Capítulo 11

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El silencio de la sala de profesores vacía, junto con el café de la máquina del lugar, son de las cosas favoritas que Gabriel Gallicchio tiene en su rutina.

Es el único momento del día que realmente se siente en paz. Ese mini tiempito de descanso de todo, que lo ayuda a afrontar lo que le depara el día. Más en estos días en los que su vida se convirtió en un verdadero quilombo.

Pero así como lo bueno dura poco, esa tranquilidad tan placentera, también.

-¡Gabi! ¡GABI! - escuchó la voz de Stefi, la profe de inglés, ingresando desesperadamente al salón - Los... Los chicos... De... De sexto, se están... Se estan matando... Fijate - trató de explicar, pero el cansancio de haber corrido hacia allí se lo dificultaba.

El instinto de Gabriel, lo hizo correr automáticamente hasta el salón de 6to A. Al llegar se encontró con un griterio de alumnos, que parecían estar formando una ronda alrededor de las dos personas que estaban discutiendo.

-¿Qué pasa acá? - los interrogó en un grito, metiéndose entre medio de la multitud buscando a los responsables de semejante alboroto.

La imagen frente a él logró impactarlo. Julián Cerati se encontraba encima de Renato, lo que demostraba perfectamente quién estaba ganando la pelea.

-Cerati párese. - le pidió, pero el chico no parecía tener intenciones de hacerlo - ¿Así que no te vas a parar? - le susurró esta vez ya cerca de su oido. El menor negó. - Que lástima. Si queres que tu noviecita no se entere lo que hiciste detrás de las gradas en el partido de ayer, yo te recomendaría que lo hagas.

Gabriel se paró esperando a que lo obedeciera. Julián bufo pero así lo hizo. Renato lo imitó y con ayuda de Fausto se levantó.

-¿Puedo saber por qué inició todo? - preguntó con un tono elevado de voz, mirando a toda la clase, finalizando su mirada en Renato.

Ángela alzó la mano para poder hablar. Gabriel le dio el permiso.

-Lo que pasó es que estaban hablando del partido que jugaron Fausto y Renato ayer, en su club - hablaba nerviosa ante la atenta mirada de todos sus compañeros. - Y bueno, Julián le hizo una joda a Renato sobre la lesión que tuvo. Fausto saltó a defenderlo y al final terminaron Juli y Tato a las piñas, como ve - terminó su relato con una risita para romper el hielo.

-Gracias señorita Torres por decirme. - la chica le sonrió dulcemente - Stefi. Yo ahora me llevo a estos dos. Así vos podes seguir tranquila con la clase ¿si? - la chica asintió.

Al salir del aula, la caminata por el patio Gabriel la caminaba junto a Renato ya que Julián se encontraba delante de ellos, y así evitar cualquier otro conflicto entre ellos.

Las miradas entre Renato y Gabriel rápidamente se hicieron presentes. Eran más que nada de reojo. Pero ambas pedían lo mismo. Ellos se debían una charla, pero también sabían que ese no era ni el lugar, ni el momento para hacerlo.

~

Ya otra vez en la sala de profes, después de que el director no le haya permitido acompañar a Renato a la clínica "Ya que no era necesario que vaya" como había dicho el mismo, la soledad del lugar envolvió nuevamente al rizado.

Pero la tranquilidad que siempre le daba ese espacio ahora no estaba. Ahora sentía culpa. Por no poder fijarse como se encontraba Renato después de haber recibido golpes por parte de Julián.

Le causaba curiosidad el motivo de porque esos dos se odiaban tanto. En realidad él siempre creyó que el odio venía solamente por parte de Renato, pero al parecer no era así. El odio era mutuo, y no tenía idea el porqué.

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