Capítulo 32

12.9K 1.4K 72
                                    

—¡Thomas espera!— Lo alcanzó en el pasillo. —¡Tenemos que hablar!— Digo.

—Debo ir a clases. — Me mira serio.

—¿Qué eres?— Pregunté susurrando, inclinándome hacia él. 

—Él que está aquí para salvarte de ese imbécil— Dice mirando tras de mi. 
Me volteo y veo a Tristán parado mirándonos fijo. Veo el enojo en sus ojos.
Se gira y comienza a alejarse, quería seguir haciéndole preguntas a Thomas pero también necesitaba hablar con Tristán.
Vuelvo mi atención a Thomas.
—¡Ve con él Cassy! Se que quieres hacerlo. —Dice

— ¡Cassiell!— Llama el director unos metros tras de mi. Está parado en la puerta observando. —Ven, por favor. —Miro a Thomas ahí parado, luego a Tristán perdiéndose en el pasillo. Suspiro y voy con el director.

Paso a su oficina y tomo asiento.

—Bien Cassy, Ha sido una mañana... agitada para ti.  Primero golpeas a Samanta, luego escapas de clases junto a Thomas y ahora estas involucrada en otra pelea y todo antes del medio dia. ¿Puedes decirme que sucede?— Pregunta mirándome serio.

—Yo... lo siento tanto. — Digo.

—No basta con sentirlo Cassy. Yo me hice responsable de ti para que puedas estudiar aquí con tus compañeros pero no puedo hacer nada por ti, si sigues involucrada en peleas. Estoy enterado que no has ido a las sesiones con tu psicóloga como indica tu carpeta médica, también sé todos los conflictos que has tenido con tus compañeros.

—No quiero estar metida en tantos líos, pero ¿qué puedo hacer? Samanta me odia y hace lo posible para hacerme sentir miserable. ¿Qué quiere que haga?.

—Evita a Samanta Cassy, Eres una buena niña, tus notas son sobresalientes y sé por tus profesores que quieres integrarte solo no necesitas una pelea entre chicos por ti.

—No tengo nada que ver con su pelea. Ellos se odian desde que se conocen.

—Te daré un consejo porque me agradas. Elige uno, esos chicos están enamorados de ti y seguirán metiéndose en problemas solo para llamar tu atención. No quiero tener que expulsar a ninguno de los dos.

—Gracias. ¿Puedo irme ?— Pregunté avergonzada.

—Si. —Firma un permiso.  —Estás en castigada, ve a la biblioteca después de clases. — Me sonríe.

—Esta bien. Gracias.— Digo levantándome.

—Alejate de los problemas Cassiell. — Me dice.

—Si señor . — Salgo rápidamente.

Cuando llego a clases todos me miran. Me disculpo con la profesora y camino a mi lugar.
Thomas esta sentado delante de mi, esquiva mi mirada cuando paso a su lado.
Me siento en silencio, sintiendo la ausencia de Tristán tras de mi.

Después de la última clase me encaminó hacia la biblioteca. No habías podido hablar con Thomas en todo el día y Tristán había desaparecido.

》Estoy castigada, salgo en una hora

》¿Castigada Cassiell? Hablaremos cuando vuelvas. 

Okay, John me daría un gran sermón y tal vez incluya castigo de por vida. 

Cuando entro a la biblioteca, Thomas llega tras de mi, Tristán ya está sentado en uno de las mesas se ve aburrido y molesto. 
Samanta me sonríe falsamente sentada en una esquina junto a su amiga.
Suspiro y entro.

—Vuelvan a ordenar todos los libros en su sitio, no pueden salir ni para ir al baño.  Volveré en dos horas. — Él profesor nos mira serios.

—¿Dos horas? ¡No puedo estar dos horas aquí!— Se queja Samanta.

—Lo hubiera pensado antes de hacer tan horrible broma y armar una pelea. — Dice el hombre. — ¡A trabajar!— Ordena y se va. Escucho la llave en la puerta y me resigno a estar encerrada aquí.

Cuando volteo Thomas ya no está. Era muy escurridizo para ser tan grande.

—¿Dónde vas?— Me dice Tristán cuando comienzo a alejarme entre los estantes llenos de libros.

—A ordenar libros.— Respondo.

—Mantente cerca... Algo no anda bien.— Me susurra. Asiento y voy hacia el carrito lleno de libros.
Soy la única que le ha hecho caso al profesor. Samanta y su amiga se pintan las uñas y ríen en voz baja.
Tristán juega con su teléfono sentado en piso apoyado en un estante.
Thomas no aparece.
Aprovecho que Tristán esta distraído y voy en busca del rubio.
Lo encuentro en el segundo piso, ordenado libros.

—Thomas... ¿Me vas a seguir evitando? — Pregunto acercándome. 

—No te estoy evitando— Dice sin mirarme y vuelve un libro de tapa rosa a su lugar. Me le pongo en frente.

—¿Cómo has podido curarme?— Pregunté lo más bajo posible. —¿Qué eres?— Necesitaba que me cuente todo.

— Cassy, no tengo idea de lo que estas hablando. — No me lo podía creer.

—No intentes tomarme por idiota o loca. ¡Sé lo que vi! Dime lo que eres Thomas. — Ordenó.

—¿No creíste que eras la única especial?— Me dice acercándose demasiado. Sus labios a centímetros de los míos. —Sé tu secreto y ahora tu él mío. — Susurra.
Me pongo nerviosa, Quiero salir corriendo pero no logró moverme.

—¿Mi... secreto?— Pregunto.

—Investigué, comencé a atar clavos y me di cuenta que yo también soy diferente— Me dice tomando mi mano. —Sé que tu lo sientes dentro mío— Era como si un aire frio se metía por mis poros. Podía sentirlo subiendo por mis venas.
Lo miré sorprendida.
— Después del accidente cambié, él Thomas que conociste ya no existe Cass, Ahora puedo cuidarte. —  Sé acerca lentamente.

—Tu recuperación fue casi milagrosa, ¡Nadie sana tan rápido de algo tan grave!— Digo recordando lo dicho por Juliet y John.

—  No puedes decirle a nadie— Me pide a arrinconandome contra los libros.

Creo que va a besarme pero una vez más se tapa los oídos y retrocede dos pasos hacia atrás. Aprieta los ojos con fuerza, esta sufriendo. Me acerco a él no sabía que hacer, o que era lo que sucedía.

—¡Retrocede! ¡Alejate! — Me dice adolorido.  Veo como sus oídos sangran.

—¡Vamos a la enfermería!— Digo tomándole del brazo.

—¡Cass!— Tristán esta parado en el final del pasillo. Su ceño fruncido y sus puños apretados. —¿Esta todo bien?— Pregunta.

—¡No! Algo le pasa a Thomas ¡Ayúdame! —Respondo asustada

—Ve con tu novio sociópata Cassy estoy bien— Dice Thomas reincorporarse. Mira a Tristán con enojo.

— Deberías ir a que te vean esos oídos, podrías quedarte sordo.— Dice sonriendo, sentía la maldad en sus voz.

—Vamos Thomas, te acompañaré.— Digo.

—Estoy bien. — La luz se apagó y todo quedó en una horrible oscuridad.

—¿Tristán?— Susurré asustada. Aunque ahora estaba mucho más valiente y había mejorado con mis miedos no podía ocultar el terror que me ocasionaba la oscuridad y aún más si era lejos se mi casa.

—Aquí estoy. Tranquila— Dice muy cerca de mi, siento su mano tomándome del brazo acercándome  a él .

—Sólo es un apagón, seguramente saltó un fusil. — Dice Thomas a mi lado, pero no se sentía asi como si solo fuera un apagón.
Un grito horrible nos asustó. 

—¡Es Samanta!— Digo aterrada.  Sacó mi celular y alumbrandome con su linterna corro hacia ella.
Intentando no chocarme con los estantes de libros.

Al llegar al descanso dónde había visto por última vez a la rubia no había nadie.
Todas las mesas vacías
Alumbró buscándola, cuando mis amigos llegan tras de mi.

—¡Sam!— Grita Thomas buscándola.

—¡Oh, Cielos!— Susurro al ver una gran mancha de sangre en el piso.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Where stories live. Discover now