—¡Eso fue increíble!— grito Thalia con una sonrisa —¡Quiero volverlo hacer!

     —Siento que vomitare— se lamnnto Liliana tomando aire —. ¿En que momento pensaste quería buena idea?

     —En el momento que las vi justo donde las necesitaba— le tomó las mejillas —. Lo hiciste genial. Parecías profesional. El vestuario es de ustedes. No pueden irse. Viene mi última modelo.

     La mujer llevaba un vestido veraniego rojo de mangas y escote. Tenía un estilo ochentero y era jodidamente perfecto. Hanna espero a que la mujer diera su paserela completa antes de dejar salir a todas las demás modelos. Entre ellas su cuarteto improvisado. Cuando todas volvieron adentro ella tomó el micrófono.

     —Para esta colección tuve ayuda— miro a Alisa —. Mi hija mayor tiene quince años. Me ha visto diseñar desde los cinco años, y siempre le gustó que la vistiera. Y sigo haciéndolo, pero esta vez ella quería ser participe. Alisa, luciérnaga, ven.

     La adolescente subió al escenario con ayuda de su padre. Y se acercó a su madre quien le tenía la mano tendida. Todos aplaudieron, Hanna sonrió y beso la frente de su, ya no, tan pequeña hija.

     —Fue una pequeña colaboración, que esperamos les haya gustado— miro a su esposo e hijos —. Mi esposo y mis hijos han sido un gran apoyo para mi. Somos un gran equipo. Gracias.

     Todos aplaudieron frenéticamente. Al salir de ahí fueron a la pequeña celebración. Y las chicas se despieron luego de tomarse algunas fotos y subirlas a redes sociales. Tomaron un avión y sus valijas con rumbo a Hawaii.

     Sus ojos azules miraban las fotografías que se había sacado con Liliana la noche anterior en una cena que tuvieron los West, junto a sus nueras, en un restaurante. Las había tomado Vanessa. Fue una cena poco planificadas. Sus padres simplemente los llamaron y fueron a cenar.

     —¿Cuando le dirás a Liliana tu decisión?— preguntó Owen aventandose en la cama de su hermano.

     —Cuando dejes de preguntar— le aseguro Oliver —. Ni siquiera se si llegarán hoy o mañana.

     —Eso no importa— miro a su hermano —. Si no le dices tu, le diré yo mismo, antes de que acabe el fin de semana.

     —Son mis decisiones, Owen— se sentó en la cama —. Mantén tu nariz fuera de esto. O me enojare.

    —Puedes enojarte conmigo todo lo que quieras— se puso de pie —. Pero eso no quita que Liliana no se vaya a enojar contigo por no contarle. Yo soy tu hermano, no tengo más opciones que quererte. ¿Ella? Ella es tu novia, es su decisión todo los días quererte. Tenlo en cuenta.

     Y salió de la habitación. A tenido las cartas en la valija desde que decidió que iria a Francia. Solo Owen, Vanessa, Zack y Claudia sabían. Además de sus padres claro está. Lo penso durante días. Porque lo que más le costaba era separarse de Liliana.

     —¿Francia?— cuestiono Sarah con una sonrisa —Vaya que sueñas grande. Yo quiero quedarme aquí en Seattle.

     —Entonces deberías considerar Francia— le aseguro —. Ya sabes, Owen se va el verano que viene.

     —Owen a querido irse de casa desde que tiene quince— le aseguro ella con una sonrisa divertida —. ¿Ya tienes claro que quieres estudiar?

Never Again [Editando] Where stories live. Discover now