Cumpleaños

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Nunca espero mucho, nunca lo pienso mucho.
No planeo nada, no me ilusionó con nada.
Y mi decepción siempre surge.
Pareciera maldición, pareciera karma o qué sé yo.

Crecí sin tener muy en claro de su razón, y aunque en un principio me acople al ideal tradicional bajo el cual la mayoría nos regimos, poco a poco mi lógica y sobrepensar me llevo a algo turbio.
De fiestas infantiles preferí a reuniones o salidas con amistades, después solo ver a mis amigos, y poco a poco deje de encontrarle sentido.

¿Celebrar un año más de vida?
Joder, si lo que quiero es que se detenga.
¿Cómo celebró lo que no quiero?
Es el mismo sentimiento al despertar, en año nuevo.

No me gusta mi cumpleaños.
No me gusta celebrarlo.
E irónicamente.
Siempre parece espero algo.

Poco a poco mi apatía posiblemente ha causado que nadie se preocupe mucho sobre "mi día especial".
Cuando digo que es sin importancia, que no me gusta, que no quiero hacer nada; estoy dándoles permiso a olvidarlo y no tener remordimiento.

Pero...¡Carajo!
Que bien me vendría un cambio...
O eso pensé.
De felicitaciones obligadas por compromisos sociales, y de otras sin cariño que me dejan helada.
De personas que se ausentan y párrafos limitados de aquellos que tanto esperaba.
De amistades que al fin demuestran se han perdido, y todos aquellos que ya nunca estarán.
De un vacío y lejanía de aquellos que pensé siempre se quedarían...
No quiero nada...
Pero ¡Oh sorpresa! Una visita inesperada
¿Y cómo me siento? De la mierda.
¡Oh sorpresa! El día no logro mejorar.
¿Y qué es lo que falta? Ojalá supiera.

20 años, la mitad de ellos hechos pedazos.
Y me siento sola, me siento vacía, me siento mal.
20 años, y casa uno envejece mi alma.
Hoy es mi cumpleaños, y joder...ya no quiero repetir.

Lo inefable del almaWhere stories live. Discover now