Capítulo 40: El despertar en el comienzo.

1.4K 74 9
                                    

Un año y medio más tarde.

Ha pasado más de un año desde que ocurrió el accidente de Denisse. Alrededor de ese año sin faltar un día la visitaba constantemente y le hablaba. Le leía el libro que escribió, iba a su casa y recogía los libros que siempre le habían encantado y se los leía. Siempre con la esperanza de que algún día abriese los ojos. Por mi parte me había dedicado constantemente a trabajar solamente en comerciales publicitarios. Tuve en todo el año muchísimas ofertas de películas o series que protagonizar las cuales rechacé ya que me ocuparían todo el día y no podía abandonar nunca a Denisse. Los días en los cuales tenía que faltar (que realmente se cuentan con los dedos de una mano) le pedía a Becca que se ocupara de ella. O bien la señora Ainsworth venía y le hablaba sobre su pasado feliz.
Por otra parte recordando a los villanos de nuestra historia, Demien sigue preso y se dice que le dieron una condena de casi cien años por los delitos de homicidio y secuestro. Nathaniel sigue en recuperación en el psiquiátrico debido que le habían encontrado varias enfermedades mentales y después pasaría al reclusorio alrededor de diez años por ser cómplice de secuestro. Sabía en el fondo que Nathaniel no era una mala persona. Además de que siempre demostró que amaba a Denisse. Lastimosamente siempre quiso separarnos y crear una ruptura entre nosotros. Era muy triste recordarlo, realmente lo consideraba mi mejor amigo.
Ahora mismo iré a verla, llevo conmigo un pequeño relato que le escribí espero que le guste.

Zack cerró el diario y sonrió. Desde hace un año había comenzado a escribir su día a día y las mejoras que se encontraban en Denisse. Aparentemente estaba estable solo que era incierto cuando abriría los ojos. Aún así Zack nunca dejó de amarla, siempre pensó en ella antes de dormir y antes de despertar. Además de que todos los días iba a visitarla. Pagaba en el hospital ya que muchas veces pudo traerla a casa, sin embargo sabía que en la mansión no serían los mismos cuidados que en la clínica.

Al llegar al hospital vio a la señora y el señor Ainsworth en la habitación de Denisse. Ambos sonrieron al verlo.

—Buongiorno Zack —Dijo el señor Ainsworth con voz cantarina.

—Buongiorno —Saludó Zack—, ¿Cómo está? —Dijo señalando a Denisse con la mirada.

—Como siempre, estable, no ha ocurrido nada desde que estamos aquí. Pero te dejamos con ella para que le hables.

Zack asintió y los padres de Denisse salieron de la habitación. Zack se sentó en la silla más cercana a la cama que por alguna extraña razón ya estaba tomando su forma. Le apretó la mano a Denisse cariñosamente y después se la besó. Era un gesto que solía hacer cuando iba a verla, era recordarle que él estaba ahí y por supuesto la manera específica de saludarla. Zack sabía que Denisse lo escuchaba, que escuchaba todo lo que le contaba y que sabía cuándo él estaba en la habitación. Estaba seguro que su conexión iba más allá de los besos y acciones físicas. También se reconocían a través del alma.

—Bien, verás que hoy tuve un día complicado, se hizo un adelanto de la filmación y estuve trabajando ya sabes que los contratos a veces no se pueden romper y los compromisos no se pueden cancelar. Casi no vengo hoy a visitarte pero mira aquí me tienes como siempre a tu lado, mientras te hablo sobre mi horrible día con la esperanza de que te rías y digas que estará bien y que pronto tendremos un día bueno. Cómo siempre te lo digo, te extraño mucho, me haces falta en casa... A pesar de que solo dormimos varias veces juntos, tú compañía cercana me hacía sentir bien y muy seguro. Te llevaría a casa sin embargo siento que estarás más sola ahí y siempre he creído que aquí te cuidarían mejor. Te amo Denisse —Zack se levantó de la cama y le dio un beso en la frente y después en la mejilla—, realmente te amo y quiero decírtelo todos los días porque sé que me estás escuchando.

Filo Rosso Where stories live. Discover now