Capítulo 45

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     Oliver pone la mano sobre la rodilla de Liliana, dejándola ahí durante unos segundos, para ver su reacción.

     Ella separa los labios y contiene la respiración. Había algo dulce en la anticipación. Él se inclinó hacia adelante y la beso con suavidad.

     —¿Estas segura de esto?— Liliana se limitó a sonreír antes de regresarle el beso.

     Los labios suaves de él, se mueven de forma experta sobre los de ella. Besándola con cuidado, explorando lentamente cuál son sus límites. Pero no tardo mucho en comenzar a provocarla con la lengua.

     Su mano sube al muslo de ella en una caricia delicada, pero persistente. Y por fin un gemido desesperado sale de sus labios, logrando que Oliver pierda el control. Haciendo que el beso se vuelva hambriento y exigente.

     —Que noche más perfecta...— susurro sobre los labios de ella.

     Le quita la ropa en un gruñido impaciente, rasgando la tela en el proceso. La profundidad de la pasión la excita.

     —¿Te gusta?— preguntó Liliana disfrutando de la mirada de él sobre su lencería.

     —Mucho— dijo antes de comenzar a comerle todo el cuerpo.

     Le mordisqueo la oreja, antes de pasar al cuello besándola. Y después baja hasta sus senos. Liliana se sonrojo un poco mientras Oliver le desabrochaba el sujetador, quedando con el pecho descubierto.

     —¡¿Qué diablos?!— se sentó en la cama de golpe, y pasó las manos por su cabello —¿De donde diablos salió eso?

     La habitación estaba a oscuras, y unos pequeños rayos de luz entraban por el balcón gracias a la luna. Tomó su celular de la mesa de noche y miró la hora, eran las dos y media de la madrugada. Busco en su libreta de contactos y marcó un número mientras se levantaba de la cama y caminaba de un lado a otro.

     —¿Si?— respondió una voz adormilada al otro lado.

     —Acabo de señor que casi tengo sexo con Oliver— la mujer se quito el celular de la oreja y miro la hora.

     —Yo no paso consulta a esta hora, Liliana— respondió —. Mira, si quieres acostarte con él, ve a buscarlo y hazlo. Te quitas eso de encima. Le tienes ganas, y ya esta.

     —¿Te das cuenta de lo que dices?

     —Cógetelo, y ya— dijo ella —. Y déjame dormir. Mañana con mis cinco sentidos hablamos. No son horas de consulta. Buenas noches.

     Y colgó la llamada. Liliana miró el celular indignada. Y volvió a intentar, pero ella lo había apagado. Camino de un lado a otro mientras veía su celular pensando a quien llamar. Cuando un mensaje apareció:

     WhatsApp-chat

Oliver West: ¿Qué haces despierta a esta hora, muñeca? ¿Tuviste una pesadilla? O mejor, ¿soñaste que te follaba?

Liliana Stern: ¡Oh, por favor! Deja de joder. ¿Cómo sabes que estoy despierta?

Oliver West: Me tomaré eso como un si a mi última pregunta. Ve al balcón. Te estoy viendo caminar de un lado a otro, mirando la pantalla con tu dedo pulgar en la boca.

     Ella miró las cortinas delgadas del balcón, y las abrió. Salió sintiendo el frío de otoño, prácticamente llegando a invierno. Levantó la mirada y observo a Oliver al otro lado de la calle, en el balcón de su habitación. Él sonrió cuando la vio.

Never Again [Editando] Where stories live. Discover now