Never Again [Editando]

Capítulo 78

     La fiesta estaba animada aunque ya repartían el pastel. Liliana pidió un pastel con la forma de Francia y sobre él algunos accesorios de medicina. Abrieron los regalos entre bromas mientras que las personas se reían y bromeaban sobre los regalos.

     Las personas habían comenzado a irse. Muchos de ellos viajaban esta semana a las ciudades donde se encontraban sus universidades. Christina se despidió de Oliver en cuanto pisaron suelo americano, porque ella se iría directo a Boston, donde esperaría a las chicas. El lugar quedó prácticamente vacío.

     —Oh, por favor no llores más— rogó Oliver limpiando las lágrimas que corrían por las mejillas de Liliana.

     —Te vas mañana—dijo ella ocultando su rostro en el cuello de él —. No sabes cuanto te voy a extrañar.

     —¡Son las doce! ¡Es hora de irnos!— se escucho el grito de Thalia por el lugar.

     —Feliz aniversario año de novios— dijeron ambos al mismo tiempo con una sonrisa, se separaron un poco y se dieron un pequeño beso en los labios.

     —¿Te quedas conmigo?— preguntó Oliver se separó de ella sin soltar su mano.

     —Siempre que quieras— le aseguro Liliana con una pequeña sonrisa, se limpio las lágrimas.

     —Te amo tanto.

     Hoy era el día. El día de ayer no se habían separado. Habían dormido juntos y Liliana había terminado de ayudar a Oliver con las valijas.

     Jamás iban a entender la vueltas que daba el destino. Los había reunido para separarlos una vez más. Pero si era un desafío ambos buscarían la manera de superarlo sin importar lo que tarden.

     Entonces por los recuerdos de Lily, paso su reencuentro con Oliver.

     —¿Liliana?— cuestionó él —¿Liliana Stern?- ella lo miro confundida.

     Si bien esos ojos azules no los olvidaría, pero no era él. Se negaba a que fuera él. El destino debía ser muy mierda como para reencontrarla justo con él.

   —Así es— aseguró ella —. ¿Nos conocemos?— él trago grueso, no sabia que decirle.

     —Yo. Es decir, tú y yo, no...— él no sabia como explicarle la situación.

     ¿Y si no le decía? Podría evadir esa parte. Y comenzar de cero. Como si nunca la conoció.

     —Espera— ella lo miro directo a sus ojos azules —. Yo te conozco— reconoce ella sin apartar la mira —. Tú eres... ¡Dios mío, no!— ella comenzó a retroceder, pero detrás de ella esta la mesa de café y cayó sobre ella.

     O en su defecto la primera discusión, donde termino en un hospital, para descubrir que podría tener cáncer.

—¿Cuántas veces me tengo que disculpar?— pregunto él —Creí que habíamos avanzado.

     —Escucha, Oliver. Si avanzamos, pero tú fuiste mi primer amor. Mi primer beso y ¿Qué sucedió?— él bajo la cabeza —Me rompistes el corazón y eso no te importo en aquel entonces. No veo porque ahora si. Quiero avanzar contigo, ya lo dije, pero es difícil olvidar que tú fuiste quien me enseñó que el amor no es para mi.