Capítulo 20

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« Duele no tenerte acá, conmigo. »

Selena

Bostezo luego de largas horas frente a un enorme libro de psicología el cuál estaba a medio leer.
Tiro de mi suéter de lana y estiro mis brazos haciendo mi cuerpo sonar. Ya no podía ni ver el abundante libro y ni siquiera saber de él. Estaba adolorida, cansada y rota, cuando digo rota me refiero a lo de hace pocas semanas. La ruptura con Justin, caló profundo en mí y costó no seguir derramando lágrimas por él. Pero... ¿Valía la pena seguir? ¿A caso lo hacía? 
Vivíamos discutiendo, lastimándonos mutuamente y no llegando a nada. Él era frívolo en todos los sentidos, no parecía dolerle nada, no parecía sufrir por nuestra relación. Hace poco días lo vi con una mujer, ella era simplemente hermosa y se veían muy gustosos ambos por su mutua compañía.
Él ni me registró, estuve a una considerable distancia, observando de lejos cómo besaba y disfrutaba de esa chica. Mientras yo me rompía en pedazos.
Sentí mi mundo desvanecer, romperse y oscurecer.
Justin era mi otra mitad, mi primer amor. Con él viví, sentí,disfruté y comprendí, fue la primera persona que demostró quererme, qué  luchó por mi. Estuvo ahí desde un principio, me toleró con mis cambios de humor, con mi extraña manera de ser y sobre todo fue paciente ,nunca me obligó a nada que yo no quisiera.

Me levanto con pesadez y dirijo a mis pies al comedor, mi cuerpo completamente contracturado, mis ojos cerrándose obligadamente y mi cabeza dispersa en cualquier parte, menos en los estudios. Allí en la cocina veo a mamá, ella limpia los trastes con su rostro calmado,no me ve, ella está de espaldas. Escucho la voz de mi padre en la sala de estar cómo el sonido de la televisión.
— ¿Qué hay para comer? — Hablo de golpe haciendo saltar a mi madre.

—¡Por dios Selena!  — Exclama poniendo una mano en su pecho.

Suelto una risita con diversión, me acerco aún más a ella.

— Muero de hambre mamá. — Digo tranquilamente. Una pequeña sonrisa tira de mis labios. Sólo cierro mis ojos por unos segundos sintiendo el aroma a la comida siendo elaborada por mi madre.

— Ya estará cariño, tú sólo espera.—Dijo echándole un vistazo a la olla en ebullición, aún con sus manos metidas en el lavado.

Asiento sin mover los labios. Me alejo de ella con facilidad mientras tanteo con mis dedos el marco del mueble, mis pensamientos se disparan nuevamente en Justin y en los últimos acontecimientos relacionados con él, las mujeres, los rumores de drogas, la separación de sus padres, todo absolutamente todo se basaban en su vida, cómo si él fuese una estrella popular.

— Selena, ven aquí! — Grita mi padre aturdiendo mi cabeza, sus ojos marrones escudriñándome a la poca distancia que nos separaba.
Lo observo por un rato, él sólo me corresponde la mirada levantando una ceja con diversión.

— Te quedarás ahí o vendrás aquí conmigo? — Dice él soltando una risa, haciendo vibrar su pecho.

Me cruzo de brazos y frunzo el ceño.

— Prefiero ir a mi habitación, si no te molesta. — Mi voz suena débil y apagada.

— No hija, ven aquí.

Suspiro, largo y duro. Mis ojos se humedecen por un momento y con la poca fuerza reprimo las lágrimas violentas que quieren salir de mis órbitas.
Me acerco a él, titubeando, mis manos sudorosas y inquietas.

— ¿Qué tienes? —Dice cuando me siento a su lado cruzándome de piernas. Fijo mis ojos al frente, ignorando su mirada de lástima.

— Nada. — Digo cortante y firme. Trago saliva y tiemblo con nerviosismo. No me gusta hablar de mi vida, no me gusta contarle a las personas de mi entorno mis cosas. Prefiero encerrarme, tragarme todo y si tengo que sufrir que sea en silencio, yo sola, en la plena soledad.

Ególatra [ Jelena] Where stories live. Discover now