Capítulo 9. Un te amo.

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Me remuevo dentro de mis sabanas de seda negras listo para continuar los preparativos de mi gran sorpresa. Respiro ilusionado como cuando apenas era un imberbe inocente que se conformaba con ojear apurado y escondido las casi revistas porno de mi padre cuando éste se marchaba a trabajar. Eran los minutos más increíble del día, claro descontando los quince minutos que me llevaba erguir a mi tronco, quien en aquel tiempo en algunas que otras ocasiones se negaba a levantarse, pero la culpa definitivamente era de la insegura, penosa e inexperta manuela, en fin, gracias a Dios que hace años pasé de las revistas a las películas, allí manuela tomó mucha experiencia logrando hacer de mi virginal pene todo un tronco, pero como era se imaginarse las triple X no serán suficiente así que a los diecisiete años tronco se graduó con honores, con el pasar de los años entre camas ajenas, ascensores, baños públicos y universitarios, playas, piscinas y algún que otro hotelucho de mala muerte logré hacer de él un todo un troncón.

Sé que el cumpleaños de Danna es el martes de la semana próxima así que me imagino que ese día se va con él y si corro con suerte lo volverá a ver el jueves o el viernes así que preparé un fin de semana en un hotel paradisíaco a dos horas de vuelo de allí. Estaremos lejos y ella será sólo para mí.

Mientras tanto acudimos a varios eventos ya mis círculos social y comercial están familiarizados con ella. Suelen bromear diciendo que donde voy yo está ella, realmente no me importa pues me hace sentir un poco más, su dueño.

Hoy es su cumpleaños me he preparado mentalmente porque sé que pronto recibirá el bendito mensaje, sé bien que me dejará como un cero a la izquierda para correr a celebrar con él. Diablos, es qué ese hombre no se da cuenta que su mujer huele a otro. No por nada he aumentado la cantidad de perfume que uso, he cambiado de loción de after shave a una más penetrante. He dejado algunas marcas en su espalda con toda la intensión que sean detectadas por él, qué tipo de militar es que no puede darse cuenta de estos detalles, creo que estamos en graves problemas con soldados tan incompetentes. Pero en fin, este fin de semana será gloriosamente sexual para mí.

Ya era medio día y extrañamente aún nada de mensaje. ¿Será que ese tonto, idiota, inepto y tal vez fraudulento militar se le olvidó el cumpleaños de su prometida?, me detengo a pensar mientras la observo ver de reojo a su celular, sé bien lo que está esperando, maldigo las horas que pasan juntos.

Lo peor que le puede pasar a Danna es tener un esposo mal amante y desconsiderado. Todavía no entiendo porque está con él cuando me tiene comiendo en la palma de su mano. No es sólo eso sino que troncón y cuevita están tan enamorados que estoy seguro que ambos se son fieles. He hablado muy seriamente con troncón explicándole que cuevita seguro se siente obligada a dejar entrar en ella, lo que me imagino yo, es un ramita debilucha en comparación con mi troncón.

Decido concentrarme en vivir el aquí y el ahora, ella se ve tan confiada y tranquila como si supiera que en algún momento recibirá el mensaje. La invito a cenar su comida preferida, langosta, ¡oh!, celebro tal selección ya que estoy seguro que los afrodisíacos de tan exquisito manjar los disfrutaré en un par de horas.

Troncón se tensa presionando mi entrepierna en espera que cuevita calme el hambre con el exótico elixir que sale de él, tranquilo amigo, espera un par de horas y así ustedes también comerán, bromeo en mi conversación privada.

Los dedos de Danna arropan mi mano sacándome de lapso mental en el que acabo de perderme. Intriga pregunta qué sucede, ya que no soy el eterno parlanchín que me vuelvo exclusivamente cuando estoy con ella. Siento una enorme presión en mi pecho que solamente la puedo liberar pronunciando dos cortas palabras, pero demasiados grandes que se niegan, por ahora, a abandonar mi garganta, pero que tienen más de dos meses navegando en mi mente, y claro está, en cada oportunidad que mi elixir brota para inundar a cuevita. Definitivamente troncón y yo estamos viviendo nuestro amor por duplicado.

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