–Sí, es que mi madre tuvo una recaía el lunes y Eliott enloqueció y dijo que no se iría a san francisco porque debía quedarse con ella, pensé que se iban a divorciar o algo así pero ayer supe que Jenna iba a renunciar a su trabajo y vendría aquí.

–Mamá se va a morir...–suspiró.–Iré a ver como resuelvo ir Liv, y como quitarme esta resaca de mierda, hablamos luego, cuídate.

–Cuídate y toma algo efervescente.–reí y colgué guardando de nuevo mi teléfono.

Mientras hablaba con Mike no pude evitar notar cómo la vendedora coqueteaba con Luke, montándole los productos y explicándole sus funciones, mientras Luke le hacía preguntas súper subidas de tono teniendo a la chica completamente sonrojada, reí para mí misma porque él era demasiado coqueto, aunque sabía que sólo estaba bromeando con la vendedora para hacerla sonrojar.

Me acerqué a ellos cruzándome de brazos y fue cuando la vendedora notó que había otra persona dentro de la tienda, le sonreí amablemente y ella hizo lo mismo en respuesta.

–¿La puedo ayudar en algo? si es así, espera un segundo que lo estoy atendiendo a él.–miré a Luke tratando de ocultar la risa y luego la miré a ella.

–Oh si, tranquila, yo espero, igual no creo que al caballero le importe que yo me quede a escuchar para que sirven esas bolitas.–dije señalando lo que ella tenía en las manos

–No hay problema Susan, deja que la chica se quede.–respondió él tranquilamente y le sonreí. 

Susan me miró fijamente por varios segundos y puso los ojos en blanco.

–Las bolas chinas son de mis favoritas, porque aparte de que fortalece el suelo pélvico de tu chica la vuelve multi orgásmica.–Luke asintió sorprendido y negué apretando los labios.–Hay de diferentes materiales pero te recomiendo el de silicona para empezar.–le entregó el paquetes a Luke y él lo tomó observándolo atentamente.

–Si a ti te gusta entonces lo llevaré.–dijo seductor sonriendo de lado y metió el paquete dentro de la pequeña cesta que tenía en sus manos, la tipa soltó una risita risueña y negué de nuevo, sólo quería reírme a carcajadas.

–Es sencillo de usar, utiliza algún lubricante con efecto retardarte, metes una primero, la estimulas unos segundos y luego metes la otra y cuando la quieras retirar, debes hacerlo lentamente mientras la chica este apretando los músculos de la pelvis.

–Interesante, muy interesante, definitivamente me lo llevo Susan.–ella sonrió ampliamente y fue por una botella de lubricante, supongo la que ella le había recomendado y la metió en la cesta.

–¿Puedo hablar?.–pregunté alzando mi mano y Susan me miró con algo de fastidio.–Sólo vengo aquí por una sola cosa y es que quiero complacer a mi esposo en algo que me pidió.–Luke se rascó el puente de la nariz mientras se mordía el labio y lo miré un momento.–¿Tienes algún arnés de esos que se colocan en la pelvis y le puedes poner como un dildo y así poder penetrar a mi esposo?. –Luke abrió los ojos lo más que pudo.

–Con todo respeto chiquita y disculpa que me meta en tus asuntos, pero no creo que a tu esposo le guste eso.–dijo él mientras negaba con la cabeza .

–No lo sé, él me pide cosas y yo se las cumplo porque si tienes a tu esposo feliz, el matrimonio es feliz.–Luke hizo una mueca y entrecerró los ojos mirándome desafiante, yo elevé una de mis cejas ocultando las ganas enormes que tenía de reírme y Susan se aclaró la garganta.

–Aun no nos ha llegado ese producto, lo pedimos en el ultimo inventario, si quieres te doy la tarjeta del local para que llames en una semanas a ver si llegó.–tomó una tarjeta del mostrador entregándomela y la tomé feliz leyendo la información.

Youngblood | L. Hemmings ✦VOL.I✦Where stories live. Discover now