrás de ella. Sentía celos de que él estuviese rodeándola todo el tiempo, quería demasiado a Krysten y tampoco quería que fuera feliz con su mejor amigo, esperaba a otra persona. Le dolería en el alma siempre verla a lado de Nathaniel, sentiría esa punzada en el pecho, esa ansiedad de que jamás podría volver a lanzarse a sus brazos. Aquí estaba Denisse, la había buscado toda su vida y lo único que lo mantenía vivo era la esperanza de volver a mirar sus ojos verdosos. Ahora que la había encontrado sintió al principio el corazón palpitar rápidamente y sentía que todas sus angustias habían sido llevadas por el viento, sin embargo pasados unos minutos a su lado no dejaba de pensar en Krysten, en sí ella estaría bien, claramente no lo estaba, lo había visto con Denisse entre sus brazos, estaba seguro de que en ese preciso momento le había partido el corazón de una manera indirecta y se sentía mal. Se maldecía por haber conocido a Krysten justo en ese momento, por qué no antes, cuando las cosas estaban peor y realmente necesitaba el calor de un abrazo sincero y sentir que le importaba a una persona, que había de fondo un sentimiento genuino y recíproco. La vida era muy injusta con él.

Denisse se encontraba mirando algunos álbumes con fotos que Zack había estado guardando todo este tiempo para ella. Algunas cosas las recordaba y otras no. Recordaba el nombre de sus padres y algunas anécdotas que habían hecho cuando salían de paseo. Le daba nostalgia recordar esos momentos ya que en varias ocasiones Zack notaba que se le cortaba la voz pero después sonreía.
Siguieron así por varias horas hasta que Denisse cambió de tema.

—El día del accidente fue fatal para todos, incluyéndome. Ahora que lo recuerdo con tanto detalle me desgarra el corazón, siento no haber recordado antes Zack, me hubiese gustado evitarte tanto sufrimiento, sé que me querías mucho y tal vez ahora todo lo hayas olvidado pero yo siento que aún te sigo amando —Le dijo Denisse desviando la mirada.

Zack se quedó de piedra ante tal confesión. No pensaba que esto ocurriría tan rápido ya que ella apenas estaba recuperándose y algunos recuerdos no estaban claros, su voz sonaba firme ante la declaración pero aún así Zack no se sentía tan convencido de sus sentimientos, ¿Lo amaba? ¿Él la amaba? No sabía o tenía esa sensación. Pensaba que quizá estaba enamorado del recuerdo de ella, de lo que le hizo sentir, todo estaba tan confuso en su mente.

—Denisse, yo te quiero mucho, estoy extremadamente feliz de que hayas aparecido, me quitas un peso de encima al encontrarte de nuevo. Pase los últimos trece años buscándote por debajo de las piedras. Contratando investigadores pero nunca supe nada de ti. No sé cómo fue que estabas en España, eso no importa, no importa el pasado solo nuestro presente.

Denisse esbozó una sonrisa y lo abrazó nuevamente, se separó un poco, estaban muy cerca, ella lo miró a los ojos y después fue acercándose hasta parar en sus labios. Lo besó dulcemente, pero Zack seguía sin sentir nada, no sabía que le pasaba, él la amaba o eso creía, sin embargo no sentía que las miles mariposas lo invadieran, como en los besos de Krysten. Se separaron y lo único que pudo hacer era sonreírle.

—Llévame a conocer Seattle, nunca he estado en la ciudad y me encantaría conocerla, llévame a tu lugar favorito si te gusta a ti, a mi también —Le decía a Zack.

Le sorprendía lo amable que era, había cambiado muchísimo en aquellos tiempos era muy tímida y de vez en cuando testaruda a más no poder. Había días en que a Zack lo sacaba de quicio pero terminaba por perdornala y abrazarla. Era una chica solitaria, nunca le gustó convivir mucho con las personas y ahora parecía lo contrario. Era una chica amable y se veía extrovertida, tantos años pueden modificar a una persona o eso era lo que parecía, la gente cambiaba y Denisse ya no era la misma.
Él también había cambiado, ya no era el chico bondadoso y amable que fue antes del accidente, ahora se había convertido en un odioso arrogante al cual se acostaba con muchas chicas para llenar el dolor que le había dejado la pérdida de Denisse. Para que después Krysten pusiera su mundo de cabeza y nuevamente brotará el chico amable. Muy en el fondo quería salir. Ya que sabía que en varias ocasiones trató mal a Krysten y se lamentaba por ello. Se lamentaba por todo, hasta de sentir algo fuerte hacia ella. No la conocía a la perfección, nunca se había puesto a preguntarle cuál era la música que prefería escuchar cuando estaba alegre o cuando estaba triste, por qué le gustaba escribir o por qué era tan desastrosa. Era curioso que no sabía casi nada de ella pero podía hacerle sentir mil emociones con tan solo tocar su mano.

—Zack —Habló Denisse atrayendo la atención de Zack, el cual estaba absorto en sus pensamientos—, ¿Todo bien? Pareces algo distraído.

—E-Eh, no te preocupes, todo está bien. Es solo que, aún no asimilo que estés aquí conmigo, es difícil recuperarse de tal sentimiento, de tal conmoción. Esperé este momento toda mi vida y ahora me siento tan pasmado, como en shock.

—Lo entiendo, como no tienes idea, para eso debemos despejarnos, salir y contarnos todo lo que hemos hecho en los últimos años, ¿Te apetece?

—Me parece bien, también necesito despejarme.

Ambos salieron de la mansión, Zack no sabía a dónde llevarla, no se le ocurría un lugar tranquilo para conversar sobre el pasado. Optó por ir a una cafetería no muy lejos de su hogar la cual tenía un aspecto atractivo y elegante. Normalmente venían las personas millonarias a pasar el rato en un ambiente tranquilo y agradable.
Entraron a la cafetería y se situaron en una mesa para dos en la terraza del lugar que daba la vista a un parque donde había un gran estanque de patos revoloteando y nadando, donde también los niños y ancianos les lanzaban piezas de comida.

—Que lindos son los patos ¿No crees? —Le comentó Zack a Denisse.

—Ah, si claro, ¿Puedo pedir lo que sea para tomar? —Respondió sin si quiera a ver visto los patos.

—Si, pide lo que quieras —La chica asintió con una sonrisa.

Al llegar el camarero tomó los pedidos y se volvió a ir por su camino. Mientras esperaban comenzaron a charlar animadamente sobre temas que salían espontáneamente.
Por un momento desvió la mirada y vio algo que no se lo esperaba. Krysten estaba en compañía de Nathaniel en aquel parque que daba la cafetería. Estaban situados en un banco y tenían un helado en las manos. Krysten aparentaba una expresión afligida aunque un par de veces la vio sonreír con algún comentario que Nathaniel le hacía. Le dolió el pecho en ese momento, no quería verla con su mejor amigo.
Trató de ignorarlos, centrándose nuevamente en Denisse a cual se veía entusiasmada con el menú. Pidió un caramel macchiato y yo la imité. Estábamos ahí sentados platicando un poco.

—Mi familia adoptiva es muy agradable, seguro te caerá muy bien, gracias a eso pude disfrutar de otras culturas sobre todo que estuve en espalda un buen tiempo. Casi al otro lado del mundo, fui trasladada de Italia para allá pero tenía recuerdos muy vagos, había perdido la memoria y no sabía si mis padres me habían abandonado o había muerto. Lo único que sabía según los médicos que me atendieron era que me llamaba Denisse pero no había ningún registro de apellido, nada.

—Me alegra que lo hubieras pasado bien, quizá si no te hubieran mandado para España estaríamos en las mismas circunstancias pues yo estuve en un orfanato hasta que cumplí la mayoría de edad. Para mi suerte, nunca me adoptaron y no sabía que hacer con mi vida pero ese cazatalentos fue muy amable al darme una vida completamente diferente.

Denisse se vio afligida por lo que contaba Zack, por lo que le dio un apretón de manos.

—Lamento que hayas tenido que pasar por eso y por siempre estarte perturbado por mi desaparición, hubiese querido que las cosas fueran diferentes. Sin embargo no estaba en mis manos, hasta ahora que tuve ese accidente hace unas semanas y pude ver cómo un flashback toda mi vida, la tragedia de ese día y lo maravilloso que fue todo antes.

—Fueron días muy lindos, como ese día que hicimos un picnic en el patio de tu casa y llegó Demien enojado porque hacíamos mucho ruido —dijo Zack riendo.

—¡Sí lo recuerdo! No le gustaba la música que teníamos y que estábamos cantando. Demien es un amargado.

Tomó un sorbo a su café y miró por la ventana, sus cejas se alzaron y Zack miró también lo que ella veía. Krysten y Nathaniel seguían ahí él le había embarrado helado en la nariz y ella se había manchado la mejilla, haciendo que él se la quitara con un beso. Denisse se veía muy sorprendía y entre dientes dijo:

—E-Ese es tu amigo Nathaniel, ¿verdad? —Zack asintió—, la chica que está con el debe ser su novia, ay vamos con ellos me gustaría mucho conocer a tu mejor amigo el otro día salió de la casa tras su novia quizá discutieron o algo y ya no pude saber nada acerca de él.

—Denisse, no creo que sea buena idea que vayamos ambos con ellos...

—Anda que no pasa nada.

Denisse se levantó decidida y lo arrastró con ella hasta el banco donde se encontraba Krysten y Nathaniel, le dolía el pecho de solo pensar en verlos tan cerca.

Filo Rosso Where stories live. Discover now