Capítulo 12 - Charla con mamá.

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Al despertar, todo el malestar de mi cuerpo había desaparecido. Víctor estaba despierto, mirándome con ternura, aún abrazándome.

-No pensé que fuera tan literal- dijo y reí-. ¿Cómo te encuentras?

-Mejor- dije y sonreí, para luego besarle-. ¿Cómo estás tú?

-Mucho mejor al verte bien- sonrió alegre-. ¿Segura de que estás completamente bien?

Asentí.

-Quizás no sea hora, pero te traje lo que dieron en clase- mencionó-. Si quieres te puedo ayudar; es química, pero imagino que tu me ayudarás a mi en eso.

-Puede ser- reí bajito y nos levantamos de la cama para hacer la tarea.

(...)

-Mami... ¿Por qué es que papá no quiere que esté con Víctor?- le pregunté a ella, luego de que mi pareja se fuera a casa.

Ella sonrió y suspiró.

-Supongo que esta charla no iba a pasar desapercibida- dijo, riendo y nos sentamos en el sofá-. La maduración mental de los vampiros, los humanos y los licántropos es diferente; en los vampiros es algo más lenta, depende del individuo y su forma de vida, pero en su mayoría demoran más en madurar mentalmente. En el caso de los licántropos y los humanos que tenemos vidas más cortas, maduran antes en muchos ámbitos- hizo una pequeña pausa-. En la edad que tienes, tanto como en los licántropos como en los humanos, normalmente las hormonas están revolucionadas, por lo que tienden a intentar aparearse... Y sabes que hasta que no cumplas un siglo seguirás siendo una bebé ante la mirada de los vampiros, por lo que tu padre te va a cuidar aún más ahora- sonreí-. Tu padre tiene miedo a que Víctor se sobrepase con las acciones, se dejen llevar y te pase algo.

-Sabes que no va a pasar- dije, con una pequeña sonrisa-. Nunca ha demostrado esa intención y creo que yo tampoco.

-De todas maneras puede pasar- mencionó, con una sonrisa maternal-. Y como eres una híbrida, no sabemos como es que tu cuerpo reaccionará, por lo tanto tu padre como yo, tenemos miedo... Pero está bien que experimentes mientras te cuides.

Me sonrojé ante el sentido de esa frase.

-Cualquier cosa, ve a tu otra casa y ahí tu padre te dará más privacidad- dijo y reí-. ¿Alguna duda?

-¿Cómo es que voy siendo yo en maduración?- pregunté.

-No lo se, mi cielo- respondió con sinceridad y confusión-. No sabemos que pueda pasar contigo, ya que por ahora vas mostrando ser más humana que otra cosa, pero eso no quita el riesgo... No te preocupes, ¿si? Vive tu vida tranquilamente.

Sonreí y la abracé.

-¿Has completado lo que te faltaba de clase?- me preguntó, cambiando de tema.

Asentí con la cabeza. Fui a la cocina a por algo de agua y volví al sillón.

-¿Cómo se conocieron tu y papá?- pregunté, feliz.

Se que esa pregunta le alegra mucho y me hace feliz escuchar una y otra vez la historia, aunque me la se completa.

-Tu padre y yo, nos conocimos en una batalla donde yo era enfermera y él guerrero, a pesar de que éramos de bandos contrarios- dijo ella, haciendo una pequeña pausa para tomar agua-. A mi no me gustaba mucho, pero era mi obligación como hija del alfa; no podía estar al mando, pero tampoco podía retirarme... Una de esas noches, me encontré con un vampiro herido y le rescaté, ya que le vi particularmente hermoso. Le regalé un poco de mi sangre, a pesar de que al inicio se negó. En secreto estuvimos unas horas hasta que se recuperó completamente y se presentó; era el hijo del rey vampiro, próximo a su cargo. Le comenté cuál era mi rango y decidimos hacer una tregua. Al inicio nuestros padres se negaron, pero con el tiempo logramos que todo se detenga, creando un tratado de paz que no duró mucho, ya que mi padre descubrió la relación que tenía con el enemigo fuera de allí. Para cuando ocurrió eso, ya habían pasado unos años, estábamos completamente enamorados y con un bebé en camino. Mi padre, sintiéndose engañado, reanudó la guerra que terminó con su vida, por lo que fui asignada alfa de la manada. Cree de nuevo el pacto y poco después me enteré que tu padre había sido coronado rey, ya que tenía a un heredero y no podía negarse- se volvió a detener, sonriendo-. El embarazo de un Licántropo es de seis meses, el de un humano normal es de nueve meses y el de un vampiro es de once meses. Tú, hija mía, como eres especial, tardaste 18 meses... Eso confundió a muchos, la espera nos estaba matando, pero aprovechamos para crear un hogar, en donde sin esperarlo naciste. El antiguo rey vampiro decidió dejar todo en secreto, para que nadie se entere de su nieta "bastarda", por eso nadie sabe tu secreto, pero no significa que estás destinada a ser excluida de ambos bandos, todo lo contrario; estás destinada a unir costumbres.

-¿Cuándo tendré un hermanito o una hermanita?- pregunté, tan solo para incomodarle, ya que se la respuesta.

Ella tan solo se sonrojó levemente, luego soltó un pequeño gruñido y sonrió.

-Sabes que es complicado... Y más con lo que está pasando ahora. Pero bueno, dejemos la melancolía de lado y vamos a hacer algo de cocinar, que dentro de poco es la cena- dijo mi madre, al mirar por la ventana, viendo como caía el sol.

No puedo creer que haya pasado tanto tiempo, pero vale la pena.

Preparamos la cena y papá vino con nosotras.

-Mi niña, se que falta un poco para esto, pero te tenemos un regalo- dijo mi padre, en cuanto estábamos cenando.

Le miré curiosa.

-¿Un regalo por qué?- pregunté.

-Sabemos que falta para tu cumpleaños pero el año próximo estarás en tu último año de colegio, por lo que queríamos premiarte a ti, a Perla y a Víctor- dijo él y me pasó una caja de vaya a saberse de dónde la sacó-. Esto es un acuerdo que hemos hecho con sus padres, así que, abre la caja.

Abrí la cajita, encontrándome con un sobre blanco. Sin entender mucho, abrí el sobre, encontrándome con una postal que menciona la reserva por unos días en zona con montañas y lagos bien lejitos, además de la comprobación del alquiler de una pequeña casa.

-Los pasajes pertenecientes a tus amigos, los tienen ellos- dijo mi madre y sonreí.

-¡Gracias!- dije y me levanté rápidamente para abrazarles.

Ellos sonrieron.

-Me alegra que te guste la idea- dijo mi madre.

Terminamos de cenar, mi padre tuvo que irse con los vampiros y me pidió que le acompañe, cosa a la que no me negué.

Luego hablaría con mis amigos.


(Continuará...)

La HíbridaWhere stories live. Discover now