"Nosotros"

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—Rubio,deja de saquear mi heladera — Shawn y Cecilia entraban a la cocina entre besos y cosquillas.

—Ya paren. Ustedes dos dan diabetes —dijo Brian sacando la botella de leche de la nevera y le echaba a su cereal.

— No molestes,idiota — Se quejó el castaño,que estaba muy feliz en ése momento a pesar que estaba con jaqueca.

—¿Por qué, rubio,no vas a mirar televisión o jugar a algo en la sala y nos dejas en paz?— Cecilia lo fulminó con la mirada y el muchacho entendió que no era bienvenido en aquella cocina.

—Está bien. Está bien, los dejo — contestó el rubio y con eso se fue.

—¡Y ni se te ocurra ensuciar mi sofá!—  lo advirtió la morena antes de que desapareciera del todo.

— Es la primera vez que veo que alguien se resiste a él — Comentó el castaño comenzando a preparar café. — La verdad no sé qué le ven las mujeres.

—Es que no tengo por qué estar mirando a alguien más si te tengo a ti — Cecilia sacó su agenda para revisar qué podía cancelar. No se sentía de humor para salir. Planeaba quedarse en casa, era domingo y por primera vez no quería trabajar. Seguramente estaba enferma.

—¿Quién es Tony? —Shawn se paró detrás de ella y no pudo evitar ver que en la agenda tenía dedicadas más de cuatro horas para ése tal Tony. Una punzada de celos golpeó su estómago.

— Un piloto de aviones — Contestó con naturalidad la morena,que comenzó a tachar ítems  de su agenda. Iba a tachar primero el de Tony pero la reacción del castaño le llamó la atención así que lo dejó para lo último.

—¿Y por qué necesitas un piloto de aviones?— le dio la taza de café y unas tostadas.

—¿Realmente quieres saberlo?

El tono en el que lo dijo daba a entender que no era por trabajo que veía al tal Tony. —Por cierto, se me hace tarde. Les voy a pedir un Uber.

—¿Realmente vas a ir a ver al tal Tony?— Shawn no pudo quedarse callado. Los celos eran más fuertes.

— ¿Y por qué no debería ir?— Bebió un sorbo de café y frunció un poco el ceño.

—Creí que... Mejor olvídalo — los ojos de Shawn se cristalizaron e hizo un puchero. Le dolía ser sólo un juguete para la chica de sus sueños.

—¿Qué creíste, novato? —preguntó la morena. —¿Creíste que porque tuvimos una cita ya tenemos algo?

Rió como si de un chiste se tratara y Shawn sintió que algo se le quebraba en su interior.

—Soy sólo un juego para ti, ¿verdad? Sólo  soy el chico virgen al que quieres follarte y después descartar.

Y así llegó el drama. Shawn no se dio cuenta que había levantado la voz y comenzó a hacer un berrinche. —Pero yo no soy un juguete. No soy algo que descartas cuando te cansas. Tengo sentimientos.

— ¿Realmente vamos a hacer esto? —dijo la muchacha molesta. Era sólo un chiste pero ahora estaba reconsiderando el hecho de salir con el piloto. No le gustaban los reclamos, por eso evitaba las relaciones serias. Tal vez era mejor dejárselo claro al muchacho desde un momento. — No tengo tiempo para berrinches de un adolescente enamorado. Creí que eras lo suficientemente maduro como para divertirnos un rato, pero al parecer no.

—Me gustas de verdad, Cecilia. No quiero que seas sólo un buen rato en mi vida — Shawn tenía la voz entrecortada y la angustia era palpable en él. — ¿De verdad crees que soy un tonto por creer en el amor?

—No te pido que no creas en el amor. Lo que tú hagas con tu vida me importa un comino. Apenas te conozco, niño. —La morena estaba levantando la voz. La conversación se tornó en una discusión. —¿Realmente creías que me iba a enamorar de ti en sólo dos días y un par de masturbadas?

—Creí... Por  un momento creí que teníamos una oportunidad. ¿O lo que dijiste anoche era mentira? Cuando dijiste que te gustaba tenerme cerca. A mí ése momento me pareció real — Shawn seguía en pleno berrinche. Lágrimas  escurrían por su rostro. — Creí que entre nosotros pasaba algo.

—No hay un nosotros, niñato.  Ya te lo dije. No busco romance, no quiero flores y bombones. Sólo quiero un poco de buen sexo sin compromiso y eso es lo que un hombre como Tony me da — Cecilia estaba gritando, Shawn llorando y la tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo.

—Gracias por recordármelo — Algo dentro de Shawn se rompió, podía sentir como se quebraba en mil pedazos. Las palabras de la morena lo lastimaban. —Eres feliz, te entregué mi corazón y sólo lo pisoteaste.

—¡No seas dramático! ¿Acaso tienes quince años?  El corazón sólo es un órgano que bombea sangre, no es algo que pueda romperse. Y si te refieres a que rompí tu cuento de hadas e ilusiones absurdas, déjame decirte que yo fui clara desde un principio. Fue tu problema, así que no me vengas a echar la culpa —Cecilia le dio la espalda.  No lo podía ver llorar. — Creo que fue un error conocernos.

Esas palabras fueron tan punzantes que terminaron de romper su sensible corazón y decidió que era mejor salir de aquél lugar. No le iba dar el gusto de que lo vea llorar más.

—Mejor me voy — las palabras apenas salían de la boca del castaño.

—Me parece una idea excelente — Cecilia se mostró fuerte.  El niño había arruinado sus planes de pasar una tarde tranquila de domingo en la piscina con todo su drama de película adolescente.  — Tony vendrá enseguida. —
Mintió.
Nunca llevaba a nadie a su casa.  Él era el primer hombre en dormir en su cama, pero necesitaba que aquél muchacho la olvide. Iba a ser lo mejor para ambos.

—Que disfrutes de tu sexo casual — Dijo el castaño y con eso y su corazón hecho pedazos buscó a su amigo y salieron de aquélla mansión para buscar un taxi.

— Tenías razón — murmuró Shawn entre lágrimas a su mejor amigo una vez en el taxi.

—Si no fuera porque es mujer ya le hubiera partido la madre a ésa maldita —Brian estaba furioso.  Había escuchado toda la conversación por detrás de la puerta y no podía creer cómo alguien podía ser tan frío como aquella mujer.

—Yo tengo la culpa. Soy un idiota que quiso ver cosas donde no las había. Tú me lo dijiste.  Ella misma me lo dijo, pero yo lo no quise ver. —Shawn se sentía destrozado. Era la primera vez que por un momento dudaba en que el amor existiera.  Pero si el amor no existía, ¿por qué ahora él se sentía tan roto?

—No  quiero decir te lo dije pero... Te lo dije, hermano. Sabíamos que esto iba a terminar mal.  Mujeres así no salen con tipos como tú.  Si ella llega a tener alguna relación seguramente va a ser con un tipo millonario o un modelo que se vea bien en las portadas de las revistas. No un becario que vive en un apartamento barato, se viste con la ropa de su abuelo y cree en cuentos de hadas. Para ella todo es negocios y tú sólo fuiste una diversión.

— ¿Por qué tengo tanta mala suerte?  Parece que estoy maldito. ¿Acaso el no enviar las cadenas de mensajes cuando estábamos en la secundaria realmente hicieron efecto y me maldijeron con nunca poder encontrar al amor de mi vida? — Shawn parecía un niño al cual le acababan de decir que Santa no existe. Una parte de él sabía que era lo más lógico creer, pero otra le gritaba que no pierda la fe.

—Te dije que tenías que reenviar esas mierdas. —Bromeó el rubio tratando de que su amigo dejara de llorar. —Hermano, lo que tienes que hacer es dejar de pensar en esa mujer. Ella te pierde. Tú eres un gran tipo.  Sabes cocinar, dibujas bien, no eres feo, eres excelente en el karaoke y los vídeo juegos.

—Si eso suena a un gran prospecto de hombre, lo que toda mujer busca, de verdad soy un idiota. ¿Cómo una diosa como ella se iba a fijar en alguien tan insignificante como yo? Sufro por idiota. Por eso sufro.

— Quisiera decirte algo agradable, pero mi deber como mejor amigo es decir la verdad. — abrazó al castaño. —Eres un completo idiota,pero eres un buen chico, Shawn.  Nunca lo olvides.

Sweaters Boy ||S.M||Where stories live. Discover now