Sweaters Boy ||S.M||

Cena de ensayo

—¡Shawnito, abre la puerta!

La voz de  Louis despertó al muchacho. Miró el reloj, eran pasada de la una pero se había dormido tarde llorando mientras miraba por décima vez The Notebook donde, por primera vez, él no se identificó con Noah sino con el prometido de la muchacha y sí, Wallace y Cecilia eran así. Esos amores que están destinados a ser y al final de la historia él es el que se queda con la chica.

—¡Shawn,amigo!  ¡Abre la maldita puerta o la vamos a tirar! —Habló Harry, que era el más masculino de los dos muchachos. Si no supieras que era gay jurarías que era heterosexual.

—¡Ya va, ya va!

El castaño se puso de pie a duras penas,buscó a Blacky con la mirada y éste dormía plácidamente hecho un ovillo a los pies de la cama.

—¡El escuadrón gay está aquí!—  Chilló Louis cuando el muchacho abrió la puerta.

—¿Qué mierda hacen aquí un sábado?—Shawn no estaba de humor para visitas. Sólo quería ir a la tienda por más helado y galletas para luego sumergirse en otro maratón de películas románticas donde ahora se identificaría con al que dejan.

—Vinimos a prepararte para que vayas a recuperar a tu chica. — dijo el ojiazul entrando cargando un traje y un bolso.

—No es más mi chica. Es de Wallace. — se quejó el castaño cerrando la puerta cuando ambos entraron.

—¿Qué dices? Tú no la viste ésta semana, niño. Llegó al punto de ir en pijamas a trabajar. Ella tampoco la está pasando bien. — Harry salió en defensa de la morena. Seguía sorprendido de lo que había pasado con el jarrón de flores.

—Eso no es lo que el imbécil me dijo ayer. Al parecer ya encontró alguien más con quién divertirse. — Shawn se sentó en su cama y acarició a su gatito.

—Wallace es un idiota. No tienes por qué hacerle caso a lo que él diga. — Louis trató de defender a Cecilia pero una parte de él no estaba muy seguro que lo que decía el castaño no fuera verdad.  Esos dos eran tóxicos pero siempre terminaban en combustión espontánea.

—¿Y qué hacía con el teléfono de ella?— El castaño estaba por llorar al recordar las palabras del imbécil.

—Seguramente lo dejó en la sala o la cocina y el idiota aprovechó. —El pelilargo trató de consolar a su amigo. — Uno no tiene el teléfono siempre encima.

—Tienes razón. Me estoy comportando como un niño. — Shawn sorbió su nariz.

—Ahora vamos a arreglarte, que tienes una fiesta a la cual ir. — dijo Louis.

—No tengo invitación para esa fiesta. Ella seguramente irá con alguien más. — El castaño hizo un puchero.

—Yo sí y tú vas a ir en mi lugar.

El ojiazul sacó un sobre negro con las iniciales de los novios.

—P-pero ella te quiere a ti allí, no a mí. — Shawn no quería complicar más las cosas.

—¡Ella me lo va a agradecer cuando vea lo hermoso que vas a estar! —Chilló Louis.

—No van a aceptar un no como respuesta, ¿verdad?— se resignó el castaño.

Ambos muchachos negaron.

Al cabo de una hora de mucho trabajo y peleas absurdas terminaron de alistar al muchacho. Se veía completamente apuesto con un traje negro de Armani y camisa blanca sin corbata. Lo peinaron y agregaron algunos accesorios como anillos y un reloj.