C11- No estaría aquí de no ser por ti

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—Jace, por fin apareces, ¿qué tal por Maine?.

Hace días que no escuchaba su voz y más aún que no le veía, desde que se fue para ser exacta.
Tener contacto con él, es coger una bocanada de aire sin sostener la respiración como se ha vuelto de costumbre.

Me acomodo en la cama, apoyándome sobre los codos y con una mano sujeto el teléfono, de modo que Jace pueda verme.
La calidad de imagen no es la mejor, pero es suficiente para poder apreciar sus rasgos. Sus ojos pardos, su simpática sonrisa y por supuesto su pelo repeinado. Daría lo que fuera por estar ahí para despeinarlo.

—Me voy acostumbrando al frío —contesta dejando ver una sonrisa a través de sus labios —y bueno el instituto de aquí no está tan mal después de todo —agrega desde la silla de un escritorio.

—Me alegra que te vayas adaptando —atengo a decir para nada convencida. Quiero que vuelva.
—¿Y esa camisa, ahora llevas uniforme en el instituto? —inquiero al fijarme en su aspecto arreglado.

—No, mi padre quiere enseñarme uno de los mejores restaurantes de la ciudad —explica. Casi le escucho suspirar aliviado por la idea de no tener que llevar uniforme.
—Y por lo que veo tú también sales.

La minúscula pantalla apenas muestra mi jersey negro y mucho menos los vaqueros que he decidido ponerme para la Noche del Juego. De no haber sido por el brillo de mis labios, Jace no se hubiera dado cuenta de mis intenciones de salir. Pero lo ha hecho y no puedo decirle la verdad, si lo hiciera, sería la excusa perfecta para volver. Así que termino pensando en algo que decir, en otra mentira que se acumula con las demás.

—Sí, bueno, Taylor me ha insistido en salir esta noche, y ya sabes como se pone cuando obtiene un no por respuesta —termino por decir cuando un pinchazo se clava en mi pecho. Es la sensación de mentir a alguien que quieres.

—Jace, tenemos que irnos —una voz grave vagamente reconocible suena en la habitación.
—¿Con quién hablas? —pregunta al no obtener respuesta.

—Es Abby —pronuncia Jace alegremente, con una sonrisa sincera.

Este se aparta hacia un lado de la pantalla dejando espacio al Señor Johnson que, se acerca lo suficiente para llegar a verme.

—Abby, cuanto tiempo, hola. ¿Qué tal estáis? Connor, tú, Beatrice... —su voz decae desganada al nombrar a mi madre.

—Muy bien, ¿y usted?.

—Cada día más mayor, pero lo sobrellevo —bromea entre risas.
—Jace, tenemos la reserva en media hora, te espero abajo —se apresura a decir dirigiéndose a su hijo.
—Un placer haberte visto de nuevo Abby, hasta otra —termina despidiéndose y yo agito mi mano de izquierda a derecha. Seguidamente sale de la habitación.

—Tengo que irme amor, vamos hablando —se apresura Jace de la misma manera.
—Te quiero —sella un beso en la cámara del móvil que me provoca una sonrisa involuntaria.

—Te quiero —repito mandándole un beso.

Seguidamente, la conexión se corta y me pregunto cuando será la próxima vez que hablaremos.
Antes de partir a Maine me aseguró que hablaríamos todos los días, pero por unas cosas u otras las horas del día parecen no ser suficientes para ello.

+++

Son las nueve y diez de la noche cuando el timbre de casa suena. Tiene que ser Colin, esta mañana me mandó un mensaje fijando la hora a la que pasaría a buscarme, en cambio llega pronto.
Por suerte, mi madre pasará el fin de semana trabajando con Jack, no es ninguna novedad por lo que, no tendré que buscar escusa alguna para poder salir. Además, Connor se quedará en casa de Joss para poder asistir al partido de mañana.

The Bad BoyWhere stories live. Discover now