Capítulo 25

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El sueño ligero de Gabriel, lo obliga a despertarse con facilidad en el momento que sea. Eso, en cierta parte, es una ventaja; ejemplo es el de escuchar la alarma sin problemas, eso lo ayudaba a no llegar tarde a ningun lado. Una desventaja le estaba ocurriendo ahora mismo, al haberse despertado contra su voluntad, por escuchar a los pajaritos afuera del edificio cantar.

Aunque intentara volver a dormirse, la imagen que tenia frente a él, no lo dejaba. Renato seguia abrazandolo. La paz que le traia verlo dormir, le confirmaba el porque habia hecho lo que hizo horas antes.

Decidió hacer todo eso por él. Le pidio al papa de su amigo la terraza de su mejor hotel , busco la canciones perfecta y lo invito al lugar sin decirle una palabra, para que sea sorpresa. Todo lo hizo por Renato. Para asi pedirle que sea novio. Y ahora lo era.

Con todo el cuidado del mundo, se corrió de abaja suyo. Aunque lo que más deseaba en esta vida, era mantenerse observandolo dormir, la hora marcaba que eso no iba a ser posible. Se levantó de la cama con todo el dolor del mundo, dejandolo abrazado a la almohada para que no sintiera su ausencia, y se dirigió al baño antes de que llegara arrepentirse.

Al volver, Renato permanecia intacto. Envidiaba mucho su sueño pesado. Como no queria quedar como un novio baboso que no puede dejar de verlo, aunque lo era para ser sincero, fue directo hacia el gran ventanal que la habitación incluía. El cielo estaba hermoso, no faltaba mucho para que amaneciera, y aunque se moria de ver su primer amanecer con su novio, preferia dejar que siga durmiendo. Total, tenian todo el futuro para ver amanecer juntos.

Apoyó un hombro contra el marco de la ancha ventana. Queria apreciar mejor el show que el cielo estaba brindandole. El azul poco a poco comenzaba a tranformarse en un violeta suave, que luego se convertiria en rosa, para finalmente ser ese naranja intenso que todos conocemos.

-No me esperaste hermoso - unos brazos lo envolvieron por detras, seguido de un pequeño beso depositado en su cuello, causando que Gabriel salte del susto.

Al recordar quien era esa persona detras suyo, sonríe y corresponde el abrazo entrelazando sus dedos con los del otro.

-No te queria joder. Es que estabas durmiendo como un bebote. Se te caia la baba por el costado - explica haciendo un camino con su dedo índice desde la boca hasta el mentón, aunque el menor no pudiese verlo.

Renato solo rueda los ojos e intensifica el agarre.

-¿Estás bien? - se anima a preguntar finalmente.

-Si, no sé porque no lo estaria - responde haciendose el desentendido.

-Dale chanta, sabes a lo que me refiero.

Gabriel suelta su mano, para poder girarse a verlo.

-Estoy muy bien. Cualquier tipo de dolor que pueda tener, lo vale. Gracias por cuidarme igual. - sus ojos verdes apenas iluminados por el cielo amaneciendo, le brindan a Renato la seguridad necesaria para creerle.

Renato agacha la cabeza timido, como siempre que esta con Gabriel. La mayoria de las veces siente que el mayor es demasiado para el, que no lo merece. Tiene miedo de que un dia se de cuenta de que es solo un nene caprichoso a comparacion de él , y lo deje.

Gabriel se da cuenta de que Renato se quedo pensando en algo, aunque no tiene idea de que, decide levantar su cabeza y depositar un pequeño beso en sus labios. Renato se estremece ante esa simple accion. En lo unico que debe pensar, es de disfrutar lo que estan viviendo todo lo posible, y no preocuparse tanto por cuanto durara.

Para no seguir pensando, se apresura a volver a unir sus labios, pero de una forma mas apasionada esta vez. Gabriel suspira en su boca, pero se dispone a darle mas intensidad al beso, agarrandolo del cabello y tirando de el, asi como tambien le da pase libre a la lengua de Renato para que explore una vez más el interior de boca.

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