18 ; primera parte

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—¡Cuéntame ya!— gritó Hyemin corriendo hacia mí en cuanto entré al salón.
—Ya, tranquila.— la calmé, llevándola hacia nuestros lugares.— Taehyung estuvo en mi casa, otra vez...
—Si...— me alentó a seguir.
—Estábamos en mi habitación y...comenzamos a besarnos...
—Si...— abrió más sus ojos y su sonrisa se ensanchó.
—Una cosa llevó a la otra y...— me interrumpió.
—¡Oh por Dios!— exclamó. Hizo un círculo con sus dedos índice y pulgar y comenzó a meter y a sacar su dedo índice de la otra mano rápidamente, haciendo un gesto de relaciones sexuales.
—¿Qué? ¡No!. No ha pasado eso, pero...— hice una pausa, incapaz de seguir hablando sin morir de vergüenza. Señalé mi boca y luego mi intimidad, haciendo que los ojos de Hyemin se abrieran aún más.
—¡Por todos los cielos! ¡No puede ser que Taehyung te haya...!— gritó, pero rápidamente cubrí su boca con mi mano para que no siguiera soltando palabras.
—¡Cállate! ¿O quieres que todo el salón se entere?— pregunté alterada haciendo que Hyemin negara con su cabeza rápidamente. Quité mi mano de su boca y continué contándole hasta que el profesor de Artes Plásticas entró al salón.

Esta clase era aburridísima, lo único que hacíamos era escuchar sobre la historia del Arte y una que otra vez nos pedía que dibujemos algo.

Me había quedado en un pequeño trance mirando un punto fijo del pizarrón, sin darme cuenta de que Hyemin había comenzado a dibujar penes en la hoja de mi carpeta.

Idiota.— le susurré, provocando que riera levemente.
También te amo.— me respondió, haciendo un corazón con sus dedos como los idols.

Pasada ya media hora de clase, el silencio que se había producido a causa del parloteo del profesor fue interrumpido por el sonido de alguien corriendo apresuradamente que, al parecer, se dirigía hacia nuestro salón.

—Señor Kim, ¿le parece que es hora de llegar?— lo regañó el profesor a un Jungwoo que parecía agitado.
—Buen día para usted también, profesor. Lamento la tardanza.— respondió Jungwoo con sarcasmo.

Antes de que el profesor pudiera responderle, comenzó a caminar hacia el asiento que se encontraba detrás de Hyemin y yo para luego sentarse ahí.

—Buenos días, señorritas.— nos saludó con un intento de español.
—Se dice señoritas, no señorritas, ¿acaso no aprendes nada en el taller de español?— le preguntó Hyemin, un tanto agresiva. Su relación nunca iba a mejorar.
—Ya, no hace falta tratarlo así.— la regañé.— Buen día para ti también, Jungwoo.— lo saludé de vuelta, sonriéndole y haciendo que mi sonrisa se le contagiara.

(...)

Todos los alumnos salían desesperados de la escuela. Yo estaba incluida.
Debía volver rápido a casa para luego ir a mi entrenamiento, pero esos pensamientos se esfumaron en cuanto vi a Taehyung esperándome en la puerta.

—Hola Tae...— no me dejó seguir cuando ya tenía sus labios sobre los míos haciendo que mi piel se erizara.
—Hola, bebé. ¿Cómo has estado?— preguntó llevando un mechón de pelo detrás de mi oreja.
—B-bien, ¿y tú?— tartamudeé. Había descubierto el apodo "bebé" era una nueva debilidad mía.
—Muy bien, sí. Seré directo,— hizo una pausa.— ¿te apetece ir a mi casa?

Mis ojos se abrieron como platos y sentía mis mejillas arder furiosamente. ¿Había oído bien? ¿Ir a su casa?
A decir verdad, no sonaba mal, pero debía ir a entrenar.

—Quisiera ir, de veras, pero debo ir a entrenar. Lo siento.— me disculpé.
—Oh, vamos. Yo puedo llevarte.— intentó convencerme.
—No tengo ni mi ropa ni mis cosas de hockey y...
—Pasaremos por tu casa a buscarlas y luego vamos a la mía, decidido.— me cortó. No sonaba mal.

Me extendió un casco y nos montamos en su motocicleta. Giré mi cabeza y me encontré con una Hyemin que nos miraba con la boca abierta mientras hacía una letra T con los dedos, a lo que yo asentí mientras sonreía aunque ella no pudiera verme.
Taehyung terminó de colocarse su casco y encendió el motor de la motocicleta para comenzar el camino hacia mi casa.

Mis manos se aferraban fuertemente a su cintura como ya acostumbraba a hacer.
Taehyung detuvo la motocicleta cuando un semáforo estaba en luz roja y aprovechó ese momento para tomar mi mano y acariciarla lentamente con su dedo pulgar.

Unos minutos más tarde nos encontrábamos en la puerta de mi casa. Entré lentamente, fijándome que no esté ninguno de mis hermanos.

—¿Hola?— pregunté en voz alta, pero no obtuve respuesta. Bien.

Subí rápidamente a mi habitación y tomé la ropa que usaría para hockey, busqué el estuche de mi palo y guardé la ropa ahí para luego bajar las escaleras velozmente.
Cerré la puerta detrás mío y me dirigí a la motocicleta de Taehyung otra vez. Volví a colocarme el casco y Taehyung volvió a encender el motor, esta vez, con dirección a su casa.

¿Estaba nerviosa? Si, mucho. Luego de lo que había ocurrido ayer en mi casa no sabía que podría llegar a pasar en la suya, sin el riesgo de que alguien nos descubriera.

O eso pensaba.

Recordé que Taehyung había dicho que vivía con Min Yoongi. Pero no debía preocuparme, no pasaría nada como lo de ayer...

¿Verdad?

Al parecer, Taehyung y Yoongi vivían en un edificio ya que Taehyung estacionó la motocicleta en el estacionamiento de un moderno edificio.

Bajamos los dos y nos dirigimos hacia el ascensor, donde Taehyung oprimió el botón del piso 7.
Las puertas se abrieron y Taehyung me guió hacia la entrada de su departamento, donde introdujo la llave para luego abrir la puerta, dejándome sorprendida.

La sala de estar era enorme; tenía un gran ventanal que dejaba ver una hermosa vista de Seúl, había un gran televisor y un sofá muy grande junto a una Play Station 4. Aunque eso no fue lo que más me había llamado la atención.
Lo que realmente había llamado mi atención había sido el gran piano que se encontraba junto al ventanal. Al acercarme pude notar que junto al piano se encontraba un saxofón.

—¿Tocas el piano?— pregunté.
—No, Yoongi lo hace. Yo toco el saxofón.— respondió, haciendo que mi sorpresa aumentara.— Pero no estamos aquí para tocar el piano o el saxofón,— susurró en mi oído, dejando pequeños besos en mi cuello.— estamos aquí para tocar otra cosa.— continuó dejando besos en mi cuello, esta vez más húmedos a la vez que llevaba una mano a uno de mis pechos, sacándome un leve gemido.

Sería una buena tarde.

that guy // kth [Primera y segunda parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora