Capítulo 9

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     Oliver estaba fuera de su habitación. En la habitación de su hermana para ser específico. Buscaba algo con lo que pudiera abrir el dichoso relicario que llevaba consigo años.

     —¿Qué tienes ahí?— preguntó Jacob sentándose en la mesa con la bandeja de comida en sus manos.

     —Nada importante— lo volvió a guardar en su bolsillo —. Estaba pensando.

     —No comiences tu también— pidió él blanqueando los ojos —. Deberían superarlo, déjenla en paz. ¿No les pareció suficiente hoy? Esta en el hospital.

     —Ni siquiera la tocamos y ella estaba desangrándose— se justifico Damiam —. Pero si, ya fue suficiente con ella.

      —Obtuvieron lo que querían, jugaste con ella— miró a su rubio amigo —. La acosaron, ya déjenla en la paz.

     —Iba a decir exactamente lo mismo.

     Soltó un suspiro al no encontrar nada. Salió de la habitación de su hermana cerrando la puerta con cuidado para no ser descubierto por su madre.

     Desde el pasillo se escucha la música con más intensidad. Él paro en seco al ver la puerta de su habitación abierta.

《 And I still hold your hand in mine.
In mine when I'm asleep.
And I will bear my soul in time,
When I'm kneeling at your feet.

Goodbye my lover.
Goodbye my friend.
You have been the one.
You have been the one for me.
I'm so hollow, baby, I'm so hollow.
I'm so, I'm so, I'm so hollow. 》

     Él se sintió más seguro al recordar que la puerta de su balcón estaba un poco abierta. Podría haber sido el viento.

     Termino de llegar a su habitación, pero había otra figura y no era precisamente su sombra. Observó a la mujer que estaba despalda a él. Estaba frente a la mesa de café, donde estaba el relicario.

     Termino de acercarse. Cerró la puerta cuidadosamente tras él.

     Y volvió a observar a la mujer. Por alguna razón ese cuerpo se le hacía conocido. Tal vez si no tuviera nada en la parte superior.

     —¿Qué haces en mi habitación?— observó como ella se sobresalto de inmediato —¿Quien eres?— su voz había salido tan fría —¿Te comieron la lengua los ratones?

     Era raro ver a alguien extraño en su habitación. Se supone que nadie y menos una chica. Jamás las llevaba a casa.

     Él no la podía ver. Observó como se volteo y trato de ver un poco más a pesar de la oscuridad, pero era imposible. Ella elevó el rostro demostrando firmeza ante él.

     —Tú madre, Diana, me pidió que te buscar. Para que bajarás a cenar. No quise, pero me obligaron— explico ella rápidamente. No se sentía intimidada ante él, al menos a su punto de vista.

     Se cruzó de brazos. ¿Qué debía hacer para hacer que su madre comprendiera que no cenaría? Tenia que obligar a una chica a subir, cuando sabia que su hijo odiaba que extraños invadieran su habitación.

Never Again [Editando] Where stories live. Discover now