She Does Not Speak ©

''El accidente de años atrás''

Seguí hablando animadamente sobre  las vacaciones que pronto tendría yo y mi familia. Estaba tan feliz y animada que no podía parar de sonreír, por fin, después de tanto tiempo viajaríamos a Francia, mi padre iba al volante manejando, mi madre mirando hacia atrás mirándome a mí ya que no paraba de hablar cosas sin sentido, ella reía y negaba con la cabeza divertida. La carretera estaba algo resbaladiza, había caído algo de nieve anteriormente y ya era de noche, por lo que se veía muy poco, pero íbamos lento, para no tener ningún accidente.

 —Lía, ¿Cómo van tus notas? Espero que bien y que no te estés entreteniendo con ningún chico. —dijo mí padre y luego rió.

 Lo miré horrorizada y negué rápidamente con la cabeza. — ¡Como se te ocurre papá! —dije riendo. —solo tengo catorce.

—Lo sé hija.

— ¿Tenías que hacer un trabajo para el miércoles cierto? Yo te ayudo, no trabajaré ese día. —dijo mí madre sonriendo.

—No te preocupes Mamá. Puedo hacerlo yo, tú solo descansa. —Dije mientras le sonreía, no me gustaba que me ayudara en trabajos ya que ella trabajaba todos los días excepto los miércoles y por lo tanto ese día tenía que descansar.

—Está bien. —dijo mí madre después de haberlo pensado mejor.

Me  entró el sueño, apoyé mi cabeza contra la ventana, cerré mis ojos,  y traté de dormir, escuchaba a lo lejos a mí madre y a mí padre hablar de que comida preparar el día siguiente,  sentí que el auto hizo un movimiento brusco, por lo que mí cabeza se golpeó violentamente contra la ventana, el auto perdió el control y lo único que pude hacer fue afirmarme al respaldo del asiento de mí madre. 

— ¿¡Qué ha pasado!? —Grité desesperada mientras mí corazón latía a mil.

— ¡afírmate! —Gritó su padre mientras trataba de frenar.

Los frenos del auto se cortaron, al final era una calle cerrada, teníamos que doblar o sí no nos estrellaríamos contra las rocas del cerro de la carretera. Comencé a llorar, en mí interior rogaba por que no pasara nada más. Puse mi  cabeza entre mis piernas y me afirmé bien del respaldo del asiento de mí madre.

Sentí como mi cabeza chocó de nuevo con la ventana, escuchaba los gritos de mí madre, sentía como caíamos por un cerro hacía abajo, sentía como todo me daba vueltas. Finalmente abrí los ojos, veía al revés y era porque el auto estaba volcado. Solo veía humo y a mis padres con los ojos cerrados sobre sus asientos. Mis manos temblaban e hice todo lo posible por sacarme el cinturón de seguridad. Cuándo me saqué el cinturón comencé a mirar hacia mi padre y a mí madre, mi mano tocó un vidrio roto por lo que grité de dolor. Luego, comencé a mover a mis padres.

— ¡Papá! —grité  tratando de despertarlo. — ¡Mamá!

Comencé a moverlos rápidamente pero no reaccionaban, su padre abrió un poco los ojos, sangre caía de su boca y apenas se movía, trate de desabrocharle el cinturón pero esté estaba atascado, lo mismo intenté con mi madre pero ella tenía los ojos cerrados.

—Vete... —rogó mí padre con los ojos llenos de lágrimas, apenas le escuché su voz.

—Los quiero mucho. —Dije mientras lloraba, la voz se me quebró aún más al decir tales palabras.

Mi padre sonrió levemente, trató de hablar pero solo consiguió que un montón de sangre cayera de su boca, sabía que con la sonrisa que me había dado significaba que el también trataba de decirme lo mismo.

Sabía que no podría sacarlos de ahí, sabía lo que iba a suceder, siempre vi en las películas que cuando la gente tiene sangre en la boca muere después y sabía que no podía hacer nada más. El auto explotaría y yo debía salir de ahí.