Viejos hábitos

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Estaba por terminar la semana. El castaño se había reportado enfermo toda la semana así que Cecilia no tuvo la oportunidad de hablar con él para disculparse por lo que había ocurrido. Había ido a su casa un par de veces pero al final sólo daba la vuelta sin tocar la puerta porque la voz del rubio diciéndole que era lo mejor repercutía en su mente.
Para colmo de males sus padres y su ex prometido no dejaban de acosarla para que vuelva con el Imbécil.

Su padre llegó a amenazarla con no volverle a hablar si volvía con el castaño, pero ella estaba segura que él no llegaría a tanto.  Ella era su nenita y él la amaba. A su forma pero la amaba.

Llegó a su casa rogando que hayan salido pero para su sorpresa no sólo estaba el coche de sus padres y Wallace en la entrada. Había un tercer coche. ¿Ahora qué mierda pasaba? Estaba empezando a odiar las bodas.

—¡Cuñada! —gritó el niño rubio que estaba comiendo cereal en la sala mientras miraba la televisión junto a su novia.

—¡Cuñada! —gritó el niño rubio que estaba comiendo cereal en la sala mientras miraba la televisión junto a su novia

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—Dom, Ambi. — Se sorprendió de ver a la pareja en su casa.
— ¿Qué hacen aquí mis niños favoritos?

—La novia no me quiere entre las faldas de las damas de honor, así que me exilió aquí. —Contestó en un puchero para después besar a su prometida.

—Está mintiendo. No hay más lugar en mi casa. — Rió la muchacha.

Ámbar era una niña risueña, de ojos verdes, bonita sonrisa. Sus facciones eran parecidas a las de Cecilia pero más delicadas o tal vez la actitud de ella daba esa sensación.

 Sus facciones eran parecidas a las de Cecilia pero más delicadas o tal vez la actitud de ella daba esa sensación

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—No hay problema, puede quedarse aquí. Me hace falta un poco de diversión en estos días.

La morena seguía deprimida. A pesar que su período ya la había abandonado, la sensación de estar gorda, fea y suicida no.

—¿Qué pasa, hermanita? ¿Peleaste con Wally?

Sí, toda la familia daba por sentado que Wallace y ella seguían comprometidos. No podían aceptar que lo de ellos había terminado hace más de cuatro años y por más que intentaron retomarlo un año atrás todo había terminado peor.

Sweaters Boy ||S.M||Where stories live. Discover now