La fiesta

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—Y tu Cenicienta parece que no se va a presentar —Bromeó el rubio con un vaso de cerveza en la mano. —Te lo dije. Una mujer como ésa no viene a fiestas mediocres.

—Ella dijo que vendría. Me envió un mensaje hace un par de horas. Tal vez sólo no sabe como llegar — Shawn no quería creerle a su amigo. Hacía más de dos horas que estaba sentado en un rincón, en una fiesta a la cual ni siquiera quería ir, soportando burlas y comentarios obscenos de su mejor amigo.

—Sí, y yo soy Brad Pitt —Rió el rubio. — Ya madura, hombre. A ella no le interesas y estoy comenzando a pensar que te lo estás inventando todo.

—Yo no miento,idiota. Lo que pasó fue muy real y tengo los mensajes que prueban que ella vendrá. —Shawn estaba cansado de que su amigo lo regañara por creer en el amor pero no podía evitarlo. Esa mujer entró en su corazón desde el primer momento en que la miró a los ojos.

—¡Pero su puta madre ! ¿Quién es esa diosa incitadora de lujuria? — exclamó Brian codeando a su amigo para que volteara a ver a la muchacha que entraba. Llevaba un vestido rojo corto ajustado al cuerpo con un escote que dejaba poco a la imaginación y zapatos a juego con cintas que se cruzaban hasta por encima de sus rodillas.
El cavernícola de Brian atinó a silbarle como un albañil y Shawn casi lo golpea al ver de quién se trataba.

—Es ella,imbécil —regañó al rubio. La muchacha comenzó a caminar en dirección a ellos.

Brian podía jurar que se le había puesto dura de sólo verla. Era la auténtica mujer que él se hubiera tirado en el baño de una discoteca y su amigo estaba enamorado de ella. Sí que era idiota.

—Hola, bebé —La morena se quedó parada frente a ellos esperando. Shawn no sabía cómo saludarla.
¿Fuera de la empresa qué relación tenían?. —¿No piensas besarme?

La muchacha se sentó sobre sus piernas rodeando su cuello con los brazos expectante. Shawn buscó los labios de esta de manera nerviosa por un corto período.

—Viniste — exclamó con más emoción de la que debía y la morena sonrió de ternura. —P-pensé que no vendrías.

—¿Y dejar a mi bebé solito en manos de cualquiera?—Ronroneó como de costumbre erizando todos los vellos del cuerpo tanto de Shawn como los del rubio,que no dejaba de mirarlos con la boca abierta sin llegar a creer que eso era verdad.
Era hasta cómico. Shawn vestía como un anciano y ella como una diosa. Él era lo opuesto a atractivo y ella... No alcanzaban las palabras para describirla. ¿Qué trato con el diablo había hecho su mejor amigo para que aquella mujer no sólo lo mirara, sino que lo reclamara como suyo?

—Yo soy Brian, por cierto —dijo sacándolos de la burbuja en la que estaba la pareja. La tensión sexual entre ellos era palpable. — Por cierto, eres bellísima.

—Lo sé — contestó con superioridad la morena. —Bebito, ¿quién es él?

—Oh,perdón. Él es mi mejor amigo, Brian. Sólo ignóralo. No se sabe comportar con las mujeres. —Bromeó Shawn.

—Tú eres el virgen, no yo — respondió Brian en tono burlón.

—No por mucho tiempo. ¿Verdad, bebé? —Lo defendió Cecilia, le caía bien el rubio. Era como ver su reflejo.

Shawn se quedó mudo. ¿A qué se refería con eso? Él no sabía si estaba preparado para tener sexo. No esa noche por lo menos.

—¿Y ustedes qué son?— curioseó el rubio. —¿Están saliendo o algo así?

—Soy su todo — Cecilia contestó con total naturalidad.

—¿Todo? —Tanto el rubio como el castaño no llegaron a entender.

Sweaters Boy ||S.M||Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ