C15- Cuando las luces se apaguen

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—Jace, ¿podemos hablar?

Escribí para después borrar como las cinco veces anteriores.
Apenas había podido dormir dándole vueltas a lo ocurrido con Tyler. En como sus labios se fundieron sobre los míos y en como sus caricias dejaron rastro en mi piel.
La noche se me hizo eterna, mi cabeza no paraba de pensar en ese beso, en Jace, en Tyler. En los hermanos Johnson.
Si no quería enloquecer, tenía que hablar con ambos.
Sería fácil con Tyler, tan solo tenía que asomarme a la ventana de mi habitación para verle al otro lado de la calle. En cambio, Jace estaba en la otra punta de la ciudad y aunque querer contárselo me reconcomía por dentro, mandarle un simple mensaje sería degradante. Así que decidí esperar a que volviera para explicarle que fue un juego de niños, algo insignificante.

Ojerosa por la falta de horas de sueño, me dirigí a mi taquilla mientras me terminaba un buen café con caramelo para intentar despejarme ya que, ni siquiera la ducha de esta mañana lo había conseguido.
Era viernes y un día importante para el instituto, el club deportivo masculino jugaba en casa. Las entradas se habían agotado en menos de dos días y tres de ellas las tenía mi madre. Connor no dejó de insistir hasta que las compró.
Los pasillos estaban llenos de folletos que anunciaban el partido de football y no se hablaba de otra cosa que no fuera de eso, incluso Taylor sacó el tema nada más verme.

—¿Jugará Garret como titular? —inquiere apoyándose en las metálicas puertas mientras cojo los libros de la primera clase.

—Claro que jugará como titular, es el mejor —comenta una chica de tercer curso al pasar por delante de nosotras. Parece haber escuchado a Taylor.

Giro el cuerpo lo necesario para poder mirar la situación y, efectivamente es lo que pensaba. Alerta admiradoras desenfrenadas.

—El mejor era Tyler Johnson, lastima que se fuera del equipo —rebate a su lado la que parece ser su amiga.

Solo escuchar su nombre me tensa. Noto como se me encoge el estómago provocado por esas cinco letras que, consiguen removerme todos los sentidos.

—Creía haber escuchado que le echaron —dice la primera antes de alejarse por el pasillo y mezclarse entre los alumnos que no dejan de llegar.

Inconscientemente frunzo el ceño al escuchar el comentario. Tyler siempre ha estado en el equipo, sin duda su nombre estaba en boca de todos cuando se referían a los Eagles. Pero después de una lesión en un partido dejó de jugar o eso es lo que Jace me explicó. Escuchar que le echaron me hace replantearme la versión.

Las seguimos con la mirada hasta que perdemos su rastro y entonces, estallamos en risas.

—Ahí tienes tus respuestas —me dirijo a Tay tras dar un último sorbo al café que salvará mi mañana.

—Esas chicas se saben la vida de todos. ¿Cómo lo conseguirán? —inquiere para sí misma con el ceño fruncido.

—Y mientras lo hacen no viven la suya —respondo a la vez que cierro la taquilla.

—Touché —asiente.
—¿Cómo vas a ir al partido?, ¿paso a recogerte? —añade después de unos segundos cuando nos encaminamos por el pasillo hacia clase de Biología.

—No hace falta, iré con Connor y mi madre. Cuando lleguemos te busco por las gradas —digo con la mirada clavada en los libros que sostengo entre los brazos.

—Vale, entonces te guardaré sitio —señala emocionada.

Taylor no vive lejos del instituto por lo que, habitualmente sea el evento que sea suele llegar antes que yo. Además no ha parado de repetir durante los últimos días que cogería los mejores sitios para disfrutar de las vistas.

The Bad BoyOnde histórias criam vida. Descubra agora