''El accidente de años atrás''

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Mi padre cerró los ojos, supe que ya había muerto, mi madre no se movía ni siquiera había abierto los ojos, nunca olvidaría la imagen de mí padre y mi madre cubiertos de sangre e inertes, nunca.  Abrí la puerta del auto con fuerza ya que estaba destrozada y aplastada, gateé enterrándome los vidrios de la ventana que estaban en el suelo en mis manos y rodillas, tenía que huir rápido.

 Cuándo quise gritar para pedir ayuda, mi voz no salió y desesperada comencé a llorar aún más, pero mí llanto tampoco se escuchaba, grité y grité mientras corría lejos del auto, pero mí voz no se escuchaba.

Desperté mientras tomaba una gran bocanada de aire, aún era de noche y por la ventana entraba un poco de aire, prendí la lámpara que estaba en la mesita de noche a mí lado y me senté en la cama. 

Todas las noches tenía la misma pesadilla, era exactamente lo mismo que había ocurrido en el accidente unos años atrás. A veces las imágenes eran un poco distintas pero siempre llegaba a la parte dónde gritaba y mi voz no salía.

Era día sábado y tenía una entrevista con mí psicólogo. Aún era temprano por lo que fui al baño a darme una ducha.  Terminé de bañarme luego de 20 minutos y me seque mí cabello castaño claro con la secadora. Busqué cualquier cosa en él armario y me lo puse. La hora con mí psicólogo era a las ocho de la mañana por lo que decidí ir a hacerme un desayuno.

Cuándo estuve abajo preparé una leche y una mitad de pan y me lo comí rápidamente.

Ya a las siete y media salí de la casa dirigiéndome a tomar un taxi.

El trayecto hacía allá fue corto y en un abrir y cerrar de ojos me encontraba frente a la puerta del psicólogo. Toqué la puerta tres veces y finalmente el abrió, se colocó sus gafas y me sonrió mientras se hacía a un lado para dejarme pasar.

—Hola Lía. —Me saludo. — ¿Cómo has estado?

Le sonreí como respuesta. Me senté en el sillón blanco y reluciente que el tenia y él se sentó en una silla en frente mío, como siempre me entregó una libreta y un lápiz.

—Bien, repasemos todo. —Dijo mientras el también comenzaba a anotar cosas. — ¿Sigues con las pesadillas?

Asentí.

— ¿No has intentado hablar?

Rodé los ojos y negué con la cabeza. El sabía perfectamente que yo no podía hablar y a veces me odiaba por eso, me cansaba de escribir, además que ni siquiera podía aprender el lenguaje de señas. 

—Sí pones de tu esfuerzo podrás hablar. Sabes que esto solo es un trauma. Dejaste de hablar por el accidente, viviste pero esas fueron las consecuencias. Y sí quieres salir adelante tendrás que dar todo de tu parte.

Desde la primera vez que vine y le conté lo que había pasado él supo que yo no hablaba debido al accidente, me explico que a muchas personas les sucedía aquello y que muy pocas personas eran capaces de recuperarse. Él siempre me decía que tenía que ser optimista y tener fe pero simplemente a veces creo que todo es mentira. Quizás él no quiera solamente sacarme dinero, quizás el realmente quiera ayudarme.

— ¿Aún sigues sin comunicarte con alguien? aparte de mí, claro.

No sabía sí contarle que había estado en contacto con Brave y Chase, no sabía si eso iba a cambiar algo.

Mi tía, la única hermana de mí padre, había tomado mí custodia después del accidente, pero ella falleció al año después y para que no me metieran a un internado para niños huérfanos tuve que escapar del pueblo en el que vivía ella. Eh vivido sola en la casa desde hace años, trabajo de noche y estudio en el día. En el trabajo me pagan bastante bien, a pesar de que solo tengo diecisiete mí jefe sabe por todo lo que ha pasado y por eso me ayuda con el tema del dinero.

Tomé la libreta y en ella escribí, ''A nadie'', y se lo entregué. La verdad hoy había venido a decirle que no vendría más.

 —Deberías tratar de comunicarte con gente.

Asentí y comencé a escribir. ''Gracias por su ayuda, pero, dejaré de venir aquí, desde ahora haré todo por mi cuenta. ‘‘

Me puse de pie y le entregué el papel. Lo leyó y por la cara que puso pude ver que estaba enfadado, me asusté un poco porque nunca le había visto esa cara.

Arrugó el papel y lo tiró hacia algún lado de la sala. 

— ¡Te eh ayudado en todo Lía! —Gritó sobresaltándome, lo miré y me agarré mí camiseta fuertemente, me estaba poniendo nerviosa. — ¡No es posible que te vayas después de que te he ayudado en tanto! ¡Maldita huérfana!

Me estaba enojando y si pudiera gritarle le gritaría miles de groserías, me importa una mierda sí él es más mayor que yo, nadie tiene derecho a gritarme. Además él no me ayudo en mucho, solo me sacó dinero, si alguna vez llegué a pensar que quizá el me podía haber estado ayudando me retracto. El solo es un interesado. De los dos años que eh venido aquí el solo me hace preguntas y me dice que lo que tengo es por el accidente. A veces me muestra figuras y me pregunta que es lo que veo, eso no me sirve.

Me seguía gritando cosas pero yo no estaba escuchando, rápidamente me acerque a la puerta y la abrí, luego cerré de un portazo y salí rápidamente de ese lugar.

Me dolió bastante lo que me gritó, ''Maldita huérfana'' resonaba una y otra vez en mi cabeza. Me entraron unas ganas enormes de llorar pero no lo quería hacer en la calle delante de tanta gente.

Caminé hacia la parada de autobuses y me senté en el banco que había ahí. Personas pasaban riendo y sonriendo, el día estaba soleado y la mayoría de las familias salían a compartir juntos. Vi a un hombre y una mujer junto a dos niños pequeños, los tomaban de la mano mientras los niños les hablaban y ellos reían. Sonreí brevemente y miré mis manos. No quería seguir viendo aquello, me pondría mal de nuevo y no quería.

El autobús aún no pasaba y tenía mucho calor. Sentí el ruido de una moto cerca, luego sonó la bocina de aquello y seguí mirando mis manos, la bocina sonó de nuevo y extrañada subí la cabeza. Había una moto parada a la orilla de la calle, entrecerré los ojos y el me hizo una seña, confundida mire hacia atrás para ver sí me decía a mi  o a otra persona, no había nadie en la parada de autobús conmigo y los demás pasaban caminando. El chico se sacó el casco y lo miré mejor.

Brave.

Llevaba una camiseta negra y pantalones negros, la camiseta le quedaba un poco apretada y hacía que se marcaran sus bíceps. El chico tenía un muy buen cuerpo, sus ojos azules brillaban por la luz del día y su cabello igual.

—Sube. —gritó.

Me levanté y caminé hacia él, saqué mi celular del bolsillo de mí pantalón, Busque su número en mi agenda de contactos, ya que había guardado su número el otro día y  decidí mandarle un texto que decía ‘‘¿Qué haces aquí?'' La verdad nunca le dije en que hospital era al que venía a mis sesiones y no tengo idea de cómo me encontró. 

—Te dije que te seguiría a todas partes, y lo decía literalmente, esta mañana eh ido a tú casa y te eh visto salir así que te seguí y esperé a que salieras para poder recogerte, saliste más rápido de lo que pensé. —Me sonrió inocentemente. — ¿Vamos por un helado? Muero de calor.

Instantáneamente le sonreí, Estar con Brave, de alguna manera, me hacía sentir bien, viva. Cómo una persona totalmente nueva.

N/A: heeey, espero que les haya gustado él capítulo. No se llegó a los 35 votos pero sí pasaron los 30 votos así que de todas maneras agradezco por aquello, lo iba a hacer muchisimo más largo pero decidi cortarlo ya que no queria aburrirlas mucho. 

Les agradeceria sus votos y comentarios.

Gracias chicas!

Les dejo un gif de Lía n-n

She Does Not Speak ©Where stories live. Discover now