Capítulo 4. Que empiece el juego.

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Conforme, pero algo agotado con por las negociaciones entre Danna y yo. La acompaño a la puerta, no sin antes, aprovechar la oportunidad de colocar mi juguetona mano al final de su espalda. Sentir el bambaleo latino de sus caderas emitieron ráfagas de electricidad que recorrieron la mía desde mi nuca hasta el final de la misma para finalmente rodear mi cintura e iniciar el bombeo en mi cilindro carnosos.

Ella intentó apurar su paso al sentir el calor de mi mano, así que, extendí la abertura de mis dedos para abarcar mayor espacio corporal. En ese momento le sugerí que se relajara, y que debe acostumbrase a mis toques y caricias.

Danna asintió buscando relajación, bromeó diciendo que parecemos pin y pon. Ambos reímos ya que de ser sincero su cabeza llega escasamente a la altura de mi pecho. Juraría que es tan menuda que mis manos podrían cubrir fácil su sensual espalda. Dios, pero sus caderas se mueven casi como la danza del vientre, tal vez, ella, necesite sus manos para cubrir a "troncón", mi cilindro carnoso.

De sus provocativos labios se despliega una sonrisa natural haciéndome notar el pequeño lunar que está sensualmente ubicado en el borde de boca. Antes de abrir la puerta, giro a Danna dejándola frente a mí, tomo sus delicadas manos, las aprieto suavemente y busco besar sus mejillas, ella no me corresponde, pero tampoco me rechaza. Me despido recordándole que mañana inician los seis meses.

Desde la puerta veo como, Rita, mi secretaria se la come viva con la mirada, juraría que Danna acaba de ganarse una enemiga acérrima, pero esa guerra no es de mi incumbencia, allá ellas que si se pelean por mí, bueno, eso espero un poco de acción en esta oficina vendría bien. Sin embargo, Danna, no se inmutó ante la mirada desafiante de Rita. Al cerrar la puerta me pregunto si mi troncón entrará en esa diminuta cueva, me encojo de hombros, suelto una carcajada varonil imaginando abriéndome paso en ella.

Dos horas después, al salir a almorzar, aprovecho la ocasión para entrar al centro comercial y comprar el celular para Danna. Elegí uno modalidad de pareja, así podré mantenerme informado de cualquier llamada y comunicación que haga con él, incluí un sistema de localización permanente y claro, a nombre de ella, cumpliendo con dos de sus exigencias.

De inmediato preparo nuevamente otro jugo de dardos. Uso el primero al guardar mi número con el nombre de "mi hombre" esperando que eso le permita empezar a crear un enlace emocional conmigo.

Le sugerí pasarla buscando por su casa pero ella se negó recordándome que no debo involúcrame en su vida privada, así que la recogeré cerca de una estación metro en el centro de la ciudad.

De regreso en casa me tumbo sobre la cama, tengo dos horas para presentarme a nuestra primera cita, cierro los ojos imagino el tipo de vestuario que usará Danna, sin duda será si mis instintos no me fallan una falda corta con tacones de tal vez diez centímetros, o quizás un short blanco mostrándome sus piernas, o un enterizo con escote profundo de esos que no dejan mucho a la imaginación. De algo si estoy seguro su maquillaje será sensual, llamativo resaltando sus provocativos labios de sólo pensarlo troncón se activa, para calmarlo decido tomar una ducha entregándome a "manuela", río al recordar que así llamo a mi mano izquierda cuando estoy en modo de autoplacer.

Optando por un conjunto casual ligeramente deportivo; un suéter azul opaco ajustado al cuerpo dejando marcado mis bien trabajados bíceps y abdominales a juego con unos pantalones casual negro, correa, zapatos negros. Me observa al espejo satisfecho con mi apariencia, algo de perfume, Santos de Cartier, y listo. Aún dispongo de casi una hora, me dispongo a disfrutar de un buen Whisky dieciochos años en las rocas, tomo asiento en mi sofá preferido.

Cuando estoy a punto de encender mi carro recuerdo algo importante, corre abro la puerta de mi casa, atravieso la sala, me devuelvo antes de empezar a subir las escaleras que dan a mi cuarto, giro sobre mis talones, me sirvo otro trago pero en esta ocasión seco, subo rápido las escaleras, entro a mi habitación, abro la mesa de noche y allí están varios paquetes de preservativos estimulantes con sabor a fresa, mis favoritos, creo que tres serán suficiente por hoy, me digo.

DOBLEMENTE ENAMORADOWhere stories live. Discover now