Capítulo 18

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Al ingresar nuevamente a clases encuentro sobre mi pupitre un sosten negro de encaje.

¡Si que eran rápidas estas perras!.

Thomas camina hacia mi y quita la prenda antes que yo la toque.

—¡Que broma más pendeja!—  Dice y lo tira al basurero.
¿En verdad eran tan estúpidos?
Se sienta en su mesa queda en silencio.
Él ya se había enterado de mi pequeño percance.
¿Tanto lío por un jodido bra?
Creo que si le hubiera pasado a otra de las chicas ya lo habrían olvidado.
Siguen ingresando y los observo desde mi mesa como se van acomodando con sus amigos.
El curso estaba dividido en grupos.

Adelante se sentaban los niños ricos o la Elit, quienes tenían toda la atención. En primer pupitre estaba Thomas junto a su perfecta Samanta, tambien estaban Becca, y Chaston dos gemelas ricas hijas de un político creo.
Las recordaba feas y con ortodoncia pues la pubertad les cayó de maravillas.
Ambas son rubias con senos grandes. El sueño de todo adolescente. Junto a ellos están Lucca, Igor y otro chico alto que no se quien es. Los tres deportistas e hijos de personas renombradas. Eran guapos, adinerados y populares.
Se creian la crema y nata.

Luego pasamos al grupo de los seguidores, ellos se rien de los chistes sin gracia de la elit, y apoyan en todo lo que estos descerebrados dicen, su sueño es pertenecer a aquel grupo de idiotas.
son patéticos
Allí veo a Elisa, María, Anna, Keyle, Hache, Nina, Paul, y hay cinco mas que no recuerdo sus nombres.
Estos chicos son porristas de menor categoría, nadadores y músicos aunque tocan instrumentos no muy populares entre los jóvenes.
Asi pasamos a los "mateatletas" son cuatro, no interactúan con los demás y ni les va ni les viene lo que la Elit diga, son los únicos que me agradan ya que no opinan al respecto.
Después hay un grupo más dos chicas morenas, Mica y Tara y dos rubios que creo que se el alto se llama Gino y el otro Andrés o algo asi ellos son algo rudos y no son muy amigables se sientan al fondo y casi siempre están en su mundo.
Luego esta Tristán el lobo solitario de la última mesa junto a las ventanas.
Casi no habla, no participa solo se sienta ahí a jugar con su lapicero, jamás he visto que escriba o que este con un libro, a veces se junta con los niñitos ricos pero por lo general esta solo igual que yo aunque lo de él es por desicion propia.
Jamás fui de tener muchos amigos, de hecho solo tres en toda mi vida y relacionarme con otros no me era tan facil y mucho menos cuando nadie te quiere cerca.

Estoy distraída cuando la profesora de francés llega y comienza a pasar lista para presentar los trabajos.
Miro atrás rápidamente y Tristán no esta en su mesa.
Ambos nos apellidamos con la letra B, si no eramos los primeros en pasar seríamos los segundos y mi compañero estaba  desaparecido.
¿Y si se había enojado conmigo y me dejaba plantada?
A él le importaba una mierda las calificaciones pero yo realmente quería aprobar. 
Cuando fue mi turno de exponer
Me llené de valor y con mi cartulina azul marino pase al frente sola.

La profesora estaba en su escritorio mirándome con desapruebo

— ¿Y su compañero Señorita Biell?— Me pregunta. Trago saliva nerviosa.

—Fue a comprarle un brasier— Dijo alguien del fondo. Los demás rieron.
Tal vez lloraría de la vergüenza pero mi caballero con armadura reluciente llega y mi corazón comienza a bombear nuevamente.
Bien no era un caballero exactamente mas bien un vampiro salido de Transilvania que en cualquier momento se comería mi hígado aun asi lo sentí como mi héroe.

—Aquí estoy, lo lamento estaba en la biblioteca — Dice se para a mi lado.

—Bien, comiencen.— Dice. Tristán me  mira y asiente con confianza.
Comienzo a desarrollar mi parte y trato de no mirar a nadie.
Es imposible ignorar a Thomas y su perfecta cara o a la bruja a su lado.
Ella me mira esperando que me equivoque o no lo se tal vez sueña que me ahogo con mi propia lengua.
Miro a la profesora mientras explico y ella hace seña con su dedo índice que debo ver a mis compañeros.
Sigo como puedo, Tristán se para cerca dandome respaldo y por fin le toca a él.
Sentía que me sudaban las manos y que quería llorar.
Un nudo me subía por la garganta y quería desaparecer.
Era patética, el solo hecho de estar frente a la clase me provocaba pánico era una triste inútil.
Mi compañero lo explica en francés como habíamos quedado él sabe de lo que habla no como yo que repetía lo que había estudiado.
Se veía sexy hablando con tanta fluidez. Sus labios carnosos y sus cuerpo duro y enorme.
Él me mira por un instante y siento que debo recobrar la postura.
Me pongo recta pero aun asi no puedo dejar de verlo.
Alguien finge toser y cambio mi vista a mis zapatillas.
Debía terminar la presentación asi que doy un paso al frente para seguir pero mi cerebro se nubla.
No recuerdo absolutamente nada de lo que debía decir. 
Miro a Tristán aterrada y él lo comprende entonces sigue explicando y dando datos que la profesora preguntaba.
Me da paso para poder seguir con el tema mientras leo de reojo la cartulina.
Me calmo y sigo con su ayuda.  Cuando terminamos la profesora nos felicita y habla de lo bien que trabajamos en equipo.

Tomamos asiento y mis manos aun están húmedas y tiemblan.

Los demás siguen exponiendo y yo ahora estoy centrada en ver a Thomas hablar sobre la torre Eiffel. 

En el almuerzo busco a Tristán quien esta en la mesa dónde siempre me siento sola, él está acompañado de una de las gemelas Olsen.
Cuando llego ella toma su bolso y se marcha dandole una mirada de niña enamorada.

—¡Que linda!— Comento burlona.

—Cassiel ella no es linda, es caliente.— Comenta.

—Siempre tan caballeroso.— Comienzo a devorar mi comida.

—Tu eres linda, igual que un cachorrito felpudo y tierno.— Dice bebiendo su coca cero.
Levantó una ceja.

—¿Encerio? Me comparas con un perro. — Digo aburrida.

—Con un tierno cachorro aunque si me enseñas tu brasier entras en la categoria de las más calientes del colegio.— Me sonríe falsamente. — Soñaré con tu sosten rosa.— Dice burlón.
Le lanzo mi caja de jugo vacía pero este la toma en el aire.

—¡Ya basta Black!— Ordeno. Él se ríe disfrutando de mi enojo.

—¡Vamos Cassiel solo bromeo! —

—Ha ha que gracioso eres. Ya deja el tema, ¡Ah!  gracias por rescatarme en francés  — Digo hablando bajo.

—De nada dulzura. — Responde y comienza a jugar con su celular ignorandome totalmente.

Dos clases más y estoy lista para irme a mi casa a descansar.

Thomas sale junto a mi.

—¿Quieres que te lleve?— Pregunta.
Inmediatamente recordé la última vez que me había llevado y casi muere por mi culpa.

—No. Estoy bien. Debo hacer unas cosas en el centro  — Respondo.

—¿Necesitas ayuda?— Pregunta acomodando su mochila mientras salimos al estacionamiento.

—Estoy bien Thomas. Gracias— Le sonreí y seguí mi camino.
Dejé el bullicio del colegio atrás y caminé unas calles afuera.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ