Wolf Eyes |Jared Cameron| |Libro 10| de la serie 'improntas'

CAPITULO 16

— ¡Ahhh! Que dem... ¡Ahg! ¡Jodido imbecil! — se quejó Melissa llevando su mano al corazón mientras me miraba con una expresión asesina. — ¿acaso quieres matarme, Cameron? cuando te dije que tu novia me había gustado especifique que era pasado ¿en serio no toleras que nadie a parte de ti la mire? que posesivo eres, son el uno para el otro. — rodé los ojos al escuchar sus quejas no es como que todos los días un chico guapo como yo la sorprenda al cerrar la puerta de su casillero, estaba siendo sumamente desagradecida. 

— ¿como que el uno para el otro? — cuestione, cayendo en cuenta sobre aquella oración. Ella me miro dubitativa un par de segundos. — ¿que quisiste decir? — insistí.

— nada... nada en realidad. — se apresuro a decir. — ¿que quieres? — comenzó de nuevo a la defensiva. — ¿buscas a Kim? creo que aun no sale de su clase o si no ya estaría acá... — hablaba apresuradamente.

— no busco a Kim... bueno si, pero aproveche que estabas sola. — dije, meditando en si preguntar lo que estaba planeando preguntar seria lo correcto, claro que, no tenia a quien mas preguntarle así que... — necesito un favor tuyo. — la morena frente a mi abrió sus ojos con sorpresa.   

— ¿porque te haría un favor?

— no se... creí que nos llevábamos bien.

— te tienes mucha fe, cameron. — soltó con autosuficiencia. — que me agrades, un poco, solo un poco, porque tampoco es que le agrades mucho, la única que me agrada en el mundo es Kim. — rodé los ojos de nuevo. — no quiere decir que tenga porque hacerte favores.

— no es un favor como tal. — solté a la defensiva. — solo necesito que me aclares algo. — la vi descargar su peso en la pierna derecha mientras se cruzaba de brazos, enarco una de sus cejas y me miro detenidamente.

— a ver ¿que vas a preguntar? 

— primero que todo, Kim no se puede enterar de lo que te voy a decir.

— ¿que hiciste, Cameron? — exclamo ella con pánico, me apresure a negar con inocencia. 

— nada malo... aparentemente. — dije, forzando una sonrisa.

— no puedo prometer que no diré nada, pero... haré mi mayor esfuerzo.

— ¿que? ¡¿que tipo de confidente eres?! — le recrimine.

— ¿queee? — interrogo, alargando la palabra con un tonito de inocencia. — si se trata de algo ilegal yo no planeo ser tu cómplice, ademas, mi padre es un hombre de la ley.

— ¡no es nada de eso! — me queje, el timbre sonó y el sonido de sillas rechinando contra el suelo al ser abandonadas por los traseros del alumnado se hizo presente.

— calculo cinco minutos antes de que Kim llegue, empieza.

— ¿sabes si... — dude.

— ¿si?

— si yo le gustaba a Kim desde antes que me acercara a ella. — solté, sintiendo la presión de los alumnos que se movían al rededor y la imaginaria imagen de Kim caminando inocentemente por los pasillos y dirigiéndose aquí, en este mismo instante.  

— ¡oh mi Dios! — soltó ella con sorpresa. — ¿como sabes eso? ¡¿Kim te lo dijo?!

— ¿te estaría preguntando si ella me lo hubiera dicho? — le pregunte con obviedad. — así que es cierto. — comente con autosuficiencia, mi impronta ya me quería ¡Demonios! esto es tan emocionante y satisfactorio, pero ¿porque esta siendo tan difícil conmigo?

— ¿quien te lo dijo entonces? — pregunto Melissa de nuevo, eleve la mano hacia mi cuello con cierto nerviosismo.

— yo... lo leí.