Capítulo 3

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“ Caricias ”

De soslayo observa a su entorno. Silencio y más silencio;  a oscuras, esperando que él se apareciera en aquel estacionamiento solitario.

Eran ya pasadas las dos cuando decide que lo mejor era irse ya; el fresco viento movía con velocidad sus cabellos, enfurecía y erizaba su cuerpo .
Una vez más su novio la había dejado plantada y el dolor ya le era normal. Todo lo que venía de Justin era normal.

Lágrimas caen furiosas por sus mejillas, el dolor agonizante hace añicos su sistema. Agradecía estar en su cama, abrigada y protegida.
Pudo soltar cada insulto, lágrima, angustia y suspiro de su alma.

Lo dejaría pasar, cómo lo hace siempre. Dejaría a Justin salirse con la suya.


Justin maneja por la carretera en busca de Selena; tan pacífico como siempre. Pero cómo es rutina, estaciona el vehículo antes de llegar a su encuentro en una tienda en medio de la nada;  donde allí puede apreciar a una rubia esbelta y completamente escotada en su visión.
Ésta le sonríe coquetamente, lo típico y lo normal. Fueron tantas las horas que estuvieron hablando que cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde y sabría de ante mano que la castaña se había ido; volvido a su casa cómo las ocasiones anteriores.

— Ufa! Hace tanto calor aquí. — Dice la tipeja desabrochando su camisa rosa; ya los primeros botones se encontraban bajos y cuando terminó con el resto; quedó de una forma vulnerable antes sus ojos. Las curvas desnudas y redondeadas quedaron a la vista; Justin maldeció internamente,para poco después devorar la boca de aquella mujer exuberante.

Otra vez, volviendo a tener sexo con una desconocida.

                             ...

Los días pasan y  la pareja no interactúan entre sí, se esquivan todo el tiempo y por un lado Justin agradecía aquello, era fenómeno  no lidiar con la castaña de cabello voluminoso e exuberante.
En una esquina se encuentra un grupo de chicas, todas allí de cabellos oscuros; tez trigueñas y sólo una de tez pálida cómo porcelana.

— Es tan patético que me da asco. — Formula la azabache de ojos marrones. Una de ellas voltea a mirarla;  es de su mismo color de cabello y de grandes ojos verduzco.

— Hay Camila, deja de preocuparte por ellos... Déjalos en paz.

— Lauren me parece un descaro lo que él está haciendo con ella. — Susurra. — Mira allí Selena. — Señala a la castaña cabizbaja que iba pasando por los pasillos. — Debemos hablarle. — Dice para sujetar de la muñeca a su amiga que no puede nisiquiera protestar.


Selena llega otro día más al instituto,con su forma encorvada y su cabeza mirando hacía abajo. Su habitual vestimenta que consistía en una blusa suelta y oscura; unos jeans gastados y rotos.
Su cabello cae sutilmente por sus hombros, era imposible hacerse algún peinado en un día con tanta humedad. A parte que aquellas hebras voluminosas cubría su rostro por completo.
Los apretones y empujones la vuelven a tocar, acostumbrada por todo eso, sigue caminando cabizbaja.
Su meta era llegar a su destino, alejarse de todos y de él absolutamente.

Unos puntiagudos tacones se posan y capturan sus ojos.
No quiere levantar su cabeza, no quiere saber nada.

— Hey, no tengas miedo... Yo y mi amiga venimos en son de paz.— Una pacífica voz recibe su sistema auditivo.

— Si!  Tal cuál, no temas. — Agrega otra voz femenina.

Antes que ella pudiera reincorporarse y observar ambas chicas, la grangosa voz de su novio la alerta.

— Que hacen chicas aquí? — Pregunta éste, acercándose a grandes zancadas.

Una de ellas bufa.

— Que te den. — Gruñe para irse y ser seguida por su amiga.

El ojimiel entre abre sus ojos sorprendido, no entendía su violencia y su comportamiento hacía él.
Cuando por fin se digna a mirar atentamente a Selena, ésta se encuentra con su habitual forma que para él, era tan sencilla y opaca.
Vuelca sus ojos con aburrimiento.

— Nena. — Ronronea.

— ¿ Que quieres Justin? — Escupe con furia.

El bullicio había desaparecido y sabía el por qué. 
Debía entrar al aula,no quería perderse la clase para nada. Se arma de valor, con pocas ganas de volver a dirigirle la mirada, de volver a hablarle, en sí, en volver a caer en sus malditos encantos.
Se dispone a levantar la cabeza cuando Justin empieza a hablar.

— Perdón...

Selena muerde su mejilla interna para no quebrarse, era tan sensible que cualquier cosa que dijese le haría llorar.

— Justin, no... — La interrumpe.

— Llegué tarde, tuve algunos  inconvenientes en el camino, ya sabes con el coche... Yo no quise que pasara esto.— Sus palabras suenan vacías y sin sentimientos.

Era tan falso y manipulador.

— ¡Pero pasó!  — Grita sorprendiendo a su novio. Ella nunca gritaba. — Estoy cansada de esto, de tus excusas... De todo. — Balbucea lo último con baja voz.

Ya las lágrimas agrupadas en sus grandes ojos y evaporando sus gafas, prohibiendo ver bien.

— Aw, nena... — Se acerca para ofrecerle su calor, su cuerpo. Pero ella se niega, se aleja de él cómo si quemara.

— Hoy no. — Dice para poco después desaparecer de los pasillos silenciosos.
Mientras que en su mente divaga millones de pensamientos mezclados de confusión y dolor. Le dolía que sea así, tan frío, tan tosco, tan oscuro... Cuando ella era lo opuesto a él, lo amaba, le demostraba su amor con diferentes actitudes, obsequios, cariño. Estaba dispuesta a entregarse a él, inclusive. Era tan estúpida por amarlo tanto, era tan vulnerable a su presencia, a su persona.

Con los sentimientos a flote se aproxima a su aula,sus compañeros ya estando anotando en su libreta lo que dicta su profesor de turno.
Suelta un suspiro para ingresar al salón,cuando su mano se apoya en el picaporte acapara la atención de todos que la observaba exaltados y sorprendidos.

Hasta su profesor se encontraba aturdido por su tardanza, nunca llegaba tarde, nunca.

— Srita Gomez. — Carraspeó.

— Buen día profesor, lamento mi...

Antes que ella diera su discurso justificante, el hombro de cuarenta años la irrumpe.

— Pase Gomez, pero ende que esta sea la última vez. — Sonríe agradecida.



Justin suelta un suspiro de frustración, con reproches se propone retomar el camino a su aula. Agradecía al mismo dios que Selena no estuviera en su mismo curso, era un jodido alivio.  No la soportaba cerca y ni quería imaginarse si concurría a clases con ella,¡ Santo dios!  Era una maravilla.

Una sonrisa decora su rostro cuando en su salón capta todas las miradas, sin pedir permiso se adentra al lugar, sentándose en el fondo del lugar aún con las miradas puestas en él, dice burlón. — Empiece querido profesor, soy todo oídos.

Sus compañeros sueltan carcajadas divertidos.

Justin Bieber era un caso perdido.


                                          (...)

Justin Gil :( tiene un corazón oscuro 😖 no siente nada... Maldito :CCC

En fin, como están amores? Espero que bien 💝

Quería decirle que esta novela, será lo sumo veinte capítulos... Mínimo 😕

Las adoro, no se olviden de votar y comentar ⭐💬💬💬



Ególatra [ Jelena] Where stories live. Discover now