Capítulo 43

12K 1.3K 163
                                    

Tristán me toma de la cintura y me acomoda frente a un gran árbol.

—Pasaste la noche con él. — Susurra en mi oído. Traigo un arma cargada entre mis manos apuntando el árbol frente a mi

—Eso no es asunto tuyo Tristán— Digo y disparo, Doy en el blanco.

Cruz esta a un par de metros observando.

—Hablamos de ti, eso lo hace mi asunto. — Dice mirándome a los ojos.

—Ya olvidado, necesito aprender a defenderme ¿Me enseñarás a luchar o no?— Pregunté.

Después de entrenar en medio del bosque por más de dos horas estoy en casa nuevamente. 
Ya limpia y con el almuerzo hecho espero a John que no tarda en llegar.

Comemos juntos y siento un poco de paz después de todo.

Por suerte la electricidad vuelve pasada las tres de la tarde.

—¿Qué estás haciendo?— Pregunto al ver a John y otro tipo instalar una cámara en la sala.

—Instalamos la alarma para que te sientas segura cuando no estamos en casa. — Dice sonriendo.

—¿Debería preocuparme?— Pregunté sentándome en el sillón.

—Claro que no amor, es solo para nuestra tranquilidad— Dice. Tocan el timbre y encuentro a Tristán esperando.

Salgo fuera para hablar. 

—¿Qué sucede?— Pregunté.

—Vine a ver si todo estaba bien.

—Si, tranquilo. —Respondo.  Toma asiento en la escalera del porche, copió su acción y me acomodo a su lado. —¿Qué pasa Black?—

—Siento... que arruine lo que había entre nosotros — Dice sin mirarme.

—Nada había entre nosotros Tristán... Estaba confundida y ni siquiera se porque me enojé. Ya olvídalo— Digo intentando arreglar las cosas.

—Teníamos algo especial Cass, y lo arruiné.— Dice con sus ojos tristes.

—Supongo que no estaba en nuestro destino estar juntos. — Comento.

—Yo cambiaré las reglas... y haré las cosas bien. Estaremos juntos — Se para comienza a alejarse pero se detiene y voltea a verme — Estaremos bien. —Se marcha sin despedirse.

—¿Está todo bien?—John sale de la casa —¿Peleaste con tu novio Cassy— Pregunta sentándose a mi lado.

—No es mi novio papá. — Digo tristemente.

—Pero lo amas. — Afirma.

—Creo que si, no lo sé.  Estoy confundida. ¿Esta mal que me gusten dos personas a la vez? — Pregunté.

—Claro que no cariño, tienes apenas dieciséis años, no puedes saberlo todo y está bien estar confundida  — Me sonríe. —Con el tiempo lo sabrás... no hará falta elegir, dentro tuyo sabrás quien es el indicado. — Apoyo la cabeza en su hombro.

—Tengo miedo a fallarte... arruinar las cosas nuevamente.

—Cassiell no hay nada que puedas hacer o decir que me hagan dudar de ti. Estoy orgulloso de quien eres, eres mi niña buena y te amaré siempre.

—¿Dejaría de ser buena si hago algo malo?— Interrogué

—¿Define malo? — Me mira dudoso.
Asesinar un Ángel. No respondí. —No vas a dejar se ser buena por reprobar alguna materia, o salirte de clases, emborracharte o tener sexo con tu novio Cassiell. —  Me mira serio. —Eres buena porque piensas en los demás antes que en ti, porque te preocupa el bienestar de todos, y porque tus sentimientos son sinceros —Sonrió

—Eso quiere decir que no me castigarás por emborracharme o hacerlo con Tristán — Digo divertida

—¿Debería hacerlo? — Pregunta sorprendido.

—Si John, los padres castigan a sus hijas si hacen esas cosas. — Él sonríe.

—¡Oh! Okay! Si te emborrachas que sea aquí y no en una fiesta con desconocidos sino te castigaré y .... — Pensó un momento —Y no podrás salir con esos dos chicos por una semana. — Dice serio.

—Eres horrible en esto. —Digo entre risas.

—Lo sé, porque sé que no debo preocuparme por esas cosas Cassy. Confío en ti, tu debes decidir que hacer y que no. — Se para. — Iré a ver como sigue mi técnico adentro. — Me sonríe y vuelve al interior de la casa dejándome en sola con mis pensamientos.

En la noche dejo la luz prendida de mi habitación, tenía, miedo que alguna otra de esas cosas aparezca en medio de la oscuridad y Cruz no estaba aquí para cuidarme.

Sabia que John y Juliet estaban en la casa y rogaba no despertarlos en medio de una de mis pesadillas, no quería que sepan que probablemente había vuelvo a tener mis terrores nocturnos.

Desperté al oír rasguños bajo la cama.

—Ya sombra súbete. —Murmuré somnolienta.
El sonido se detuvo, me acomode  mejor y vi la figura de un hombre junto a mi cama.
Rápidamente prendo el velador pero no hay nada, ni siquiera sabia porque estaba a oscuras cuando yo había dejado la luz encendida.
La puerta de mi habitación estaba abierta, miro el pasillo aterradoramente oscuro. Cierro la puerta y me quedo en silencio.
El reloj marcaba las tres y cinco am.

—¿Sombra?—  Pregunto buscando el condenado animal. Enciendo la linterna de mi móvil y me arrodillo junto la cama.
Cuando miro bajo de esta el miedo me invade.
Marcas de cinco garras atraviesan el piso de madera. Lo mas escalofriante es que son del tamaño de una mano humana.
Trago saliva y me siento en la cama con mis ojos cerrados intento concentrarme.

Puedo oír la respiración de John aun cuando este esta encerrado en su habitación al final del pasillo, también logro oír el grifo del baño el cuál esta goteando y sobre todo escucho los pasos de un hombre en la sala.
Tomo mi daga y bajo lentamente.
Tengo miedo, tengo mucho miedo pero es mas fuerte mi curiosidad.

Camino a oscuras pero sin problema alguno, escucho sus pasos en algún lugar de la sala. Cuando prendo la luz no hay nada, todo esta en silencio.
Busco y no encuentro nada, de pronto el gato negro salta de atrás del sofá y maúlla mirándome tiernamente. 
Lo miro con desconfianza, lo tomo entre mis brazos para llevarlo conmigo pero al voltear me sobresalto al ver a Juliet parada tras de mi.

—¿Qué haces aquí cariño?— Me mira desconfiando, busca con la mirada alguien más a mi alrededor. El gato se enoja y amenaza a Jul con sus garras. Lo calmo acariciando su cabeza.

—Vine por sombra ¿Te desperté?— Pregunto. Veo la luz roja de la cámara en el rincón del techo.

—No amor, vine por agua — Mira con asco al gato entre mis brazos.

—Me voy a la cama. Buenas noches. — Digo.

—¡Cassy!— Llama cuando estoy subiendo las escaleras.  Me detengo y la miro.  —No duermas con ese animal... tienen muchos gérmenes. — Me aconseja.

—Okay. — Digo.

Ya en la cama y con el animal dormido entre mis pies no puedo dejar de pensar en lo que pasó.

Me levanto una vez más.
Camino hacia la oficina de John, su ordenador de escritorio esta conectado al sistema de alarmas.
La pantalla se divide en las cuatro cámaras que instalaron.
La del patio delantero, el trasero, la entrada y sala, y la del pasillo de arriba.
Comienzo a buscar.
Encuentro lo que quería, aprieto mi puño con ira. 
Borro las grabaciones y regreso a mi habitación.

Tristán me espera parado junto a la cama, sin medir palabras le doy un golpe en la cara tirándole al piso con fuerza. 

—¡Siempre has sido tú grandísimo infeliz! — Digo enojada mientras este me mira aun desde el suelo.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora