Capítulo 22: ¿Alma gemela?

1.7K 115 6
                                    

Y ahí estábamos fundiendonos en un largo abrazo, alejados del mundo. Solo estábamos él y yo en aquel callejón transmitiendo todas las emociones que nos habíamos guardado. Sentía como mi piel se erizaba, como aquella corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo y al parecer a él le ocurría lo mismo. No sé qué estaba haciendo, me resultaba tan raro mi propio comportamiento, nunca creí tener el atrevimiento de abrazar a Zack, o de si quiera que estuviéramos tan cerca el uno del otro, pero en el fondo me estaba gustando demasiado, en mi comenzaban a florecer sentimientos reprimidos.
Duramos varios minutos abrazados. Zack fue el primero en separarse, no del todo, aún su mano sana seguía en mi hombro.
La pasó sobre mi mejilla, yo le miraba directamente a los ojos, esos ojos con profundidad grisácea que me hacían perder la cordura. No sabía que iba a hacer, solo no podía dejar de mirarlo. Estaba hipnotizada por aquel color, inundada y absorta.

Su dedo pulgar acarició mi labio inferior con delicadeza. Su mirada estaba centrada en cómo su dedo se movía lentamente. Su vista volvió a clavar en mi mirada verdosa. Ambos comenzamos a acercarnos hasta tal punto de que podíamos sentir nuestra respiración. Cerré los ojos y me dejé llevar, dejé que Zack Andersson me besara, que me llenará de gloria, sin pedir permiso, tan cálido y apasionado estábamos sedientos, el beso era el agua. Su lengua se enredaba con la mía, se unían iban y venían, no de manera brusca, con cierta delicadeza y pasión, una pasión que nunca había sentido en mi vida. Estaba experimentando el mejor beso que había tenido en mi vida, estaba sintiendo una explosión, una bomba que estalló y me encantaba cada sensación, estando probando sus labios ya nada me importaba ni si quiera admitir que la arrogancia me gustaba.
Su beso me marcó, estaba segura de que las almas gemelas existían, me estaba encontrado en un beso con ella. Con Nathaniel sentí maravillas. Con Zack sentí que el universo había dejado de existir que solo estábamos él y yo, en la gloria, saboteándonos hasta quedar vacíos.
Nos separamos para respirar, nuestras frentes se unieron podía sentir el aliento caliente y entrecortado de Zack en mi cara, al igual que él podía sentir el mío. Me dedicó una sonrisa y después se separó por completo guardando cierta distancia entre ambos.

—No eres tan mala besando Krysten Ainsworth —Dijo Zack vacilón.

Puse los ojos en blanco mientras me cruzaba de brazos.

—¿Ese era tu plan? ¿Burlarte de mí? —Me dieron unas repentinas ganas de llorar, no soportaría que él no hubiese sentido nada, cuando yo lo había sentido todo.

Delineó en su rostro otra sonrisa mientras se acercaba un poco a mi.

—Claro que no Krysten —Se puso a mi altura y me dio un pellizco en la nariz—. Es gracioso ver tus mejillas ruborizadas, me dan ciertas ganas de besarte toda la cara.

Volví a ruborizarme, ¿Qué cosas decía? Sentía un inmenso calor en todo el cuerpo. En parte quería que sus labios tocaran cada centímetro de mi cara pero a la vez no, estaba completamente loco.
No podía permitirme sentir esto, no podía permitirme sentir aquella atracción por Zack Andersson cuando su mejor amigo me gustaba. Me sentía entre la espada y la pared, no quería desatar una guerra entre ambos, además ¿Estaba segura de que Zack sentía algo por mi? Claro que no. No estaba segura de ello ya que bien podría ser una más de su diversión, me invadía un sentimiento de inseguridad y tristeza porque cuando veía a Zack sentía que miraba el universo eterno frente a mi.

—¿Todo va bien Krysten? —Dijo Zack llamando mi atención.

—No, nada va bien, esto no debió pasar Zack Andersson, está mal, muy mal —Dije sin mirarlo a los ojos.

Levantó una ceja y después soltó un bufido.

—¿Pero qué dices? —Se acercó aún más a mi dejándome pegada a la pared—. ¿Te parece qué bromeo? No lo hago, no estoy jugando, por primera vez en la mierda de vida que llevo no estoy jugando, lo que pasó fue real y me estarás mintiendo si me dices que no sentiste nada, porque sé que lo sentiste, ahora dime ¿cuál es la razón de tu repentino cambio de actitud? porque no entiendo ni un carajo que pasa —Gritaba de una manera que me hacía estremecer.

Pero él tenía razón, me estaba mintiendo a mi misma, porque en ese preciso momento lo único que quería hacer era echarme en sus brazos y volverme a fundir en sus labios.

—N-No te pongas así —Fue lo único que logré decir.

—¿Entonces cómo quieres que me ponga? —Le dio un golpe a la pared obligando a que le mirase a los ojos, estaba realmente molesto.

—No puede ser posible Zack, y-y-yo estoy saliendo con Nathaniel y tú con Nataly —Desvíe la mirada.

Por el rabillo del ojo pude notar como Zack fruncía los labios y movía la cabeza lentamente hacia los lados en signo de negación.

—Con Nathaniel, sales con mi mejor amigo, por eso te parece mal que te haya besado. Por cierto quédate tranquila, Nataly nunca fue mi novia, solo una aventura, jamás he tenido una pareja real, solo eso: aventuras —Dijo con sinceridad mirándome a los ojos—. Ahora todo tiene sentido. No te mentía cuando te dije que esto había sido real, ocurrió magia en un beso, tus labios me hicieron viajar a las estrellas. Sin embargo viéndolo de otra manera creo que no podría estar con una chica como tú.

—¿Por qué lo dices? —Me atreví por fin a mirarlo a los ojos.

—Eres un desastre, quizá mi desastre favorito y lo nuestro quizá nunca pueda ser real, nacimos destinados pero no para estar juntos, además que soy patético y no merezco a alguien como tú a mí lado.

«Nacimos destinados pero no para estar juntos» una frase que me hizo sentir vacía ya que tenía razón.
No podíamos estar juntos, en una parte éramos como agua y aceite, no coincidíamos y quizá aquella hechicera solo se confundió. Era imposible que Zack y yo estuviésemos juntos, yo soy un desastre él es egoísta y no puede amar a nadie. Me invadió mucha tristeza de repente, no sabía porque él me movía todo el mundo con tan solo respirar.
Continuaba atrapada por el cuerpo de Zack, su mano aún estaba en la pared y no me dejaba librarme, comenzaba a sentir una gran incomodidad, lo único que deseaba era llegar y esconderme bajo las sábanas y dormir, pensar que todo lo que ocurrió fue una simple pesadilla, que nunca conocí a Zack Andersson.

—E-Es mejor que nos vayamos mis padres deben estar esperándonos.

Soltó un gran suspiro y después se movió, dejó que yo pasará primero y salí de aquel callejón el cual recordaría toda mi vida como el fruto de una atracción prohibida.
Zack caminaba detrás de mí, yo iba a paso apresurado, quería llegar a casa, tomar una ducha, comer e ir a la cama. Alrededor de diez minutos ya estaba en casa. Todo transcurrió con normalidad. Sin mirarnos a los ojos Zack y yo compartimos la mesa con mis padres los cuales hablaban animadamente en italiano.
Me fui rápidamente a mi habitación y puse el pestillo a la puerta para que Zack no pudiera colarse en la noche. Conociéndolo era seguro que quizá entraría y no quería eso.

Al día siguiente todo se desarrolló con normalidad. Estuve un día más con mis padres para después partir camino a Padua. Zack y yo no hablamos más del tema es como si lo hubiesemos enterrado por completo.

• • •

¡Hola querido lector! Es la primera vez que pongo una nota debajo de un capítulo y se debe porque quiero agradecer todo el apoyo que ha tenido la novela. Me es gratificante ver a todas aquellas personas votando y comentando, sobre todo dándole la oportunidad a este proyecto que llevaba en mi cabeza mucho tiempo. Gracias por el tiempo que se toman para leer, para motivarme con los comentarios de que siga subiendo capítulos, enserio hacen que me llene de inspiración y pueda motivarme cada semana a traerles algo nuevo y cada vez más emocionante. Sin más les pido que sigan leyendo la historia, que si les gusto me lo dejen saber con su voto o con un comentario. Gracias y mil gracias enserio, son lo mejor de lo mejor.
Los quiere LimRosa. ¡Los leo!

Filo Rosso Where stories live. Discover now