CAPITULO 14

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La tensión era palpable y sumamente incomoda, de fondo, el profesor Hicks daba su usual clase se literatura mientras a mi lado estaba Melissa como solía hacerlo, pero el problema era el siguiente, ella continuaba evidentemente molesta pues había intentado sonreirle en cuanto la vi caminar hacia su lugar junto a mi, en donde ella había decidido mirar hacia otro lado en lugar de corresponder mi sonrisa; algo peor aun era que yo estaba tan acostumbrada a tomar sus  cosas sin permiso alguno y había alcanzado a estirar mi mano un par de veces para terminar regresandola ardiendo en vergüenza.

– Meli, lo siento. – dije en un susurro, mientras me inclinaba levemente hacia ella, rogando por ser escuchada sobre los gritos del profesor; movió su rostro levemente para dedicarme una mirada fugaz sin expresión alguna. – lo siento en serio. – insistí. – fue estúpido lo que te dije, yo en serio confió en ti. 

– señorita Samuels. – mis ojos se expandieron como platos al escuchar al profesor Hicks llamándome. – ¿quiere que detenga la clase para que usted y su amiga puedan hablar mas cómodamente? – me acomode con mi atención dirigida a el con una expresión de incomodidad y disculpa plasmada en mi rostro.

– lo siento, yo solo... le estaba pidiendo a Melissa algo prestado. – invente, el profesor entrecerró sus ojos en mi dirección.

– ¿que es lo que necesita, señorita Samuels? – quiso saber, balbucee al no saber que responder.

– me estaba pidiendo mi calculadora prestada. – esta vez fue Melissa la que hablo, me gire para encontrarla sacando su calculadora del fondo de su bolso le dedique una discreta sonrisa de agradecimiento.

– ¿para que una calculadora en clase de literatura? – pregunto Hicks, puso una de sus manos en su cintura y nos miro satisfecho, seguro de que podría enviarnos a la dirección luego de esa pregunta.

– tengo examen de matemáticas luego de esta clase. – salte al instante. – deje mi calculadora en casa y estaba muy preocupada, por eso no pude esperar para preguntarle. – Hicks me miro con desconfianza y luego se giro para continuar con la clase.

Melissa se estiro y coloco su calculadora sobre mi silla, evidentemente para culminar nuestro teatro; me gire para mirarla, le dedique una sonrisa agradecida que por fortuna, mi mejor amiga correspondió.

– pudiste haber esperado al final de la clase. – dijo Melissa, mientras nos movíamos entre los estudiantes de camino a nuestra próxima clase, que en realidad, no se trataba de matemáticas.

– no puedo dejar para después nuestra amistad. – le dije, colgándome de su brazo. – tenerte a menos de un metro de mi y actuar como si fuéramos desconocidas es frustrante ¿como podría? eres tan parte de mi como mi conciencia. – dije, Melissa sonrió y deslizo su brazo por mi hombros para darme una especie de abrazo.

– tienes razón. –  dijo, liberándome pues tal acción no nos permitía caminar cómodamente. – pero la próxima vez que insinúes que soy capaz de algo tan bajo voy a golpearte, Kim. Sabes que lo haré. – asentí al instante, segura de que me decía la verdad; pues una vez la vi golpear a Zack, fue como ver una parodia de la WWE.

Entramos en el salón de Química, la maestra aun no se encontraba allí por lo cual el parloteo entre estudiantes era lo que reinaba en el aula.

 – estas muy sonriente ¿debo asumir que se trata de mi? – pregunto, yo sonreí y negué levemente.

– eres parte de mi felicidad, pero no eres la única razón por la que soy feliz – dije, sintiéndome tímida con el asunto mientras me dedicaba a sacar mi texto guía del morral. Al regresar a mirarla vi la mirada expectante que Melissa me dedicaba, enarco las cejas en un gesto que me avisaba esperaba que empezara a hablar. – Jared me invito a una fogata. – avise en un murmullo. – dijo que era una cita. – solté con emoción, Melissa sonrió limpiamente al ver mi reacción.

Wolf Eyes |Jared Cameron| |Libro 10| de la serie 'improntas'Where stories live. Discover now