Capítulo 10. Casi suegros

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Acaba de iniciar el quinto mes y cada vez estoy más atado emocionalmente a Danna. Diablos, troncón estamos jodidos, pienso, al darme cuenta que no puedo pasar un día sin estar con la dueña de cuevita porque se me hace eterno.

Morgan me ha preguntado mensualmente por los avances del reto, suelo explicarle a groso modo mis logros, pero nunca le he hecho mención de mis profundos sentimientos hacia ella. De hecho, Morgan nunca nos ha visto ínteractuar juntos. Mañana será la primera vez en el aniversario de mis padres, espero no delatarme delante de mi amigo.

He preparado a troncón con largas charlas exigiéndole que permanezca quieto sin activar a cuevita porque sería sexualmente frustrante e incomodo hacerle el amor en la casa familiar mientras mis padres están en ella. No, por no sentirme capaz sino porque no somos precisamente silenciosos en nuestra entrega.

Faltan pocos días para la celebración así que hoy nos encontramos entrando a una joyería para seleccionar los regalos.

—¿Te parece bonito este collar? a mi madre le encantan las joyas y mientras más grande mejor, tengo siete años regalándoselos en su aniversario— dije orgulloso mientras observo con detenimiento la femenina y hermosa hilera de brillantes rosados, listo para sacar la billetera.

—Es linda, pero me parece algo extravagante— sugiere tímida sin llegar a ofenderme.

—Extravagante— pregunto buscando esa sensación de exageración que ella ve. Creo que no sabe de lo que habla, extravagancia es lo que yo siento cada vez que me hundo en ella, menos mal que tengo a troncón como medida de medición.

—Tal vez este año puedas sorprenderla, no sé tal vez un cambio sea bueno, ¿qué otra cosa le gusta?— sugiere subiendo los hombros y ladeando su hermosa cabeza, diablos como decirle que no a esta mujer, vuelvo a perder feliz ante ella.

—Las rosas y las joyas son las pasiones de mi madre— recordé parte de mi niñez, —pasaba horas haciendo florecer su jardín— añoré la abrazando a mí Danna.

—Bueno que tal un broche en forma de rosa, así tanto tú como ella estarán felices— sugiere con una cálida sonrisa. Mientras la veo embelesado, asiento conforme y presto a aceptar la genial idea.

—A ver y para mi padre ¿qué sugieres?— la reto sutilmente. Apurando las compras con toda la intención de complacer a troncón y cuevita quienes están faltos de caricias.

—Pues— pronuncia largo y lento haciéndome reír —¿qué le gusta?— aceptando el reto.

—Los relojes— le expreso usando el pintoresco tono de voz que empleó anteriormente.

—¡Ay!, no— protestó llena de una divertida expresión de fiasco —no eso no, es muy clásico, me imagino que tienes los mismos siete años reglándole relojes ¿verdad?— se burla de mí, muerta de risa a la vez que le guiñe un ojos a la chica que nos está atendiendo, sacándole un risa que le fue difícil de ocultar.

—Se ve que conoces bien, mi Danna— reconocí ilusionado y perdidamente enamorado.

—No, Daniel no te conozco bien, pero tienes una personalidad predecible— susurra acariciándome la mejilla —bueno, dime que más le gusta a tu padre— continuó con el reto impuesto.

Dejo volcar mi memoria décadas atrás y dudo entre contarle sobre su colección de revistas Playboy o su afición con el ajedrez, claro está, opto por la segunda, porque cómo le explicarías que ambos compartimos una obsesión con la primera. —Cuando era más joven solíamos jugar ajedrez y él siempre ganaba— recordé con algo de nostalgia, pero acompañado con una mala actitud al recordar no haberlo vencido nunca.

DOBLEMENTE ENAMORADOTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang